Capitulo 38: Amargo (1er Parte)

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Muchas gracias Park Jimin.

Muchisimas gracias a ustedes, por todo su apoyo y principalmente su paciencia.

Gracias, en serio, aunque deberia de agradecer uno por uno, a muchos y la lista se haria algo larga y bueno...

¿Como han estado?

Espero, aun llamarles la atencion, y que puedan leer leyendo.

.-.-.

Finalmente, es Viernes; Entrega de Calificaciones. Cierre de materias.

El clima, gracias a la lluvia, se sintió fresco a temprana hora de la mañana, aún no había sol, se encontraba el cielo nublado y la relajante melodía de la lluvia finalmente ceso. No sonó esta vez la alarma, ningún aparato en señal de que hiciera levantar al dúo, que simplemente se movió por inercia para inclinarse más hacia él.

Apenas una ligera sabana cubría ambos cuerpos, que se abrazaron el uno al otro, aquel muchacho de cabello negro apretó su rostro más contra su pecho, su cuerpo contra él, buscando la seguridad que le habían arrebatado y que el contrario de cabellos largos estaba otorgando.

No se pudo recordar si cenaron, mucho menos la hora en que ambos terminaron descanso pero sí pudo oírse un ruido al exterior que llamo a la puerta, haciendo que el anfitrión abriese los ojos, refunfuñando en pensamientos cuando el timbre una vez más sonó.

Lo odio.

Con mucho cuidado, con lentitud y agilidad dejo a su huésped en su cama, él apenas lavo su cara y con ayuda de sus manos, peino una coleta baja para ir directo a la puerta. Y en serio, realmente, en serio que lo intento pero no lo logro, si lo odio tan pronto le miro.

-Giorno-

-Buenos días Abbacchio, ¿esta Bruno?- pregunto rápidamente, con aquel breve saludo y vio que el recién llegado venia claramente acompañado

-Mista- hablo el alto en un susurro, sonando como una clara queja para aquel amigo suyo que se limitó a sonreír y encoger de hombros.

-Abbacchio, necesito hablar con Bruno por favor- dijo el joven de cabello rubio de nuevo, cruzando la vista con el alto, para solo oír un resoplido y dejar que el dúo caminara al interior

-Está dormido, puedes ir a despertarlo- dijo el mayor de forma repentina, tan pronto decidió ir a la cocina en busca de agua y su amigo le siguió el paso, mientras el rubio rápidamente se aventuró a ir en busca de Bruno.

Lo vio dormido, demasiado tranquilo y eso le reconforto un poco, haciendo que soltara un sutil suspiro y abrió su chamarra ligera para dejarla sobre el primer mueble que vio. Lo único que pudo hacer Giorno, fue aventurarse en la cama y acostarse junto con él.

Sabía que su plan, lo que había hablado con Mista, no iba a ser algo fácil de lograr.

-¿Entonces...?- murmuro el menor de chamarra roja y solo vio al alto caminar en la pequeña cocina, después de tomar agua, invitarle un jugo y se disponía a pensar en un almuerzo, su amigo si estaba algo inquieto.

-No te esfuerces, no se te da hacer estas cosas- hablo el mayor de forma repentina, haciendo que el contrario se diera cuenta que estaba con la guardia baja. Leone Abbacchio finalmente se dedicó a realizar algo de cocina, preparar al menos un huevo revuelto o estrellado junto con pan tostado.

El dúo se quedó callado, como si fuese algo que ambos se hubiesen puesto de acuerdo, tampoco hicieron mención ni se cuestionaron que es lo que estaban haciendo ambos amigos allá arriba en su habitación. Y aunque posiblemente la curiosidad pudo haber invadido el pensamiento de ambos o al menos a uno de ellos, no dijeron nada más, hasta que Abbacchio tendió un plato frente a su amigo y el servía de otro, acompañándose de lo que realmente es un café, negro, menos de medio de azúcar, lo probabas y sabia amargo.

Verano (AbbacchioxBruno)Where stories live. Discover now