El encantamiento protector que había mantenido a Harry Potter a salvo se había roto cuando cumplió la mayoría de edad, yéndose definitivamente de Privet Drive.
Para detener al señor Tenebroso, que se dedica a aterrorizar a todos sus seres queridos...
Las semanas seguían transcurriendo. Mattheo aún le daba vueltas al asunto de volver a encontrar a los demás, especialmente a Alexa. Algo en su interior le decía que tenía que ir lo más pronto posible, pero temía el tener que comunicarse con ella.
Pasó días y días pensando que decirle. Buscando las palabras exactas para convencerla de que estaba absolutamente arrepentido, que lo sentía, que no había dejado de pensar ni un día en ella, que la amaba...
Alexa, sin embargo, había encontrado una luz de felicidad en los ojos grises de Draco. El rubio había llevado su petición de mantenerse cerca tan al pie de la letra que a Alexa no le quedaba tiempo para extrañar a su ex novio, tanto, que hasta estaba empezando a olvidarse del tono de su voz.
Harry empezó a notar, despertado por los calores, que Draco no dormía donde siempre.
- Malfoy y Alexa... - quiso intentar decirle a Hermione.
- No estoy segura. Hace semanas que duermen juntos.
- ¿Dices que tengan algo?
- No lo sé. Les he preguntado, a ambos, pero me esquivan el tema. Alexa no me dirá nada, y tengo miedo de mencionar a Mattheo.
- Solo espero que vuelvan antes que algo suceda. Es capaz de matarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Residían ahora en un acantilado en Escocia. La nieve empezaba a derretirse para dar paso a una explosión de colores. Los tallos luchaban por salir, las flores se asomaban con cautela y el sol iluminaba largos periodos del día.
Durante la noche, habían podido conseguir, después de tanto tiempo; cervezas y whiskey de fuego. Las cosas se descontrolaron, eran muchas botellas para sólo cuatro personas, y no quedó ni una sola gota.
Bailaron, cantaron, saltaron, y gritaron por horas. La pasaron increíble, perdiendo el control de las preocupaciones de sus mentes. Una vez entrado el alcohol, no había que tomar decisiones, no habían peligros, ni frustraciones, ni una guerra a sus espaldas.
Hermione se había quedado dormida en el piso, hasta que Alexa la ayudó a levantarse y dirigirse a su respectiva cama. Harry quedó en el sillón, con un brazo extendido aún sosteniendo un vaso de vidrio.
Draco y Alexa fueron los últimos en irse a dormir. Borrachos, cantando alegremente, cruzaron la carpa apartada. Unos zapatos de la pelirroja la hicieron tropezar en la entrada. Riendo, el Slytherin le extendió un brazo, y no lo despegó hasta quedar a la misma altura.
- Eres preciosa, comadreja.
La tomó por la cintura y sujetando su nuca le implantó un profundo beso. Sus labios fueron bajando a su cuello, y tuvo que recurrir a hacerle el cabello a un lado.
La guió hasta el borde de la cama sin despegar sus bocas, ella se sentó sobre las sabanas. Draco se quitó la camisa de manera rápida, y Alexa se hizo más para en medio para que él bajara sus manos a su campera quitándosela, y metiendo su mano debajo de su remera queriéndola alzar.
