El deseo del amo (Completa ✔)

ˣᵛᴸᴸ ᴸᴵᴸᴵᴬᴺ 💎

<< Por favor no lo hagas, no>>

Y otro...

《No llores Peyton》

Es más fácil decirlo que hacerlo. ¡Dios! Que linda forma de mostrarme que tienes tus favoritos y yo precisamente no soy muy bienvenida en esa lista.

Otro más...

Es la cuarta vez que el cuero azotador que doblega y domina aterriza en mi trasero. No sé si me duele más la humillación de estar en ropa interior en cuatro patas frente a Caleb, o el contacto del látigo en mi sensible y seguro enrojecida piel; pero de lo que si estoy segura, es que lloro de impotencia, de rabia.

Flashback

— Siempre me desafías. — me dice Caleb mientras entramos por completo a la casa. — Crees que esto es un juego y que tú pones las reglas.

Veo de reojo como quita el moño del esmoquin de su cuello, está enojado.

— No Michel, el creador de este juego soy yo, todo camina bajo mi sombra y te lo voy a demostrar.

Pasa por mi lado y me agarra de la mano. A jalones me lleva escaleras arriba hacia... ¿su habitación? Los nervios se instalan en mi estómago, siento un ácido subiendo por mi garganta, es la sensación de vómito por causa del miedo que siento.
Cuando entramos me lanza sobre la cama. Retroceso tanto como puedo mientras lo veo acercarse, peligrosamente, sin prisa, disfrutando de cada maldito segundo.

— ¿Qué haces Cal...?

— ¡Cierra la puta boca Michel! — este chico está viendo rojo. — Te lo pedí, no, te lo exigí. — enrolla las mangas de su impecable camisa blanca. — Ni un milímetro de distancia cerca de Noam, si fuera posible, ni respires su mismo aire, pero como siempre, quieres hacer lo que te da la gana.

Me agarra de la cintura y con fuerza me atrae hacia él, intento alejarme y me retuerzo pero él es demasiado fuerte y súmenle a eso que estoy temblando. Pero, un sentimiento traidor está ahí, una sensación que no debería sentir está patente. ¿Es normal que me excite ver a Caleb enojado? ¿Estoy loca por los nervios de anticipación que me hacen imaginar escenarios turbios? ¿Qué haces conmigo Caleb Noaln? Me desconozco.

Me obliga a ponerme de pie. Sus manos viajan con tortuosa lentitud por mis brazos, su mirada ya no es de odio, ahora, sus claras pupilas dilatadas me miran a mi, a la Peyton que está justo frente a él, a escasos centímetros. Sus dedos se pierden y aparecen en el cierre del vestido, trago en seco mientras hace descender el ciper. Mi piel es de gallina mientras la prenda de vestir va cayendo al suelo. Mis pechos solo los cubren pequeñas tapas de silicona, en resumen, prácticamente están descubiertos. No siento vergüenza y eso me pone en alerta, hay tanta tensión sexual en el aire que no deparo en pensar en el hecho de que Caleb me tiene casi desnuda frente a sus ojos. Mis bragas blancas estilo tanga que apenas cubren mi trasero y feminidad llaman su atención.

— Te odio Michel. — me dice y se toma de los cabellos desordenandolos mientras su mirada me va consumiendo.

— Caleb...

— Ssshhhh. — coloca uno de sus dedos en mis labios para hacerme callar. Sus azules ojos miran el lugar de su dedo y su lengua lame su labio inferior. — Tengo que castigarte...

Habla con ¿dolor? No, no creo que sea dolor. El temor vuelve a ser protagonista.

— Si no lo hago, una parte de mi que ya no existe y lucha por volver, habrá ganado la constante batalla interna que me perturba, y no, no pasará.

El chico del rencor, de los malos sentimientos está de vuelta, su rostro se transforma tan fácil que parece que una máscara es sucesora de otra y se intercambian por arte de magia. Me da la espalda y aprovecho para ahora, que la vergüenza comienza a hacer su entrada, cubrir mis pechos. Caleb rebusca en unos cajones y cuando voltea a verme, mis ojos se quieren salir de las órbitas. ¡Enfermo de mierda! Trae en sus manos un pequeño pero brilloso látigo de cuero.