Capítulo 46: Se acabó...

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Era difícil de creer la escena, como una simple arma podía darle ventaja a una persona que no la merecía. Fue difícil atacarle, mas cuando un objeto quebraba el aire y casi podía tocar la piel

-¡Abbacchio cuidado!- grito Bruno, incapaz de saber que hacer. Casi podía sentirse inútil pero estaba entre la espada y la pared, no quería dejarlo solo pero necesitaba ayuda.

-¡Bruno, Abbacchio!- grito un cuarto en la escena, para el tampoco fue difícil encontrarlos. Sin embargo no pudo hacer mucho, al llamar la atención de uno, pues la otra pareja siguió en su batalla, donde uno atacaba con un arma y el otro retrocedía, esperando, buscando la oportunidad de contraatacar .

Un ataque en falso, casi pudo sentir el corte en su camisa y un paso hacia atrás, que le hizo caer de espaldas y su enemigo aprovechó la oportunidad, dejándose caer sobre el, apenas dándole tiempo a Abbacchio de alzar las manos para detener los brazos del contrario.

-¡Cuidado!- grito Giorno, el dúo forcejo

-Giorno, rápido busca ayuda- hablo el pelinegro, buscando más valentía en su interior, algo de atrevimiento y rebeldía, pues en algún momento cuando inicio la disputa, Abbacchio le dijo que no se acercara. No lo había alucinado, y pensaba que si iba en su ayuda, podría arruinarlo.

No quería ser un estorbo.

-¿Qué?-

-¡Ve por ayuda!- le ordeno su mejor amigo, cruzando ambos la mirada. Tan pronto se vieron a los ojos, ambos menores reaccionaron y entraron en acción

-¡Señor Joestar!-

-¡Señor Brando!-

Se escucharon las voces, se llamaron la atención y todo muy rápido transcurrió. Aun si Abbacchio le había ordenado a Bruno que se mantuviera lejos de ellos, el hecho de que la punta de un arma blanca se acercaba mas a su rostro lleno de temor a su cuerpo entero, Abbacchio intentó girar su rostro para tomar distancia, exhalo para sacar mas fuerza y desviarla al suelo.

Pero le era difícil respirar con el peso del mayor sobre el, y sus brazos empezaban a doler. Apenas pudo escucharse un grito, un balbuceo, el menor de los tres arremetió su cuerpo contra el enemigo, logró quitárselo de encima aun y cuándo torpemente Risotto intento atacarle como venganza, buscando aprisionar al menor contra el piso, Leone reacciono.

-¡Llama ahora!- se dio una orden, el rubio encontró a quienes pudieran ayudar. Ni siquiera Giorno pudo reaccionar a si había dicho alguna palabra a sus padres; uno se quedo con el, el otro fue directo a donde estaba el alboroto.

-¡¿Abbacchio?!- grito alguien mas, no sabían quien, ni siquiera el cerebro fue capaz de procesar de quien era aquella voz, pues entre el trio, el arma cayo.

Un movimiento veloz, donde Bruno apenas sintió un golpe a su cuerpo, no de Risotto, sino de Leone para hacerle a un lado y rodara por el pasto. Pues cuando cayo de espaldas, Risotto enfurecido desvió el arma blanca de su archienemigo hacia aquel entrometido, levanto la mano al aire al mismo tiempo que con fuerza la bajo para clavarla sobre el pelinegro, ya ignorando por completo la grave consecuencia de sus actos.

El enojo, el rencor, la rabia ya hacia nula su conciencia y uso de la razón.

Abbacchio apenas pudo reaccionar atreviéndose de algún modo complicado de explicar como giro parte de su cuerpo, empujando al pelinegro lo mas lejos que su poca fuerza le permitió. Pero lo suficiente para evitar que fuese víctima del ataque, y dejaron el arma clavarse al suelo.

-¡Deténgase en este instante!- reclamo la voz grave. Abbacchio hizo oídos sordos y con el pulso de adrenalina, se abalanzo sobre su rival para poder acertar finalmente un golpe torpemente a su barbilla.

Verano (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora