Regreso

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Mattheo se levantó decidido una mañana: iba a volver. Algo le predecía que hoy sería el día.

Fueron recordando los lugares a donde ya habían ido, tachándolos. Pensaron posibles ubicaciones donde encontrarlos; pero en ninguno los hallaron.

Había otra alternativa. Conocía un método. Sabía que tenían una escapatoria.

Quería hablar con ella, pero miles de miedos lo sacudían. Estuvo días ensayando las palabras, hasta que Ron se hartó y no dejó que se fuera de la habitación a no ser que tuviera una respuesta.

Cerró los ojos, sentado sobre una cama vieja con su cuñado en el borde, mirándolo impaciente.

- Alexa... - murmuró en su cabeza.

La pelirroja, juntando frutas de un campo, se sobresaltó. Lo había estado esperando tanto tiempo, que se había olvidado que lo esperaba.

Su voz se sintió calurosa en su mente, una sensación de bienestar recorrió su cuerpo.

- Alexa, soy yo.

Quería comprobar si la escuchaba, si estaba ahí.

- ¿Theo?

Mattheo suspiró, y una pequeña sonrisa se formó en su rostro al escuchar su voz; la anhelaba tanto que era inhumano.

- No puedo vivir sin ti, Alexa. Te extraño - soltó sin más. - Cada minuto del día. Sé que arruiné todo lo que creamos y lo lamento.

Ella aún no lo podía creer. Miró perpleja hacia sus costados, como su él estuviese ahí. Sin embargo, mantuvo la compostura y su enfado, aunque se moría de ganas de verlo.

- Siempre huyes cuando las cosas están mal. Me ocultas lo que te pasa, y luego me culpas por no ayudarte.

- Amor, tuve que alejarme para entenderlo, pero ahora que estoy seguro de eso, no volverá a pasar.

Se tensó al no escuchar una respuesta, así que prosiguió.

- ¿Podemos intentarlo de nuevo? No podemos terminar así. Eres mi vida, Alexa. Éramos tú y yo contra el mundo.

- Me dejaste aquí. Me dejaste aquí y apareces después de cuatro meses. ¡Ni siquiera te comunicaste para informarme si estabas vivo, maldita sea!

Mattheo apretó los ojos ante su error.
- Perdón. Perdón, Alexa. Te quiero, enserio lo hago. No quiero a amar a nadie más, y se que nadie me amará de la forma que tú lo haces. Y nunca encontrarás un amor como el mío - los ojos celestes de la pelirroja se aguaron ante esas palabras.
- ¿Que puedo hacer para que me perdones?

- Cuatro meses, Theo. Cuatro meses sin una señal - susurró con la voz quebrada.

- Lo que tenemos es demasiado bueno para decirle adiós. Sigo enamorado de ti, Alexa, y se que tú también. Dime que no es demasiado tarde para volver.

Ella no respondió, y él comenzó a inquietarse. Había algo que andaba mal.

- Dime, ¿aún me amas? - preguntó a kilómetros de distancia.

Mattheo Riddle y Alexa Weasley (parte 3)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ