Capítulo 11. La fiesta de Laura

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A la mañana siguiente, cuando la doctora iba a salir a trabajar, vio salir a Daniela de casa de Laura. Iba con ropa deportiva y como la otra vez que la vio, tuvo que retirar la mirada de su cuerpo porque ésta ya se estaba volviendo lasciva. Y por nada del mundo quería importunar a la joven con su mirada.

-Eh doctora, espere. Bajaré con usted por el ascensor.

-Tengo prisa, Daniela, llego tarde- la doctora no quería meterse con Daniela en el ascensor. No podía tenerla tan cerca y encima estar enfadada con ella. Seguro que se lo había pasado de cine con Laura durante toda la noche, mientras ella no se la había podido quitar de la cabeza, otra noche más. Eso no era justo.

-Vaya, ¿Esta noche no ha descansado bien?porque parece que sigue con el mismo humor de ayer- Le dijo Daniela con sorna.

-Sí, sigo con el mismo humor. Aunque por lo menos me alegro de que tú si hayas dormido mejor que yo. Hasta luego Daniela, bajaré por las escaleras- le contestó secamente a Daniela.

Daniela no se lo podía creer. Lo dulce que podía ser esa mujer y cuando se le cruzaban los cables, lo borde que era a veces. Había rechazado ir con ella en el ascensor...Estaba claro que para la doctora, Daniela sólo había sido una paciente, luego la stripper a la que visitar de vez en cuando cuando tenía un apretón, y ahora la vecina. Pero no era nada especial ni importante para ella. Pensar en eso le dolió en el alma. Esa mujer nunca sentiría nada por una cría como ella. Encima la vería como una simple stripper. Quería desaparecer. Menos mal que se iba a ir a correr una hora. Le iba a venir de perlas para no pensar durante una hora en la maldita doctora.

Después de correr durante una hora, llegó a casa exhausta, pues había corrido más rápido de lo normal. El haber visto a la doctora y ésta haber rechazado bajar con ella en el ascensor, la había puesto a ella también de mal humor y lo había pagado corriendo más rápido de lo debido. Pero por lo menos aguantó una hora corriendo.

Llegó la noche y Laura iba a dar una fiesta con sus amigos de la carrera y de la selección de voleibol (jugaba desde hace varios años en la selección). Laura no perdía el tiempo y siempre estaba rodeada de gente. Era una chica muy sociable, al igual que Daniela.

Daniela había pasado un mal día pensando en lo que había pasado esa misma mañana con la doctora. El rechazo de la mujer la había dejado muy triste. Así que decidió unirse a la fiesta de su hermana y así poder emborracharse y no pensar más en Patricia.

Estando ya en la fiesta, no dudo en beber y beber hasta estar ebria. Más de un chico que había el la fiesta intentó sobrepasarse con la joven. Ella los rechazaba como bien podía.

Al rato llegó Patricia a su casa. Había trabajado otras doce horas y no tenía el cuerpo para nada así que cuando oyó todo el ruido que salía de casa de Laura no se lo podía ni creer. No sabía qué hacer, hasta que finalmente se decidió por ir a tocar a la puerta de la vecina y pedirle que por favor intentaran no hacer tanto ruido. Cuando una chica le abrió la puerta, Patricia se presentó como la vecina y le preguntó dónde estaba Laura. La chica la invitó a pasar y a que buscara ella misma a Laura.

Patricia se adentró en el ático de Laura. No la encontró, pero cuando iba a desistir en la búsqueda, sus ojos se quedaron quietos observando a un chico muy alto y fuerte, el cual estaba subiéndole el vestido a una chica para acto seguido comenzar a tocarle los muslos torpemente. La chica parecía muy borracha, hasta que se fijó bien en ella. ¡Joder, era Daniela!. Se dirigió sin pensarlo a los dos jóvenes. Lo cogió a él por el brazo y logró separarlo de ella.

-¿Qué piensas que estás haciendo con la chica?¿No te da vergüenza?

-¿Yo?quiero tirármela. Si usted me lo permite, así que déjeme tranquilo y lárguese.

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now