ESCENA EXTRA #1

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La guerra había terminado. Ya no había mortífagos libres, ya no había Voldemort, ya no había que huir...

Ahora quedaba una nueva misión: recuperar los recuerdos de Mattheo.

Alexa y su novio aparecieron en la Mansión Riddle, la semana después a la batalla. Era una buena casa de campo, construida sobre una colina que le daba vistas por encima del pueblo, el Pequeño Hangleton.

Entraron, todo estaba oscuro. Llegaron al vestíbulo, que era un poco más luminoso debido a las grandes ventanas con parte luz a ambos lados de la puerta principal. Había permanecido sin uso por tantos años que parecía espeluznante.

- Bienvenida a la Mansión Riddle.

- Es... enorme.

Su novio rió, y la tomó de la mano para caminar hacia el pensadero. Ella miraba con la boca abierta cada superficie.

Frenaron frente a el. Debían admitir que estaban algo asustados. La pileta apareció ante ellos, poco profunda, decorada con runas antiguas y símbolos de serpientes.

- ¿Estás seguro de esto?

- Claro.

- Porque si no quieres... yo entiendo.

- Quiero acordarme de ti, Alexa.

- Está bien. - tomó una bocanada de aire al mismo tiempo que Mattheo sacaba su varita del bolsillo.
- ¿Estás listo?

- Lo estoy hace mucho tiempo.

La sustancia de aspecto gaseoso tipo vaporoso
emergieron de la varita. Mattheo lo sostuvo por un momento, y, después de asegurarse de mirar a su novia que la veía con ojos expectantes; cerró los párpados y colocó la punta de la rama en su sien.

Los primeros meses del sexto curso pasaron tan rápido que se sorprendieron cuando la Navidad se aproximaba.

- Nunca más montamos a Buckbeak - observó el mismo mientras se dirigían a la torre de Astronomía. Era una noche algo fría pero muy iluminada, uno de esos pocos días en donde era visible el cuarto planeta más cercano al Sol.

- Debo confesar que cuando te dije que podiamos repetirlo, era mentira. - comentó ella todavía subiendo la interminable escalera de piedra - Buckbeak era de Sirius y vivía con él así que también era un prisionero; además, nunca pudimos demostrar que no atacó a Draco.

- Ahora que está aquí con Hagrid podríamos pedírselo prestado.

- Es una buena idea. - ambos jóvenes sonrieron y pisaron el último escalón. - ¿Tú preparaste esto? - preguntó atónita. La torre de Astronomía estaba similarmente decorada como Alexa lo había hecho en la ocasión anterior; donde le dijo su primer "te amo".

- Es nuestro aniversario, era mi turno de ser romántico.

- ¿Sí sabes que no es realmente nuestro aniversario? - levantó una ceja.

- Ya lo sé, pero, ¿no crees que la historia del hipogrifo es mucho mejor para contarles a nuestros hijos?

- Ahí estás en lo cierto - sonrió y se paró de puntitas para plantarle un dulce beso en los labios.

Ya pasada una hora, la pareja apoyaba sus cuerpos en las barandas. Mattheo abrazaba por la espalda a Alexa descansando su barbilla en su hombro.

Mattheo Riddle y Alexa Weasley (parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora