◤ˣˣˣᴵˣ ᴸᴼ ᵟᵁᴵᴱᴿᴼ

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Pov Caleb.

Miro hacia mi lado y sonrío, Peyton duerme tan serena que la paz que emane su cuerpo me envuelve. Todo ha sido tan, único e inesperado, confieso que en el fondo tenía tanto miedo de que me rechazara, de que no se diera cuenta que lo que más quería era su perdón, que no supiera ver que he dejado de un lado el Caleb con el alma podrida; este nuevo chico solo quiere luchar por ella, por tenerla así, dormida a mi lado  siempre. Estiro mi mano y retiro el cabello de su rostro, una sonrisa boba se dibuja en mis labios y mi corazón martillea contra mi caja torácica, siendo libre de actuar y pensar por si solo.

He pensado mucho, mientas planeaba cada detalle de su cumpleaños, quería tanto que todo fuera tan perfecto, que ella me aceptara que, yo mismo acepté que en realidad nunca he dejado de querer a esta chica y no voy a huir más de este sentimiento, al contrario, quiero, necesito luchar por él, por ella, por nosotros.

Me pongo de pie y coloco unos boxer limpios y seco. Me miro en el espejo del baño, tengo marcas de sus uñas y agarres en los hombros, por el cuello, y el pecho, río y muerdo mi labio inferior. Paso las manos por mi pecho e imagino que son las suyas, la sensación de su toque me invade y es la necesidad de tenerla y no dejarla ir.
Nunca he sido un hombre de plegarias o de pensar en el mañana, pero, rezo, suplico que en mi mañana esté Peyton, que, esta tregua que estamos teniendo, tenga frutos para ambos y que nos beneficie.
La puerta del baño se abre y nuestros ojos se encuentran por el espejo, trae una polera mía y puedo apostar que nada más debajo. Sonríe y se acerca. Al principio es tímida, me doy cuenta que no sabe como actuar, y le brindo la confianza que necesita, la atraigo hacia mi y la beso. Nos deleitamos en este contacto de entrega hasta que nos alejamos por la necesidad de recuperar el aliento.

— Ya no llueve. — dice y frota sus ojos.

— No. — doy un suave beso en su mejilla.

— ¿Qué hora es? — pregunta algo desorientada.

— No lo sé, lo que si es seguro es que aún no amanece. — quiero abrazarla pero, no quiero agobiarla, aún es mucha información para ella esto que estamos teniendo.

— Necesito hablarle a Daf.

— Ya lo hice, me amenazó y juró colgarme se las pelotas si llegas con los ojos hinchados y lágrimas en ellos. — se ríe.

— Típico de Daffne.

Nos quedamos viendo fijamente sin decir nada, ni falta hace, con las miradas creo que siempre hemos sido capaces de decirnos más que con nuestras bocas. Es un hecho que, el corazón dirige los ojos y la mente los labios, sino, todo quizás hubiera sido diferente entre nosotros.
Cuantas veces quise decir "quédate" y de mis labios salían un "lárgate", tal vez, en lugar del "te odio" podría haber salido un...

— Te quiero pedir un favor. — la miro.

— Claro. — me dice.

— Cuando amanezca, me acompañas a un lugar.

— ¿Nuestra cita? — pregunta mientras hace pis.

— No, es, algo más. — no quiero dar mucha información, no vaya a ser que luego se retracte.

— Ok.

Abre la ducha y comienza a sacar la polera, mi nuez de Adán se mueve por los nervios con dificultad.

— Tomaré un baño. — si, no soy ciego  — ¿me acompañas? — sonríe pícara.

Cuando está bajo el agua deja salir un gemido y acaricia su cabello dejando el agua correr, me mira y no dice nada, la invitación ya está hecha. Me deshago de los boxer y me uno a ella, y es obvio, yo diría, evidente todo lo que hicimos en esa ducha.

El deseo del amo (Completa ✔)Where stories live. Discover now