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Antes de todo, invitarl@s a leer la primera historia que comencé a publicar acá en wattpad La nueva Anastasia Collins, la pueden encontrar en mi perfil, no se va a arrepentir. Ahora , a leer.

Me preparo para irme al trabajo. Son cerca de las 8:00 pm, aún me queda cerca de una hora para llegar. Daf hace unos minutos llegó del suyo y ahora se está bañando, gracias a Dios nuestros trabajos no coinciden, una de día y otra de noche, así podemos cuidar a mi madre.

《Mi madre》

Aún no puedo creer lo que hizo. Desde la noche del sábado no le dirijo la palabra, tampoco es que ella tenga el valor para hacerlo.
Odio los lunes, y peor aún, este lunes. Después de pasar el fin de semana en cama con la derrota en mi pecho, tengo que levantarme y trabajar. Tendré que buscar otro empleo para recuperar más rápido el dinero perdido. Mierda, dos putos años de ahorro se esfumaron, gracias a Dios, el señor Wilman, el gerente del banco donde trabajo y dueño de la hipoteca de mi casa, tuvo un gesto de humanidad extendiendo el tiempo para pagar la deuda y recuperar la casa.
Ya lista, con un cómodo vestido color naranja y un suéter blanco, coloco mis vans negras gastadas y viejas, y estoy lista. Me hago una coleta alta y despeinada, esta es la Peyton que soy hoy.

Bajo a la cocina y mamá está cenando en silencio junto a Daffne. Mi amiga me ve y sonríe.

- ¿Ya te vas? - pregunta mientras lleva un bocado de comida a su boca. Macarrones con queso, el menú de ayer, de hoy, y tal vez el de mañana.

- Si. No quiero llegar tarde - me sirvo un vaso de agua.

- Bien. Te esperaré despierta. - siempre lo hace. No puede dormir hasta que yo no esté en casa.

- Está bien. Buenas noches. - digo sin más mientras salgo de la casa.

Cuando llego al edificio del banco, el señor Alfred, uno de los conserjes y un gran amigo me da la bienvenida, pero su semblante me dice que algo no está bien.

- Hola Alfred. - saludo.

- Peyton, el señor Wilman te espera en su oficina. - mi pecho se pone a mil. ¿Pasará algo con la hipoteca de la casa?

- ¿No sabes para qué sea? - pregunto evidentemente nerviosa.

- No. - dice sin mirarme a los ojos. Esto me da mala espina.

- Ok.

Es raro que el señor esté a estas horas en el banco. Desde que su bebé nació se retira desde horas antes hacia su hogar. El señor Wilman es un hombre de unos treinta y pocos años, hace cerca de 4 meses su esposa dio a luz y según he escuchado en radio pasillo, él solo tiene ojos para su esposa e hija, de hecho, la primera.

Me encamino al elevador de servicio para llegar al piso de la oficina del gerente general. Cuando llego, su secretaria me mira con desagrado, como siempre que vengo a trabajar con mi ropa. No hago caso.

- El señor Wilman me está esperando. - le digo sin ningún tipo de expresión en el rostro.

- Ya la anuncié, puede pasar.

La ignoro y entro a la oficina de mi jefe. Está sentado detrás de su buró en su enorme silla giratoria. Está serio. Camino con cautela hasta estar frente a él.

- Siéntese - me señala. Hago caso. - Bien, señorita Stwart - me llama por mi apellido. - No se si esté entrada, pero por una estrategia del banco, estamos en un proceso de reducción de personal. Los jefes de cada sector de trabajo tenían la misión de dar una lista con mínimo tres trabajadores de los cuales nos veremos en la penosa necesidad de prescindir de sus servicios. - Un nudo enorme se forma en mi garganta. - Lo siento, pero me toca darle la noticia de que su superior el señor González, dio su nombre como propuesta. Además de que de las auxiliares de limpieza del banco, es usted es la más joven y la que menos tiempo de empleo lleva acá.

El deseo del amo (Completa ✔)Where stories live. Discover now