Los ocho Potter

5.5K 169 32
                                    

Harry paseaba por la solitaria casa en Privet Drive, mirando cada pared, baldosa y ventana con detenimiento. No podía negar que se alegraba de irse de ese lugar que tanto dolor le causó, pero no pensó que desearía por tanto tiempo la existencia de un lugar estable y seguro.

De pronto, se oyó un rugido ensordecedor fuera de la casa. Miró por la ventana que daba al jardín trasero. Observó unas ondulaciones que recorrían la oscuridad, como si el aire temblara. Entonces, empezaron a aparecer figuras, una a una, a medida que se desactivaban sus encantamientos desilusionadores.

Hagrid, con casco y anteojos de motociclistas, se destacaba en medio de la escena. Alrededor de él, otros desmontaban de sus escobas.

No termino de contar cuantos eran cuando la puerta ya se había abierto.

- Buenas noches, Potter - gruñó Ojoloco cojeando con su bastón y caminando apresuradamente, como siempre. Seguido entraron Kingsley y Mundungus Fletcher.

Después del auror, aparecieron en medio de un griterío de calurosos saludos: Hermione y Ron.
Luego, vio a Fred y George, esbozando idénticas sonrisas; Bill, con terribles cicatrices y el pelo largo; el señor Weasley, con expresión bondadosa; Tonks, con el pelo corto y teñido de rosa; Lupin, con más canas y más arrugas y Fleur, esbelta y hermosa, luciendo su larga y rubia cabellera

Por último, Alexa, quien le dio un amistoso abrazo. Estaba un poco más alta, aunque la altura no era comparable con la del chico que entró detrás. Mattheo venía con aire seguro y decidido, las ganas de terminar con todo el asunto de su padre se reflejaban en su rostro.
Su cabello estaba más alargado de lo normal, haciendo que los rulos delanteros formaran círculos perfectos.

Detrás de su espalda, Draco Malfoy entró en la habitación. La incomodidad era presente en casa unos de sus pasos, pero intentó seguir a la pareja tratando de pasar desapercibido.

- De todas las personas que pude haber imaginado que vinieran a rescatarme, tú eras de las últimas - se burló Harry en represalia a sus años en Hogwarts.

- Créeme que yo tampoco - respondió y aunque parecía irreal, esbozó una media sonrisa de diversión - Luego me agradeces por salvarte el trasero, Potter.

- Debido a los inconvenientes con la Red Flu, la aparición y tu aún minoría de edad - comenzó a hablar Moody, liderando al grupo - Utilizaremos los únicos medios de transporte que nos quedan, los únicos que el detector no puede descubrir porque no necesitamos hacer ningún hechizo para su uso: escobas, thestrals y la motocicleta de Hagrid.

- ¿No resultará evidente cuando vean a diecisiete personas volando hacia una dirección? - preguntó Harry desconfiado.

- No verán a diecisiete personas volando hacia una dirección, porque habrá ocho Harry Potters surcando el cielo esta noche, cada uno con un acompañante, y cada pareja se dirigirá a una casa segura diferente. Tú irás a la casa de los padres de To-

- ¡No! - gritó, y su voz resonó en la sala de estar - ¡De ninguna manera!

- Les advertí que reaccionaría así - intervino Hermione mirando a los demás.

- ¡Si creen que voy a permitir que ocho personas arriesguen la vida...!

- Como si fuera la primera vez que lo hacemos - terció Ron.

- Mira, a nadie le causa mucha gracia, Harry - dijo Fred con tono serio - Imagínate que algo sale mal y nos quedamos convertidos en unos imbéciles escuálidos y con anteojos de por vida.

Harry no sonrió y razonó:
- No podrán hacerlo si yo no coopero. Necesitan mi pelo.

- Si tenemos que hacerlo por la fuerza, lo haremos - gruñó Moody - Todos los que estamos aquí somos mayores de edad, Potter, y estamos dispuestos a correr el riesgo.

Mattheo Riddle y Alexa Weasley (parte 3)Where stories live. Discover now