La joven stripper y la doctora. (2°Historia)

Capítulo 48- La cena de bienvenida

Pasaron los días y llegó el sábado. Y con él, la cena de Daniela.

Daniela estaba algo mejor, pero aún tenía algún dolor que otro. Y poco a poco iban desapareciendo los moretones que tenía por el cuerpo.

Daniela sabía que su hermana estaba liada con la fiesta. Así que pasó a su casa a echarle una mano.

-¿Cómo lo llevas, Laura?

-Bien, lo tengo todo bajo control. Tú limítate a ponerte lo más guapa que puedas y ven con ganas de pasar un buen rato.

-¿Acaso va a ver alguna chica guapa que quieras presentarme?-Le dijo Daniela de forma burlona.

-Pues no, sabes quién va a venir. Además...De Patricia aún no sé nada. No he hablado con ella pero creo que tenía turno de doce horas hoy.

-Ah, vaya. No creo que se pase entonces. Además, si ya te dijo que no sabía si se pasaría, será porque no lo va a hacer.

-Bueno, ella dijo que lo intentaría, lo cual no es lo mismo que no saber si se va a pasar. Así que aún no tires la toalla.

-No es que tire la toalla, Laura, es que no quiero hacerme ilusiones. Ella no está por la labor de volver a tener algo conmigo.

-¿Pero eso te lo ha dicho?

-No, no hemos hablado sobre eso. Pero con sus actos me lo ha demostrado. La invité a que se quedara a dormir en casa cuando ella pasó a ayudarme, y me dijo que no. Así que más claro...

-Ya. Pero ya te lo he dicho, Dani. Ella está con Elisa. Y sabes que si está con alguien, no es de estar con más mujeres.

-Según tú, no tienen una relación seria. Entonces qué quieres que te diga, igual puedo tener vía libre para intentarlo con ella.

-Sí claro, tú puedes intentar lo que quieras, otra cosa es que ella acceda.

-Si, tienes razón. Y hoy por hoy, creo que no tengo ninguna oportunidad con ella. Bueno, ¿En qué te puedo ayudar?Algo te faltará por hacer...-a Daniela no le apetecía hablar más de Patricia, ya que eso le recordaba las pocas posibilidades que tenía de que la doctora volviera con ella.

-Dani, tú descansa. Aún estás convaleciente. Y tienes que estar activa para la noche.

-Si, eso sí. Bueno, pues me iré. Si necesitas algo llámame y paso. Igualmente esta tarde me pasaré antes de la cena.

-Perfecto. Te quiero hermanita.

-Yo también. Ciao.

Daniela se fue para su casa. Necesitaba descansar algo, por la noche le había costado dormir y se había despertado un par de veces teniendo a la doctora en sus sueños. Así no podía seguir.

Se despertó de la siesta a las 6pm. A las 8 empezaba la cena. No sabía qué ropa ponerse. Quería lucir perfecta por si venía al final Patricia. Si quería reconquistarla tendría que usar todas sus armas de mujer. Se puso un vestido blanco ajustado y corto, que le resaltaba su divino color de piel. Y unas sandalias negras de tiras con bastante tacón. Decidió dejarse la melena suelta. Sabía que a Patricia la volvía loca.

A las 7pm pasó a casa de Laura para ayudarla con los últimos preparativos.

-Vaya Laura, lo siento. No te he ayudado en nada.

-Bueno, porque estás convaleciente, si no, estás aquí toda la tarde conmigo. Eso no lo dudes.

-Lo sé. Muchas gracias Laura.

-Coge estas bandejas y llévalas ya a la mesa. ¿Beberán todas con vino?

-Bueno, si quieren cervezas que las cojan directamente de la cocina.