Mansión Malfoy

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Harry miró alrededor hacia los demás, ahora meros contornos en la oscuridad. Vio a Hermione apuntar su varita, no hacia el exterior, sino primero hacia su cara, luego a la de Draco, y por último a la de Mattheo. Hubo un estallido, una ráfaga de luz blanca, y Harry se retorció en agonía, incapaz de ver. Podía sentir que su cara se hinchaba con rapidez bajo sus manos, mientras pesados ​​sonidos de pasos lo rodeaban.

- Levántate, alimaña.

Manos desconocidas lo levantaron con brusquedad del suelo. Harry se apretó la cara, que le dolía terriblemente. Parecía irreconocible bajo sus dedos, tirante, hinchada e inflamada, como si hubiera sufrido una violenta reacción alérgica. Sus ojos se redujeron a ranuras por las que apenas podía ver; sus gafas se cayeron cuando lo sacaron atado de la tienda: todo lo que podía apreciar eran las borrosas formas de cinco o seis personas arrastrando también a Ron, Hermione, Draco, Mattheo y Alexa fuera, que forcejeaban.

- ¡No... le pongas una mano... encima! - gritó Mattheo. Hubo el inconfundible sonido de puños golpeando carne: el Slytherin gruñó de dolor y Alexa pataleó:

- ¡No! ¡Déjalo en paz, no haremos daño!

- A tu novio le van a hacer cosas peores que estas si está en mi lista - dijo la voz horriblemente familiar y rasposa de Fenrir Greyback.

Alexa buscó el rostro de Mattheo, no comprendía el porqué no lo reconocían hasta que observó, como él, Draco y Harry, tenían las caras deformadas.

- Una chica deliciosa... qué bocado... me encanta la suavidad de su piel...

- ¡La tocas y te mato!

- ¿Cómo? Sin varita... - se rió el hombre lobo con una sonrisa burlona.

- ¡Registren la tienda! - dijo otra voz.

Harry fue arrojado de cabeza al suelo. Un golpe sordo le contó que habían tirado a Ron a su lado. Pudieron oír pasos y estrépitos; estaban tirando sillas dentro de la tienda mientras buscaban.

- Ahora, veamos a quiénes tenemos - dijo la voz de Greyback con deleite por encima de sus cabezas, y a Harry lo giraron hasta quedar boca arriba.

El rayo de luz de una varita cayó en su cara y Greyback se rió.
- Necesitaré cerveza de mantequilla para lavar a este. ¿Qué te ha pasado, feo?

Él no contestó de inmediato.
- He dicho - repitió Greyback, y Harry recibió un golpe en el diafragma que lo hizo doblarse de dolor.
- ¿Qué te pasó?

- Picado.

- ¿Como te llamas? - gruñó Greyback.

- Dudley, Vernon Dudley.

- Comprueba la lista, Scabior - luego, bajó la vista hacia Ron - ¿Y qué hay de ti, pelirrojo?

- Soy Barny, Barny Weasley.

- ¿Un Weasley? - dijo Greyback con voz rasposa - Así que estás emparentado con esos traidores de sangre.

- Estos dos también están deformes - anunció Scabior delante de los cuerpos tirados de Draco y Mattheo.

- ¿Nombres?

- Lee Jordan - respondió Draco.

- Marcus Flint.

- ¿Y tú, castaña?

- Penelope Clearwater - dijo Hermione. Sonaba aterrorizada, pero convincente.

- Y finalmente, tu pequeña y guapa amiga... - el deleite de su voz le puso la carne de gallina a Mattheo.

- Calma, Greyback - dijo Scabior por encima de las mofas de los otros.

Mattheo Riddle y Alexa Weasley (parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora