Capitulo 38- La espada y el escudo

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Rengoku- ¡No grites! ¡Puedes las-.

_______- ¡Soy hija de Kibutsuji Muzan!- Las palabras habían salido sin titubear y habían chocado contra el rubio de igual forma, era obvio... que ya no había vuelta atrás después de habérselo gritado sin previo aviso o de forma sutil.

Rengoku- ______- Sin embargo la primera reacción del chico fue negarlo- Entiendo que no quieras decirlo, pero mentir de esta forma es-.

_______- Muzan es mi padre biológico, hace 12 años Shinjuro me rescató cuando mato a mi madre y lo intento conmigo, luego de eso Oyakata-sama me adoptó como su hija y lo demás ya lo conoces- Interrumpiendo al chico, le dio un resumen de su vida antes de conocerlo, provocando que la mirada del rubio fuera indescifrable.

Rengoku- ¿Estás hablando enserio?-  La seriedad en su voz golpeó a la pelirroja que solo pudo asentir, esta era una reacción esperada por ella, pero al mismo tiempo decir que no le dolía sería una vil mentira.

_______- Si- Con esa simple palabra cerro sus ojos y sintió una espada apuntar directamente a su cuello, para la pelirroja detener esta del filo con su mano antes de que llegará.

Rengoku- Lo volveré a preguntar... ¿Está hablando enserio?- Poniendo mayor peso en sus palabras en busca de saber exactamente si era una especie de broma o algún plan de la pelirroja para  no contarle la verdad, tuvo que usar su espada.

_______- Entonces lo repetiré, Si- Bajando sus manos dispuesta a aceptar cualquier reacción, abrió sus ojos para verlo directamente a los suyos- Mi nombre real es Kibutsuji ______ y soy hija biológica del creador de los demonios, ya sabes, por si sigues dudando en quitar tu katana de mi cuello- Su voz fue más seria de lo normal, indicando que no estaba jugando en absoluto y eliminando cualquier espacio para la duda.

El rubio dejo de reaccionar mirando los ojos de la pelirroja, después de la segunda confirmación, ya no había duda alguna de que eso fuera mentira, su sentido de cazador le ordenaba cortar el cuello de la chica, pero su corazón no lo dejaba hacer tal cosa.

En silencio sin saber como responder o pensar, su espada comenzó a temblar desde el mango, tanto por enojo como por duda, llevaba 12 años conociéndola... y ni siquiera se hubiera imaginado algo como eso, pero no quería matarla por no estar seguro de nada, por no lograrlo entender en lo más mínimo y eso le molestaba en demasía. 

Rengoku- ¿Eres un demonio?- Intentando mantener lo más firme posible el agarre en su espada, logro preguntar lo que más le asustaba, si la respuesta era "si", más que dolerle el hecho de ocultar su secreto, lo que lo heriría de verdad, fue que el tiempo que pasaron juntos, se baso en un engaño.

_______- Responderte no cambia nada- La pelirroja no tenía ni la más mínima intención de dar una respuesta a esa pregunta, por una simple y sencilla razón, esa respuesta, cambiaba la fuerza de su secreto, lo cual provocaría errores a la hora de realizar un juicio correcto.

Rengoku- Eso no ayuda, si quieres que-.

_______- No te estoy pidiendo algo o que hagas cualquier cosa, ni siquiera que lo pienses, puedes hacer lo que quieras, esto no fue otra cosa que mi secreto, como lo tomes es tu decisión, suerte en la misión Kyojuro... Regresa a salvo- Sin intensiones de decir otra cosa más, se dio la vuelta pero antes de poder terminar un golpe sordo en su pecho la detuvo.

Sin decir ninguna palabra la daga que guardaba el rubio había chocado contra el pecho de la chica, siendo detenida en medio de la mano del chico y el pecho de la pelirroja, mientras la espada del rubio se movía de su cuello y era envainada nuevamente.

Flores de Sangre [Kimetsu no yaiba × Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora