39. ¿También a ella la quieres matar?

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Después de pasar unos minutos más a solas en su habitación riéndonos y charlando sobre nuestras películas favoritas, me convence de quedarme acostada con él por una hora más. Todavía no sé cómo pero consiguió que me quitara la ropa de nuevo. Pasó un corto tiempo hasta que le dije que tenía que llegar a casa, me puso mala cara, pero después la cambio por una sonrisa cuando le dije que mañana la pasaríamos juntos. Aunque en teoría, ya la estamos pasando juntos en domingo, pero me da igual porque estaré con él dentro de poco.

Cierra la puerta de su habitación y lo sigo a través de la bulla que se libra en su casa. La voz de Lady Gaga empieza a sonar en la sala.

Parece que llegó más gente conforme la noche, Nick me dijo que sus padres estarán fuera hasta el Lunes, así que no se preocupa mucho acerca de la limpieza.

Me toma de la mano en cuanto bajamos por las escaleras. Por suerte para ambos que no nos encontramos a ningún familiar en la sala; no porque me dé vergüenza, o miedo que me vean con Nick, si no porque no quiero dar explicaciones acerca de nada en realidad. A mí gusta que todo quede sin dar chismes.

– Espera casi olvido algo –dice Nick una vez que estamos al pie de la escalera.

– ¿Qué cosa?

– Es una cosa –se limita a responder. Luego algo más cariñoso añade–: No me tardo, princesa.

Me da un beso rápido en los labios antes de desaparecer.

<<¿Una cosa? ¿Qué será?>>

Veo a Daniel salir de la cocina, tambaleando, con una cerveza en manos. No se ve borracho desde esta altura; pero Lucía si andaba bien peda, así que es probable que ella esté durmiendo la resaca. No sé por qué, pero me acuerdo de lo que Gabriel me dijo hace pocas horas, justo en donde estoy parada, sobre Lucía y como se hace pasar por su novia.

Un alarido de risas me hace girar la cabeza. Mis ojos casi se salen de sus órbitas al ver a Alejandro con Daniela. Se me acelera el corazón. Los veo restregarse al ritmo de la música. No veo a Marcos o a Ulises, y me cuido la espalda por si acaso se les ocurre sorprenderme.

Mientras más veo a Alejandro con Daniela, más se ponen los pelos de punta. Mi sexto sentido me lleva a pensar algo demente acerca de la relación de esos dos:

<<¿Y sí Daniela le pidió a Alejandro que me molestara junto con su grupo de amigos, en venganza por el karaoke?>> Alucino, nadie está tan desquiciado como para hacer algo así, ¿cierto? Ella no me odia a tal grado, ¿verdad?

Nick baja por las escaleras con mi suéter en manos. Mi corazón se alegra sólo de verlo. Mientras más rápido salgamos de aquí, mejor.

– ¿Lista?

– Sí –me limito a responder.

– ¿Qué te pasa? –pregunta. De seguro ya noto lo pálida que me encuentro.

– Nada. Estoy cansada –miento.

– ¿Me quieres decir algo?

<<Mierda>>, no pareció creerme.

– Que... –mi mente trata de trabajar rápido. Aunque sólo consigo decir–: Gracias.

Nick vuelve a fruncir el ceño cuando repasa mi cara por unos segundos. Se ve que me quiere preguntar por mi estado; pero en el momento menos oportuno, aparece su hermano.

– ¡Nico! ¿Cómooooo estásssss hermanooooo? –pregunta arrastrando las palabras.

Gabriel tiene la cara empapada en sudor. Está como una cuba, y el olor que emana me provoca un par de muecas que no soy capaz de disimular. Nick mira a Gabriel y su gesto de desaprobación me lo dice todo.

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Where stories live. Discover now