Capítulo 54. Intentándolo.

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Estaban hablando en el portal Laura y Patricia, cuando un señor ebrio las increpó porque las vio abrazadas. Empezó a llamarlas lesbianas de mierda y una sarta de sandeces más...Justo cuando Daniela salió del ascensor y vio lo que estaba sucediendo. El señor estaba agarrando a Patricia del brazo y le estaba haciendo daño mientras la zarandeaba, cuando Daniela se abalanzó sobre el hombre. Éste sin mediar palabra le soltó un puñetazo en el ojo a Daniela. La joven intentó zafarse de él y lo consiguió, pero se llevó dos puñetazos más. A Patricia y a Laura casi no les dio tiempo a reaccionar.

El hombre consiguió salir corriendo de ahí, a pesar de lo borracho que estaba. Y Laura y Patricia fueron a atender a Daniela. 

-Daniela…¿Por qué has hecho eso?¿Estás loca?- le gritó Patricia.

-Joder...Estoy mareada. Pero...estoy bien.

-Estaba borracho Daniela, te podía haber hecho más daño-Le espetó su hermana.

-Os estaba importunando...y tenía a Patricia cogida del brazo. No lo iba a permitir.

A Patricia la volvió loca que Daniela la defendiera. Eso quería decir que le importaba, y mucho.

-Daniela...Ven a mi casa. Te voy a mirar el ojo. Se te va a poner morado. Necesito ver que estás bien. Y curarte las heridas que te ha hecho el animal ese.

-Tranquila Patricia. El mareo se me irá cuando me ponga a correr.

-Daniela, no te vas a ir a correr. Vas a venir conmigo. Tengo que mirarte.-Patricia la agarró por el brazo y Daniela, al sentir los dedos de la doctora en su brazo, ya no pudo negarse. 

Las tres subieron en el ascensor. Laura enseguida se dio cuenta que ella sobraba ahí. Aunque hubieran golpeado a su hermana, sabía perfectamente que estaba en buenas manos con Patricia.

Cuando el ascensor llegó a la última planta, Laura se despidió de ellas.

-Chicas, yo me voy a mi casa. Estoy muerta y Dani, sé que estás en buenas manos. Así que os dejo tranquilas. Y tú Patricia, cuida de mi hermanita.

-Quédate tranquila, ahora la curaré. Ven conmigo, anda.

Daniela la siguió a su casa. En realidad estaba de los nervios, Patricia la iba a curar. Iba a volver a poner sus manos en su rostro…

-Patricia, de verdad. No es necesario que me mires. No te molestes.

Patricia la cogió de la mano suavemente y la hizo sentarse en una silla. 

-Siéntate, por favor. Ahora vengo. 

Patricia fue hacia el botiquín que tenía en el baño y trajo un par de cosas. 

Daniela se sentía avergonzada con Patricia, por lo que le costaba levantar la mirada y mirar a la doctora. 

Patricia le pidió que abriera las piernas, para ella ponerse entre ellas. Posó una mano en su barbilla y le alzó el rostro suavemente. Patricia siempre que tocaba a Daniela lo hacía de forma suave y eso a la joven la volvía loca. 

-Necesito que me mires, tengo que ver bien dónde te ha golpeado ese animal.

-Si, perdona- Daniela la miró a los ojos. El negro de una se mezcló con el azul de la otra y viceversa. Mientras Daniela seguía mirándola fijamente a los ojos, Patricia alternaba sus ojos con el resto del rostro, ya que tenía que verle y curarle las heridas si era necesario. A pesar de haber sido golpeada, la joven lucía espléndida. 

A Daniela le dolía donde el hombre la golpeó. Pero estaba tan ensimismada mirando a los ojos a Patricia que ni se canteó. 

-¿Te duele,Daniela?

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now