Verano (AbbacchioxBruno)

Capitulo 34: L.A.

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Leone Abbacchio, un joven finalmente mayor de edad y que ahora se había aventurado a vivir de manera independiente. Estaba finalmente terminando la labor de estudiar su preparatoria y ahora se atrevería a realizar la carrera por la que en algún momento de su vida dudó.

Padre y madre, le dejaron ir, tan pronto su hijo les había dicho con valentía que anhelaba ser policía y que ese sería su destino, una vez que terminase la preparatoria, fue lo único que pidió su padre.

Leone tenía la ventaja de tener un carácter fuerte, la voz grave y una mirada tan intensa que intimidaba a cualquiera que viera con seriedad. Tanto así, que su expresión firme, no sólo le facilitaba cierta soledad en su vida, si no que también le daba encanto con las chicas y ciertos problemas con jóvenes de su misma edad.

Claro estaba, un futuro policía no se iba a dejar intimidar jamás, el iba a defenderse, incluso de la forma que no fuese correcta. Leone Abbacchio no se iba a dejar...

Podía contra todos, menos contra el.

Ese joven de alguna forma... de algún modo evadió la guardia con la que se protegía el mayor.

Y no es que fuese queja, simplemente algo en su interior le hizo ruido al mayor. Cuando Leone Abbacchio conoció aquel muchacho que le ayudaría a graduarse, supuso la corazonada simple de ser amigos, tal y como era amigo de Mista y Fugo.

Eso creyó...

"Mista es gay" recordó aquella corta frase que le había dicho al pelinegro, siendo las palabras menos idóneas para calmar aquel menor de ojos azules cuando lo vio salir del restaurante.

Fugo le ordeno que fuera tras el, y Leone hizo caso sujetando al joven de cabellos negros entre sus brazos para calmarlo, para quitar el miedo o la vergüenza que se había apoderado de él.

Y algo más se apoderaba del mayor.

-¿Diga?- se oyó una voz detrás de la bocina, y el guardo silencio, sentándose en la orilla de su cama -¿Hijo eres tu?- dijo la pregunta, haciendo que él sonriera un poco

-Buenas noche madre- finalmente saludo

-Leone, amore, ¿Cómo estás?- saludo muy alegre la mujer, yendo al comedor de su casa para tomar asiento -¿Ya estas de vacaciones? Tu padre me contó que no descansarías-

-Es verdad madre- respondió el muchacho, no le podía mentir a ella, pero ahora que hablaba con la mujer, las palabras habían escapado de su boca y mente.

-¿Qué haces despierto tan tarde?- se oyó de nuevo la voz mayor -Amore-

-Eso debería preguntarlo yo- contesto Leone, inclinándose hacia enfrente y apoyaba sus brazos sobre las piernas -¿Padre aún no llega?-

-Ya está tomando una ducha, yo solo vine a preparar un té para dormir- le respondió -¿No puedes dormir?- se atrevió a preguntarle, Leone cerró los ojos

-Madre, el sábado es nuestro baile de graduación- suspiro su hijo

-¿Qué? ¿Tan pronto?- se quejó la mayor -Espera, eso significa que pasaste, ¿¡Ya terminaste?!- intento festejar

-Algo así- sonrio Leone apenado

-¿Y no me avisaste antes?- le reclamo con tono de dulzura, que no sonaba a regaño ni a enojo -¿Cómo le haré para vestirme? Y tu padre no ha pedido permiso, ¿Cómo iremos? ¡¿Cuándo!?-

-Solo es para los alumnos- interrumpió Leone, sin detenerse a analizar de que era verdad o mentira lo que decía -Por eso no he llamado antes- se disculpo