Capítulo 44; ¡Sabado!

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Ya llegó, y me extendo lo prudente por el tiempo que tardé
Y tambien lo suficiente para no ser una lectura cansada (?)

Mil gracias.

☆.☆.☆.☆

Sábado.

El día finalmente había llegado, aquello que todos estábamos ansiando y deseando desde que la aventura inició; la noche había avanzado, el sol finalmente empezaba a aparecer, al mismo tiempo que ruido empezó a escuchar por todo el lugar.

Se supone que es sábado, ¿Quién se levanta temprano un sábado?

No hubo alarma, o eso creyó, apenas escuchó el sonido similar a un timbre maldijo entre dientes, se escabulló entre las sábanas aún cubiertas por la sombra y mientras más despertaba, descubría que al ruido no era nada, comparado con lo que se oía más lejos.

Y entre las sombras de la habitación, finalmente terminó contestando un teléfono

-Amore, por favor no vayas a gritar, Ti Amo- escucho, apenas audible, el lo único que hizo fue balbucear y darse cuenta que era su pareja quien le había llamado a su telefono, accediendo a levantarse de la cama.

Lo recordó, la cama estaba vacía, omitiendo su presencia, pues su pareja tenía un gran compromiso con su trabajo y estaba más que claro que ya se había ido muy temprano.

Ahora, lo relevante en esta situación, era el ruido que se escuchaba afuera, demasiadas voces: quizás risas, quizás gritos, solo sabía que era escandaloso.

Que molesto.

Con la autoridad suficiente, vistió una bata, apenas peinó un poco el cabello con sus manos y fue abrir la puerta de la recamara, pensando en gritar a la empleada, para que le llamará la aención a su hijo. Sin embargo fue incapaz de decir alguna palabra, pues tan pronto tomo la perilla de la puerta para abrir, descubrió a la familia de su esposo andar por todo el lugar.

Apretó la mandíbula, inhalo profundo y antes de decir algún reclamo, un menor le abrazo por sorpresa

-¡Buenos días padre!- dijo rápidamente, tomando al mayor con la guardia baja, cruzando ambos las miradas, y el mayor apenas parpadeo viendo a su hijo darle una sonrisa -¡Muchas, muchas, muchas gracias!- continuo diciendo, animado, alegre, muy feliz, soltandose de su agarre y volvía a caminar.
Había más de las personas que podía contar en su personal.

Todas yendo a planta baja de su hogar, y re acomodar algunas cosas para seguridad. Mientras vestidos con ropa peculiar, empezó a reconocer a varios jóvenes, familiares de su esposo.

-¿Jotaro, puedes ayudarle a Josuke, afuera?- hablo alguien de cabello rojo, quien estaba de pie junto a un esbelto de atuendo elegante, a comparación del joven que seguía callado para acatar la orden.

Después, vio a su hijo bajar con algo entre manos y a paso apresurado veía que salía al jardín, mientras en el escalón que era el último en planta alta, justo casi a su lado, reconoció a la Nana de su hijo con bandeja en mano

-Buenos días sr Brando- saludo la mujer de forma serena, viendo como el mayor mantenía la compostura, dándose cuenta a lo que se refería su esposo

-¿Qué es lo que está pasando aquí?- pregunto breve, en tono frío y tomaba la taza de la bandeja, para degustar la bebida caliente. No dejaba de mirar hacia la planta baja, la mujer asintió

-El sr Joestar, le comento a su hijo que usted había autorizado el uso del jardín para una fiesta de graduación- contesto la mujer, viendo al mayor acabar la bebida, enarcar una ceja, parecía estar indignado.

-¡Padre!- alzo la voz el menor, llamando la atención de nuevo de su hijo -Jojo me acompañará a llevar a Bruno a su casa, volveré a tiempo para almorzar juntos, ¿sí?- dijo el menor, tan pronto ambos cruzaron la mirada, el mayor de cabello rubio, de nuevo vio a su hijo sonreírle a él.

Verano (AbbacchioxBruno)Where stories live. Discover now