Capítulo 18: ¡Es el fin!

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¡Moria de ganas....! *Brb*

☆.☆.☆.☆

Lunes: Faltan tres días para la entrega.

Sábado: Es el día de graduación

-Vaya que me sorprendes- hablo en voz alta, al leer el trabajo que había avanzado el día anterior. Incluso, se sorprendió más al ver aquella caligrafía, que de por si al inicio era muy atractiva, demasiado cursiva y atrevida, ahora era más calmada y elegante.

En realidad, de no ser porque lo vio en persona, que Abbacchio escribía aquello. Pensarían que había encontrado una caligrafía desconocida.

-No exageres, solo hice lo que me ordenaste- le contesto, con una sonrisa torcida, limitándose a encoger de hombros, ante el cumplido. Raro.

-No, lo digo en serio- respondió honesto, acomodando sus lentes de nuevo para mirar aquel trabajo -Incluso, al ritmo que vamos, y por lo que veo...- señalo, viendo de reojo al mayor alzar las manos rápidamente y con sus dedos índice, tocar bajo sus ojos. Bruno rio, levantando las hojas hacia Abbacchio para escamarlo* , sabia que se burlaba de sus lentes

-¡Hey!- reacciono, con una sonrisa notoria al rostro

-Hablo enserió- reclamo Bruno –No estoy bromeando, esto es un buen trabajo- repitio

-¿Es en serio?- hablo Abbacchio sorprendido, enarcando una ceja -Pero aún faltan cosas ¿no?-

-Si, pero con esto y un poco más, le puedes dar una conclusión para acabar más rápido- remarco Bruno - Mañana podríamos ir a la biblioteca sin problema, incluso el miércoles para que solo formes tus fichas bibliográficas y lo entregues sin falta antes del viernes- continúo diciendo, en tono orgulloso y sonriente.

Bruno Bucciarati definitivamente había aprendido los días que iba a trabajar con Leone Abbacchio.

-Y todo con tu ayuda- confesó Abbacchio, con la mirada baja, Bruno le miro se limitó a asentir.

-Quizás, pero ayer me demostraste que podías solo- respondió Bruno, tranquilamente, desviando la mirada con discreción a su alrededor. Abbacchio había estado sentado a su lado durante aquel momento, que solo su mirada al piso fijo.

Ya habían pasado toda la mañana trabajando, incluso ahora se habían atrevido a hacerlo en la recámara en lugar del pequeño comedor, siendo sinceros estaban cómodos. La pareja estaba agradable y relajada, luego de volver a querer repetir la comida de una pizza margarita, la cual Bruno bautizó como su favorita al igual que Abbacchio, quien llamo de nuevo para pedirla a domicilio una vez más, en aquel lugar donde trabajaba Fugo; el repartidor que pronto llegaria.

-No, no podría haberlo hecho sin tu ayuda honestamente- dijo Abbacchio repentinamente, parándose de la cama. Ambos habían tomado un descanso, releyendo el trabajo, siendo revisado por Bruno y corregido muy pocas veces, por el contrario.

-Oh vamos, tu trabajaste solo ayer y lo hiciste muy bien- felicito Bruno a Abbacchio, quien solo se limitó a desviar su mirada de nuevo.

-Mejor trabajemos- cambio el tema, tomando una libreta cualquiera. Siendo honestos, el mayor, jamás había recibido cumplidos, no estaba acostumbrado jamás a ellos, pues ya se había acostumbrado a los regaños, llamadas de atención. Y ahora, pasaba lo contrario a lo que habia experimentado toda su vida.

-Abbacchio- le llamo Bruno la atención, sentado a la cama con el trabajo aún en mano -Lo digo en serio- remarco de nuevo, viendo como el rostro del alto se coloreaba.

¿Era real? Ahora que le ponía atención, Abbacchio era de piel más blanca que la suya, y si lo miraba bien, éste más y más se sonrojo, ante aquellas palabras que Bruno con facilidad y suavidad soltó.

Verano (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora