44. Nick es mío

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– ¿Sabías qué? Leonardo DiCaprio en serio se lastimó mientras grababa esa escena.

– ¿En serio?

– Esa sangre que ves en su mano y con la que le restriega a Broomhilda, es suya.

Nos pasamos a ver la película: Django sin cadenas. Casualmente también es su película favorita. Bueno, dice que tiene un empate entre: Bastardos sin gloria o Del crepúsculo al amanecer. A los dos nos gusta Quentin Tarantino, también es otra cosa que tenemos en común.

– En ésta Christoph Waltz sale de bueno, pero en Bastardos sin gloria la hace de un hijo de la gran puta.

– Estoy de acuerdo. ¿Creía que tu película favorita era El Gran Hotel Budapest?

– Ahora que me estás enseñando ésta, me debo replantear mis opciones.

– Jaja –me rio lo más falsamente que soy capaz de aparentar.

Veo con el rabillo del ojo que Nick sonríe. Que bueno que tiene una laptop en su cuarto, yo no tengo salvo una vieja portátil color negra que más bien es una tablet.

Llegamos a la parte final en la que Django se venga de todos. Me emociona ver el estilo retro y nuevo de Tarantino, siempre me ha gustado que la ficción supere la realidad, que el héroe resulte invicto ante los demás, y que piense y controle sus emociones, que ponga hechos de la vida real agregando un toque humorístico. Esas son películas que valen la pena ver.

– ¿Otra? –me pregunta.

– Son las tres... Mejor pongamos música.

– ¿Una en especial?

Oceans de Seafret, por favor.

– Sabía que elegirías esa.

En verdad, cuando Nick sonríe, luce como cien años más joven. El modo en cómo hunde los ojos y arruga la nariz me mata... Todo mi corazón se hincha de felicidad al verlo tan relajado.

Busca la canción en YouTube y le da al primer video que aparece en la lista. En cuanto la música empieza, me coloca encima de su pecho; pero yo no quiero darle la espalda a su rostro, así que me recoloco encima de él, pero está vez pongo mis piernas en sus costados. Paso las manos por su pelo para colocarlo detrás de sus orejas y dejar su frente al descubierto.

Mis piernas rodeándole el torso, me llevan a pensar que es de mi propiedad. Le regalo varios besos con la boca abierta mientras la canción continua. Lo beso lento; me tomo mi tiempo para meterle la lengua y masajearla dulcemente con la suya. Nick gruñe al sentir mis caderas presionar contra las suyas; paso a cambiar de ritmo cuando él mete sus manos por debajo de mi suéter.

Encuentra lo que busca al posar sus manos en mis tetas. Me acuerdo de no traer el sostén y, creo que él se da cuenta por cómo se apresura a meterlas por debajo de blusa pegada; me mira con las pupilas dilatadas y quiero más. Me quita el suéter con mucha facilidad, y me tumba a un lado para quedar encima de mí. Tengo las piernas abiertas y él está entre ellas. Se sostiene con una mano, mientras que con la otra sube y baja por mi torso hasta llegar a posarse en mis senos. Me arden las mejillas cuando me mira con la boca entre abierta y con los ojos lúbricos. Mis sentidos se agudizan cuándo sus dedos dan tenues pellizcos a mis pezones. Gimo aliviada. Me acaricia de una manera en la que jamás creí posible de que un ser humano me diera; ya me está empezando a arder la espalda y el vientre.

La respiración se me acelera y los ojos se me cierran en automático. Cuela la mano entera por debajo de mi blusa y me recoge un seno. Ya no escucho la música, sólo siento que sus labios van de mi boca a mi mentón y bajan hasta mi clavícula. No siento su mano hasta tenerla en mi parte íntima. Me abre el pantalón y me los quita por completo. Pone la palma abierta por encima de mis calzones, sube y baja la mano hasta dejarme con la respiración lenta y cansada. Mis manos se aferran a su ropa mientras mi cara arde y mi cuerpo lo sigue.

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Where stories live. Discover now