Capítulo 22: Dudas

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¡Os deseo bonito fin de semana!

☆.☆.☆.☆

Lunes: Horas antes de la pijamada de Giorno.

-Gr..gracias- se atrevió a murmurar, tan pronto habían terminado la platica entre los dos. El mayor de cabello azulado y alborotado se limitó a seguir con aquella suave sonrisa.

Pues detrás de aquel acto, había un plan oculto, uno que envolvía a un mayor más, quien le habían llamado para ser citado... a una cita.

-A ti Mista, y solo quiero aclarar algo- contesto el mayor de cabello azulado, llamando la atención del menor quien lo vio a los ojos.

Jonathan Joestar siempre tenía un semblante sereno, amable, tierno, incluso inofensivo. Pero Mista podría delatar que era la forma en la que hablaba por como intimidaba

-Giorno no.... Giorno es mi hijo también- se corrigió el adulto, Mista se limitó a escuchar algo confundido -Por eso yo también velo por su felicidad, y si su decisión es no perdonarte, la tendrás que respetar- contesto, Mista se limitó a tragar saliva y asentir

》Con la aprobación de Giorno, mi consentimiento y el compromiso de tu parte, es como tendrás el permiso de Dio- continuo diciendo Jonathan y Mista solo apretó los puños en silencio y siguió asintiendo, para provocar que el mayor soltara una suave sonrisa.

-Gracias sr Joestar- finalmente soltó Mista sus palabras, respiro profundo para dar marcha a manos a la obra.

-El mejor de los éxitos Mista, pero principalmente, se honesto con nuestro hijo- le animo Jonathan al menor , antes de dejarlo partir a hacer su deber. Ya había ideado su plan, ya lo había compartido y ahora con la aprobación y ayuda del mayor, sabia que lo más temeroso ya había pasado, ahora solo quedaba el trabajo complicado.

Conseguir el perdón de Giorno y la aprobación de Dio.

La pareja había salido al estacionamiento, no sin antes hacer una parada en una isla de snack, Fugo Panacotta se compró un postre de fresas con doble porción de crema y al contrario del alto, un refresco lo más helado posible y unas frituras de sal.

Tan pronto llegaron al auto, lo que hizo el algo fue quedarse de pie junto a su vehículo comiendo mientras debajo a su amigo tomar asiento, abriendo la puerta del copiloto.

Ambos empezaron a degustar, y mientras Fugo saboreaba su postre a pequeños bocados con ayuda de la cuchara, el alto comió y bebió su primer trago antes de verlo.

-¿Si?- inició Fugo la platica informal, sin siquiera decir palabra más, y comió otro bocado.

-Fugo...- murmuró el alto, desviando la mirada, y miro de nuevo a su amigo

-Escúpelo ya Leone- insistió Fugo -¿Paso algo malo con Bruno?- le pregunto, provocando que el muchacho recordara lo que había pasado temprano.

El día lunes no dejaba de transcurrir, después de aquello que pasó, aunque Abbacchio intentó continuar su trabajo, había sido en vano.

No pudo formar una palabra, su mente le torturo sin descanso una y otra vez. La escena se repetía, la sensación resistía y podía recordarlo, pero eso no era normal.

Es decir, no que estuviera mal lo que pasó, si no que no era normal de el. ¿Se podía entender lo que decía?

Salió fuera de casa, manejo sin rumbo, camino un rato y encontró a un grupo de chicas, de la universidad, especialmente porque chico extremadamente afeminado de cabello lila que se reunía con ellas, y vaya; si entrábamos en detalles, el estaba con un grupo de chicas que gracias a él, vestían de forma extravagante y curiosamente les permitían pasar al interior de la universidad. Y ninguna de ellas era su novia, sino una que no estaba presente en aquel momento, Abbacchio recordaba con facilidad a la chica de laboratorio de cabellos celestes y anteojos rojos.

Verano (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora