Verano (AbbacchioxBruno)

Capitulo 9 - Fin de semana (Parte 2)

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Un intercambio de palabras, una interacción sutil y ambos se encontraban en el carro camino a casa de Bruno, bajo las indicaciones de Giorno.

-Aquí dobla- señaló el rubio con anticipación, el joven conductor apenas asintió. Toco la palanca del carro, hizo los cambios en el vehículo estándar, y obedeció. -Es casi la última casa, la blanca- dijo Giorno de nuevo, mientras evitaba mirar al chico. Ambos en sitio tal estrecho, o quizás no, pero estaban solos, le ponía nervioso por dentro.

¿Y cómo no estarlo después de casi darse un beso?

Giorno Giovanna estuvo al pendiente de su llegada, cuando apenas recibió un mensaje diciendo: "Ya llegué" el solo camino hacia la entrada de la biblioteca, cargando las cosas que faltaban por llevar. Siendo éstas las de Bruno, pues curiosamente solo había llevado las de Abbacchio, al estar frente a frente, Mista le saludo, rápidamente corrió a su ayuda y ambos caminaron al vehículo.

No se veía mal, nadie se veía mal.

Abrió la cajuela, con habilidad, no dejo de Giorno cargara nada, por lo que tan pronto había guardado las cosas, con torpeza y fuerza. Volvió la vista al rubio, quien estaba de pie frente a él

-¿Es todo?-

-Si- apenas se limitó a decir el rubio, quien apenas desvió su mirada un poco –Gracias por la ayuda-

-Gracias a ti- contesto Mista, llamando su atención. Ambos cruzaron la mirada, y vaya ironía, ellos dos no perdían el tiempo para nada, Mista dejo su cuerpo inclinar hacia el menor, quien no se movió.

-¿Mista?- murmuro el rubio, sintiendo como él se acercaba

-¿Si?- susurro el alto, entrecerrando los ojos lentamente, estaba su rostro tan cerca del suyo

-Perdona, no te salude- reaccionó Giorno rápidamente, girando su rostro al suyo para tocar su mejilla con la de él, esos labios se sintieron tan cerca, que Giorno tenía el corazón latiendo a mil por hora, al igual que el recién llegado que solo pudo contener sus reacciones y responder al saludo

-No... no te preocupes- dijo rápidamente Mista, y solo se tallo el cabello un segundo, para cerrar la cajuela

-Debemos irnos- cambio Giorno la conversación, y el castaño de nuevo asintió. Sentía su rostro arder, y no podía negar lo mismo del rubio, esa piel blanca tenia las mejillas coloradas en un tono rosa sutil, pero mordió su lengua antes de decir alguna palabra al respecto

-Si, vamos- hablo Mista, y tras abrirle la puerta al rubio, subió a su auto y manejo.

-Llegamos- alzo su voz Mista, tras estacionar el auto, y apagar el vehículo, a Giorno le saco de sus pensamientos, que no se dio cuenta del momento en que el mismo jugaba con su trenza

-Yo... ya vuelvo- dijo Giorno, mientras el castaño poso su brazo contra la puerta y asintió, no tenía ánimos de bajar del vehículo. Sin duda su tensión se había vuelto decepción

-Oye Mista...- hablo de nuevo Giorno al joven, quien rápidamente guio su mirada hacia él, no dejaba de reclinar su cabeza contra la puerta, pero tenía toda su atención. Giorno tenía la puerta abierta y su cuerpo girado hacia ésta, pero aún no se levantaba del asiento

-¿Qué sucede?- pregunto el castaño, mientras Giorno sutilmente agito su rostro y sonrió, la verdad Mista no se veía nada mal. Eso sí, quizás a veces era una persona muy atrevida y otras un total despistado, era tanto en tan poco tiempo, y Giorno quería conocerlo más