Capítulo 41. Esa mirada azul...

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A la mañana siguiente Daniela se despertó excitada y sudada

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A la mañana siguiente Daniela se despertó excitada y sudada. Tanto que necesitaba tomar aire y no se le ocurrió mejor cosa que salir a correr. Necesitaba sentir el aire golpear su rostro mientras corría y escuchaba música. Así que se puso un short corto que le quedaba muy bien, un top deportivo bastante ajustado y unas zapatillas deportivas. Y salió a correr. Cómo el día anterior, su cuerpo se tensó cuando fue a coger el ascensor. No lo pudo evitar.

Cuando llevaba corriendo unos cuarenta minutos, estaba cruzando por un paso de peatones cuando un coche no la vio y la golpeó. La conductora era una chica joven que se había sacado el carnet de conducir hacía poco. 

-Lo siento, lo siento…¿Estás bien? No fue mi intención golpearte. 

-Tranquila. Me duele el trasero y el muslo derecho. Pero por lo demás creo que estoy bien.- Daniela estaba mareada y parecía que le costaba ponerse de pie. 

-Creo que lo más sensato es llevarte al hospital- Dijo la chica muy asustada y preocupada por haber atropellado a Daniela. Menos mal que ésta había sido capaz de levantarse por ella misma. 

-¿Qué?¿Al hospital?no creo que sea necesario…-No quería ir al hospital. ¿Y si se encontraba con Patricia?Aunque si ayer tuvo turno de tarde, lo fácil es que hoy no tuviera turno de mañana. -Bueno, está bien. Llévame al hospital, por favor. 

La joven la llevó directamente a urgencias. Quiso quedarse con ella. Enseguida la metieron en un box porque, a parte de no haber casi pacientes esperando, se le veía algo inestable y además cojeaba. 

-Hola soy la enfermera Paloma y ahora mismo vendrá la doctora a atenderte. Mientras, te tomaré las constantes vitales. ¿Puedes tumbarte en la camilla, por favor?

Cuando la enfermera dijo "la doctora" casi palideció. Sólo esperaba que no fuera la doctora García. En ese momento empezaba a arrepentirse por haberse dejado convencer por la joven para ir al hospital, pero también entendía que la muchacha se quisiera asegurar de que ella estuviera bien. 

Justo el teléfono de Daniela sonó y como era Adrienna lo cogió sin pensarlo. Se puso a hablar con ella en italiano. Pero no le dijo nada del accidente. No quería que se preocupara por una tontería. Ella en realidad se encontraba bien. 

Patricia se iba acercando al box donde estaba Daniela. Cuando oyó esa melodiosa voz que tanto conocía y tanto había echado de menos, y encima hablando en italiano, su cuerpo casi colapsó.  Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Necesitó coger aire profundamente antes de correr la cortina, y tuvo que contar hasta cinco. Una vez ya preparada, corrió la cortina y cuando la vio, casi se desmayó. Tenía ganas de salir corriendo de allí y alejarse todo lo que pudiera. 

Estaba preciosa con el pelo más corto aunque aún lo llevaba largo, y con esa ropa deportiva que tanto le gustaba a ella. La hacía tan sexy. Además estaba toda sudada. Y esos muslos tan bien tonificados... ¡Joder! Ahora era toda una mujer. Si antes le gustaba el cuerpo de la joven, ahora la podría volver loca de remate. Tenía que reconocer que el paso de los años le había sentado de maravilla y que si antes llamaba la atención, ahora estaba totalmente espectacular, por lo menos para ella. Patricia necesitaba salir de ahí, pero justo cuando iba a dar media vuelta, Daniela la vio. Ésta no pudo ni hablar cuando la miró a esos maravillosos ojos azules que tanto había añorado, así que no le quedó otra que colgar la llamada. Seguía estando igual de guapa que antes, o más incluso. Esos tres años no habían hecho mella en Patricia. Al contrario. Estaba más atractiva si cabía. Después de no retirarse la mirada por unos segundos, Patricia consiguió hablar. 

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now