El deseo del amo (Completa ✔)

𝖃𝕷 𝕾𝖊ñ𝖔𝖗𝖆 𝕹𝖔𝖑𝖆𝖓

Observo a Caleb mientras él mira mi cuerpo. Está tan concentrado detallando cada zona, cada lugar que se podría pintar un cuadro de su expresión y el mundo vería fascinación en sus ojos y eso, me hace volar la cabeza. Se acerca y me besa y me siento flotar, alejarme de toda la realidad y terminan de esfumarse los malos pensamientos o malas vibras que dejó Noam a nuestro paso esta noche. Me aferro a él y profundiza el beso, es como si me entendiera sin hablarle y eso me quita el trabajo de tener que explicar nada porque, me conoce y tiene instintos, los mismo instintos que que lo hacen presentir más cosas de mi de las que yo misma presiento.

...

Despierto envuelta en los brazos y el cuerpo desnudo de Caleb. Miro al techo y suspiro mientras mi pecho sube y baja demasiado hinchado. ¿Será esto que siento felicidad? No sé, solo soy conciente que llevo días alejada de la realidad, que parece que estoy flotando en una frágil y cristalina burbuja con Caleb y la sensación de que podría explotar en cualquier momento es abrumadora. Él duerme plácidamente, las pocas pecas que descansan sobre sus mejillas, casi imperceptibles, mi hacen verlo con ternura, y me hace recordar que siempre que las veía mi inconsciente sonreía.

¿Cuántas cosas lindas había vivido con este chico y olvidado? Por errores de otro los buenos momentos de Caleb y Peyton pasaron a un plano borroso en mi memoria y solo lo malo y negativo prevalecía. Mi mente viaja a la noche del reencuentro, cuando él entró en ese salón, la mirada de todos sobre su persona, la admiración con la que el profesor Orcon se refería a sus logros, los aplausos y después, su presencia, su imponente presencia. Estaba tan confundida, no sabía a quién tenía en frente, o quizás si, pero mi cerebro tenía miedo de darme la respuesta porque, las mariposas y nervios que sentí en ese momento habían sido causadas por él y por el aire gallardo que envolvía su persona.
Pienso en la chica que lo acompañaba esa noche, no recuerdo su nombre pero si su rostro, sus rasgos, era como otra yo, alguien tan parecido que aún me asombro. Hoy sé el por qué de su compañía, no me quiero vanagloriar de eso pero, él la buscaba porque me veía a mi, porque verla a ella le hacía pensar que me tenía a mi.

- ¿En qué piensas? - me sorprende su voz.

- En ti. - lo miro luego de responder. Sonríe.

- Espero que sea algo bueno y no en una forma de matarme mientras duermo. - reímos ambos.

- No me des ideas Nolan.

Me atrae hacia él para dejar un beso en mis labios, planeaba alejarse pero no lo permito. Me subo a horcajadas y siento su erección presionar, piel con piel, choques eléctricos me elevan.

- Buenos días nerd. - me burlo contra sus labios.

- Hola, mariposa.

¿Lo ven? Hoy escucharlo decir eso me acelera el pulso, antes me había odiarlo por ser capaz de ver en mi lo que tanto quería ocultar.

- Fóllame. - me demanda.

Mi piel se pone roja y acalorada, tengo los pelos de punta por el escalofrío que causaron sus palabras en mi. Agarra mi trasero para insitarme.

- Ruegamelo. - decido jugar.

Él se burla de mis palabras, de un ágil y rápido movimiento está ahora sobre mi, sosteniendo mis brazos sobre mi cabeza y lamiendo su labio inferior mientras mis senos se mueven por el forcejeo y él los ve.

- El amo soy yo Peyton, no lo olvides. - me dice. Decido seguir su juego.

- Quiero ser follada por mi amo, sin piedad ni consideraciones.

Sus ojos azules se dilatan y llamas lo envuelven, hablo en serio, su mirada toma otro nivel.

- ¿Me deseas? - susurra en mi oído. Se ve tan necesitado de oír esas palabras que, se las doy.