Capitulo 32; Finalmente...

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Finalmente…

El sonido fuerte de la pantalla, hizo que diera un sutil salto en su asiento, trato de no ser obvio pensando que al estar en las sombras el contrario no lo iba a notar. Pero lo noto, Abbacchio notó de reojo como Bruno se asustó, por culpa de la película de terror.

Sonrió, al mismo tiempo que extendió su mano tras su espalda, a través del respaldo de la silla, con tal de proteger al menor… En esos momentos, a partir de aquel momento, no supo porque lo hizo ni tampoco pensó en  aquello, solo  lo hizo de forma natural.

-No puedes contar la historia así, dinos todo, desde el principio- se quejo una voz más grave pero igual de suave que la de Giorno, el joven de cabellos azules, decidiéndose a deshacer el peinado extravagante

-Josuke, no seas un entrometido en lo que no es tuyo- se quejo un cuarto, mientras seguía escribiendo en papeles  y miro de reojo al trio

-Calla Rohan, tu también estas escuchando, ¿verdad Giorno?- señalo Josuke, dando un pequeño golpe con el hombro a su primo

-Solo diré, que tienes razón en que debe contar todo lo que paso, desde el principio- contesto, haciendo que el pelinegro soltara un suspiro y nuevamente el dúo lo miraba a él -Así que Bruno, empieza ¿Fue por ti o donde se vieron?- pregunto...



Bruno tenia que admitirlo, se sentía algo nervioso aunque también no evito sentirse algo preocupado al notar que el reloj ya pasaba más de la hora y no había ni una llamada o algún mensaje del contrario. Y aunque en su pensamiento, creía que debía de marcar para preguntar que pasaba, no lo hacia, le era incomodo
Hasta que el móvil vibro, cambio la pantalla al inicio y Bruno se levanto de la orilla de la cama para correr a ver a través de la ventana, y el móvil ya sonaba. Tuvo que armarse de valor para contestar

-Hey- saludo

-Bruno, ya estoy afuera- contesto rápidamente, mientras el muchacho al teléfono, tomaba un pequeño bolso y caminaba escalera abajo para tomar las llaves

-Voy para allá- respondió, tan pronto bajaba los escalones y finalmente se encontró con el contrario para entrar al auto, donde el recién llegado se había extendido para abrir y empujar la puerta del interior

-Lamento la demora, tuve un contratiempo- mintió, tratando de olvidar, que se había puesto nervioso y perdió la noción del tiempo por cuenta propia

-No pasa nada, podemos pasar al centro comercial antes de ir a la escuela- le dijo, cerrando la puerto del vehículo que no se había apagado.

-Hablando de eso..- dijo Abbacchio, moviendo la palanca del automóvil y poco a poco arranco –El maestro dijo que me vera mañana a las doce- continuo diciendo, mientras Bruno asimilo aquello que había oído.

Guardo silencio y reacomodo sus lentes, mientras Abbacchio manejo en silencio, dejando que solo la música de su estero sonara en nivel bajo, hasta entrar al estacionamiento de la plaza comercial

-¿Ya comiste?- pregunto de repente, llamando la atención del pelinegro, que se distrajo viendo a su móvil, y le miro

-No aun no- contesto -¿Ya tienes hambre?-

-Si, podemos ir al bufet a comer ¿O quieres ir a un lugar en especial?-

-No, no, el bufet suena bien- respondió Bruno, liberándose del cinturón y bajo del vehículo, seguido por el dueño -Además, si no te importa quisiera ir a la recoger unas cosas- continuo hablando, mientras el dúo ya caminaba hacia el interior del lugar

-¿Te acompaño?-

-No, adelántate al bufet, y yo te alcanzare- le contesto –Recuerda que siempre hay final en ese lugar para entrar, te marcare cuando vaya a buscarte- dijo al mismo tiempo que se aparto de él, para perderse de vista del alto.

O eso se sintió, pues algo que no descubrió el pelinegro, fue que el contrario le siguió a la distancia, no evitando sentirse algo inquieto antes las respuestas evasivas del menor.

Y así fue, lo siguió con cautela para verlo entrar al interior de una óptica y Abbacchio se limito a esperar no tan lejos ni tan cerca de la entrada, fueron unos minutos que se le hicieron algo eternos, y no quiso admitir el porqué.

-¿Estas listo?- le preguntaron al joven, que dentro del pequeño  baño intento no llorar –Es normal que te pueda lagrimar un ojo o los dos, pero es cuestión de acostumbrarse, solo que si sientes más irritación de lo habitual, por favor avísanos- continuaron diciendo, mientras el cerro los ojos y volvió a abrirlos para verse al espejo.

Se sintió extraño, mirar con claridad el color de sus ojos azules, sin un cristal que le ayudara

-¿Y bien?-

-Todo esta muy bien, gracias- contesto, saliendo del baño y mirar al asistente de la óptica dándole una sutil sonrisa al mayor

-También puede pasar que sientas algo de mareo pero esto puede ser en un caso muy extremo, de igual forma solo será cuestión de que te retires los lentes, como te indique y descanses la vista antes de volver a usar tus lentes normales, ¿entendido?-

-Si, muchas gracias de nuevo- le contesto, recibiendo una sonrisa del mayor

-Gracias a ti, esperamos que vuelva pronto- se despidió del empleado, y camino fuera de la óptica con cautela y cuidado al mismo tiempo, mientras seguía viendo todo a su alrededor. Incluso, cuando miro al alto hojear un folleto que había recibido de quien sabe quien

-¡Hey, Abbacchio!- se atrevió a llamarle desde lejos, caminando hacia el, después de haber caminado hacia él -¿No íbamos a vernos en el bufet?- le pregunto, llamando la atención del contrario quien trago saliva y miro de nuevo al joven otra vez, de arriba abajo, que incluso parpadeo una vez.

-Te ves...- murmuro, intentando formar la oración para que saliera de sus labios, y ahora le puso aquella atención, que a diferencia del primer momento en que se vieron,  se la había robado por completo el contrario.

Verano (AbbacchioxBruno)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें