El deseo del amo (Completa ✔)

xxv Andrés 🙄

Estoy deslumbrada con el hotel, nunca había estado en uno tan lujoso, de hecho, solo estuve en un hotel en el cumpleaños número 15 de Carol la hermana de Caleb y apenas y pude pasar tiempo ahí porque sus padres discutieron en plena fiesta y se suspendió todo. Recuerdo ese día, Carol lloraba tanto y su hermano la consolaba. Caleb se enfrentó a su madre y ella lo golpeó en el rostro en frente de todos. Nunca entendí a la familia Noaln, aparentemente eran un núcleo familiar consolidado, los típicos millonarios portadas de revistas de ejemplo para el mundo, pero, varias veces cuando hablaba con Caleb me daba a entender como que su familia no era lo que aparentaba. No le prestaba atención porque en aquel entonces poco me importaba su vida, pero hoy, que lo veo en la recepción del hotel llenando la información para el hospedaje, me pregunto ¿qué tanto ha ocurrido en la vida de este chico en estos años?
Sé que su padre sigue aún en estado vegetativo. No me siento orgullosa del escándalo que di en el hospital el día que supe de su accidente, su familia pasaba por un mal momento y no me importó, estaba resentida por la muerte de mi padre por causa de su cochina empresa y como querían obviar el tema, después de que papá se dedicara en cuerpo y alma a los Nolan y que su jefe se colara entre las piernas de su mujer, mi madre. Ese día fue la segunda vez que Caleb me vio con ojos de odio, la primera,fue en la noche de la graduación, pero esa es otra historia. Ahora lo recuerdo como si fuese ayer, antes se sintió raro que el chico que me idolatraba me viera como una extraña.

...

Estoy que me caigo muerta, no he cerrado la boca desde que Daffne y yo entramos a la suite donde nos hospedaremos. Me siento una princesa realmente en esta habitación, es más enorme, cómoda y lujosa. Daf se lanza en la cama y brinca, sonríe, está demasiado contenta, amo verla así.

— Tengo que aceptar que, Caleb me sorprendió. — me dice.

— A mi también. — no sé por qué sonrío cuando hablo.

— Aunque creo que es más que evidente por qué hizo esto.

— Si, para colarse entre mis piernas. — se ríe.

— ¿Y no quieres eso? — me dice sugerente.

— Por supuesto que no. — mi cuerpo traidor que se empeña en llevarme a la contraria.

— Ay Peyton que mentirosa. — se burla y le lanzo una blusa que ando sacando de la maleta.

— Ya cállate.

Pasamos un rato en la tina de la habitación, es enorme y con hidromasaje, ambas bebemos vino y recordamos momentos divertidos y locuras de la adolescencia, cantamos canciones en italiano que no sé la letra, solo hago sonidos raros imitando a mi amiga que si lo habla perfectamente.
Daffne no para de reír cuando su móvil suena, se lo alcanzo porque está más cerca de mi.

— Hola Dodo. — contesta, se queda en silencio mientras hablan del otro lado de la línea. — Ah ya va.

Se pone de pie y cubre su bikini con un albornoz. Sale del cuarto de baño, yo solo me quedo disfrutando.

— Dime que estás desnuda por favor. — la voz de Diogo me hace reír.

— Ya quisieras verme desnuda. — le saco el dedo del medio.

— Lo he soñado varias veces, lo confieso.

— Ay no, mi hermano siendo morboso con mi amiga, que asco. — se burla Daf. Reímos todos.

— Peyton fue una de mis fantasías sexuales en la adolescencia. — dice con cara de chulo.

— No seas idiota.

Me pongo de pie y el agua se escurre por mi cuerpo, tranquilos, si traigo un bikini, aunque Diogo me mira como si no trajera nada.

— Ahora entiendo la obsesión del Nolan. — habla y no cierra la boca.