꧁✿🌸χլլլ ĦҼҐMΘŠᗩ.

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Volvemos a casa, bueno, su casa. Durante el viaje de regreso Caleb estuvo muy callado, pero se veía cómodo y sereno mientras percutia con los dedos sobre el volante escuchando a un volumen prudente la canción Lush life de Zara Larsson. Por un momento vi al chico joven que debe de ser, no el amargado y odioso hombre en el que se ha convertido.
Es medio día y muero de hambre, pero tengo que seguir una extraña dieta recomendada por el médico por 72 horas, en fin, seguiré muriendo de hambre. Daffne vendrá en la noche, aún no puedo creer que esa propuesta salió de la boca de Nolan. Mi amiga dejará a mi madre al cuidado de nuestra vecina Lulú y ella se quedará aquí conmigo, por una noche, ¡AAAAAH! Estoy tan emocionada que muero.
Por el rabillo del ojo miro en dirección a Caleb, textea algo en su teléfono mientras se recuesta sobre el hermoso muro de mármol que divide la sala de estar del comedor principal de la casa, que ahora que lo pienso, nunca hemos comido ahí, siempre lo hacemos en el comedor que hay en la cocina.

— ¿Sucede algo? — pregunta mientras guarda su cell en el bolsillo de sus pantalones.

— No ¿por?

— Me estabas mirando. — atrapada.

— Es que... — piensa en algo rápido — Quería saber si, podría ir a ver a mi madre mañana, es que la extraño.

Y es cierto, muero de ganas por volver a ver a mi mamá, abrazarla. Daf me da noticias siempre y me mantiene al tanto, pero, necesito verla personalmente.

— ¿Ver a tu madre? — se queda pensativo.

— Si, no puedes tenerme cautiva Caleb. — me cruzo de brazos.

— No te tengo cautiva, no te hagas la víctima Stwart. — ya comenzó a atacar.

— No me hago la víctima Caleb. — mi voz sale chillona. — Tengo derecho a hacer mi vida aunque trabaje para ti.

— Me perteneces, no trabajas para mi.

— No. No te pertenezco. Soy el resultado de un vil chantaje y tu absurda obsesión. — le grito.

— No te creas tan importante Peyton, no estoy obsesionado contigo. ¿Qué tiene de malo querer darte a probar un poco de tu propia medicina? ¿Sabes cuántas personas sufrieron por tu culpa Michel?

— ¡Pero es pasado joder! Entiendelo de una vez. — me tomo de los cabellos y me alejo de él.

— Un pasado muy reciente. — habla bajo.

— Un pasado de cinco años. Cinco años en los que yo cambié para bien, y tú, cambiaste para mal.

Luego de esas palabras le doy la espalda y me alejo. Subo hacia mi habitación, él no me habla más y lo agradezco en silencio, no quiero seguir peleando con Claeb. Aún me siento algo exhausta y débil, mi brazo duele por los sueros en vena que me colocaron en el hospital para hidratarme y pasar el medicamento a mi organismo. Su mirada de culpa o al menos esa fue la idea que me dio, jamás abandonará mi cabeza. Se veía arrepentido, no parecía el monstruo que es.

Llaman a la puerta, bajo corriendo las escaleras porque sé que es ella, mi amiga. Cuando llego ya Caleb está abriendo y haciéndola pasar. Corro hacia donde se encuentra parada frunciendole el ceño al dueño de la casa y la abrazo. Sonríe cuando lo hago y me siento en paz de sentir el calor de mi mejor amiga, al fin algo familiar a lo que aferrarme.

— ¡Peyi! — besa mi mejilla. — Amiga te extraño demasiado. — sus ojos se cristalizan.

— Si, pero hoy estas aquí y es lo que vale. — yo sonrío.

— Tienes razón, aunque el lugar donde debes de estar es en casa, con tu familia. — hay reproche en su mirada y rencor en su voz.

— Bien, las dejo a solas. Peyton, estaré en mi habitación, haz la cena.

El deseo del amo (Completa ✔)Where stories live. Discover now