XLV final parte 2

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Pov Caleb.

Ella está sin habla, temblando y con la boca abierta. La miro y sus ojos se encuentran con los míos, los suyos llenos de lágrimas, los míos llenos de ilusiones. Está callada y mira una y otra vez todo lo que preparé para ella. La chica del violín que contraté se acerca tocando una hermosa canción, no sé cual es, no le pedí una en específico, estaba tan nervioso que no tenía cabeza para pensar en ello. No quería dejar ningún detalle fuera pero, no pude evitarlo.

Cuando sus ojos vuelven a estar en mi hago lo que he ensayado estas noches solo en mi habitación y lo que muchas veces soñé que hacía, desde los 12 años, desciendo sobre una de mis rodillas y saco de mi bolsillo el anillo que desde toda una vida tuve guardado para ella. Fue el que mi abuelo le dio a mi abuela, ella me lo dio cuando cumplí mis 15 años y me dijo:

《No lo guardes con cuidado, no importa que te olvides de él, cuando aparezca la chica correcta, lo recordarás.》

Cuánta razón tuvo. Antes, cuando era un adolescente lo miraba y miraba por horas y en sus diamantes solo se reflejaban los verdes ojos de Peyton, soñaba con saber ¿qué haría ella si le pidiera matrimonio? Luego, lo guardé y no busqué más cuando comencé con mis planes de venganza por el odio acumulado. Hace unos meses lo encontré, justo la noche en que llevé a la prostituta a casa. Me afectó tanto verlo y saber que a la chica con la que siempre soñé que lo portaría la tenía pero a la vez, no, que me enojé y quise golpearme porque, aún así, en ese momento se volvieron a avivar los deseos de que fueran dos ojos verdes los que se reflejaran en sus piedras preciosas.

— ¿Te casas conmigo Peyton?

Las palabras fluyen. Ella sigue sin decir nada, anonadada o quizás recuperándose del susto de hace unos minutos. El violín de fondo mezclado con el sonido de las olas y el movimiento de las palmeras con el viento de la tarde californiana, dan un aire romántico que me pone nervioso, hace mucho olvidé como se era romántico, pero creo que esta vez hice un buen trabajo, o al menos eso quiero pensar.

— Te odio. — dice llorando.

Mi corazón cae y no sé donde dejar los ojos. Quiero llorar y me siento débil. Creo que metí la pata hasta el fondo.

— Te odio, te odio, te odio, te odio, te odio, te odio, te odio. — repite una y otra vez mientras cierra los ojos y llora. — Te amo. — se lanza sobre mi y caemos ambos, me besa.

No sé si ser un hombre fuerte implica no llorar o ser frágil ante los lindos momentos de la vida o los que nos proporcionan felicidad, porque si es así, lo admito, no soy uno de esos porque justo ahora, estoy llorando mientras beso a la mujer que amo que también me ama.

— Claro que quiero casarme contigo. — dice mientras soyosa. — Te odio Caleb, te amo. — sigue llorando y me abraza con fuerza.

— Eres lo mejor que me ha pasado, por Dios te lo juro. — susurro en su oído. — Volvería a pasar por todo, sin pensarlo, solo por tener la certeza de que me amarías algún día como lo haces hoy.

— Te amo. — me vuelve a decir y que ridículo el revuelo de mariposas que siento.

Me río y la observo. Seco mis lágrimas y luego las suya, ella besa mis manos en el proceso. Dejo caer la cabeza sobre la arena y vuelvo a abrazarla.

— ¡DIJO QUE SÍ! — grito con todas mis fuerzas. — ¡PEYTON MICHEL VA A SER MI ESPOSA! — ruego nunca despertar de este sueño. — Dijiste que si. — ahora hablo para que solo ella me escuche.

— Pero eso no quiere decir que no te vaya a matar.

Comienza a golpearme una y otra vez y a llorar, yo me río y le grito te amo una y mil veces, hago una seña y los chicos se acercan. Diogo la carga y ella se retuerce y pelea para soltarse. Entonces se detiene y voltea, Diogo Doll, Felix Wilman, el mejor amigo de Diogo y Briam están frente a nosotros, los tres primeros con sus máscaras en las manos y una enorme sonrisa en la cara.

El deseo del amo (Completa ✔)Where stories live. Discover now