94. Así es mejor

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El agua de la ducha caía como cascada sobre nuestros cuerpos, Nick es bueno, mas que bueno dejándome con ganas de más. Me toca los senos y resbala con facilidad sus manos hasta penetrarme con los dedos, los mete y los saca hasta que la presión se disipa. Al terminar, paso a enjabonar mi cabello y a poner el acondicionador.

–      ¿Estás bien?


–      Lo digo por... lo de hace rato.

–      Todo bien –le aseguro–: Quiero estar contigo, Nick.

Lo beso. Es un beso suave el que se instala entre nosotros. Le doy la espalda, tomo la esponja y vierto mi jabón humectante en ella. Sigo dandole la espalda a mi novio... No, a mí todo. Nick es mío otra vez, aunque jamás lo ha dejado de ser. Me limpio y tallo hasta que la espuma y él aroma hacen su trabajo. Nick todavía no ha empezado a asearse, creo que sólo quiere estar en la ducha conmigo.

Mientras paso la esponja y siento las burbujas en mi cuello y en mis pechos, claramente puedo sentir el dedo de Nick, subiendo y bajando por mi espalda. Me detengo ante su cariño y sonrío a los azulejos de la regadera, todavía con la esponja en mis manos. Me abraza el torso y su mano llega a mis glúteos, con la otra me recoge el pelo y lo pone en solo hombro. Mi cabello crece dos centímetros al estar en el agua. Me besa con cuidado la espalda y me quita el jabón restante de ella. Deposita un pequeño beso en mi nuca.

–      Nick –musito.

Antes de que pueda decir o hacer algo más, me lleva con cuidado a la parte en donde la regadera termina. El agua cae por su espalda y la mía queda en su pecho. La tiene dura, en serio está dura.

–      Si no quieres... no lo hagamos –dice en mi oído con una voz ronca.

–      Sí quiero... ¿No dolerá?

–      Voy a ir lento –me besa el pelo mojado–, lo prometo.

Puedo ver por el rabillo del ojo que toma su verga e intenta meterla. Me besa varias veces el hombro desnudo en un intento de distraerme del dolor.

Va lento –como lo prometió– me besa la sien, la mejilla, el hombro. Mis manos se posan en los azulejos, mientras trato de hacer que mi cuerpo no se tense tanto por sentirlo. Se siente muy extraño, pero igual me gusta. Mis piernas amenazan con dejar de funcionar en todos esos minutos que pasa al hacerme el amor.

Pongo una mueca de dolor en cuanto la siento más profunda.

–      ¿Te lastime? –pregunta al detenerse en el acto.

–      No, no lo hiciste.

–      ¿Estás bien? –pregunta en un suspiro.

–      Sí.

Vuelve a la carga, en cuanto siento esa presión explosiva en mi vientre, gimo. Gimo con más intensidad, mientras lo siento palpitar. Me duele, ya no tanto, pero sí es un tanto asqueroso. Nick termina casi al mismo tiempo en que yo lo hago. Siento su respiración en mi oído, sale de mi con cuidado e intenta darme la vuelta. Me duele.

–      ¿Todo bien? –pregunta al quitarme el pelo empapado de la cara.

–      Ajá.

–      ¿Te ha gustado?

–      Un poco.

–      ¿Quieres volver a intentarlo?

–      No. –Voy a ser sincera.

–      Entonces no lo volveré a hacer –me besa la sien y me abraza, le correspondo.

Noto que me acaricia con cuidado los glúteos, mientras el agua facilita mucho su roce cariñoso.

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Where stories live. Discover now