Capítulo 36. Intentando salir adelante.

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Daniela necesitaba irse de la ciudad por un tiempo. Necesitaba alejarse de Patricia, si no iba a perder la cordura. La amaba con toda su alma pero había llegado un momento en que lo único que se hacían era daño. Daniela estaba segura de que si se centraba en sus estudios, y teniendo lejos a Patricia, podía conseguir superarla, o por lo menos lo intentaría. Ella quería ser feliz, con o sin Patricia.

Daniela se decantó por la universidad Politécnica de Milán para hacer el Erasmus porque tenía fama de ser una de las mejores universidades de arquitectura del mundo. Si le iba bien, acabaría la carrera en Milán. Luego estudiaría algún máster y regresaría a su ciudad. Ese era el plan.

Al principio le costó adaptarse un poco. Pero poco a poco fue haciendo amigos en la universidad. Había una italiana que estaba ensimismada con ella. Se llamaba Chiara y quería hacerse amiga de ella a toda costa.

Chiara era una chica que tenía un año más que Daniela y era muy amable, agradable y divertida. Se apuntaba a todas las fiestas que se daban en las distintas facultades. A Daniela enseguida le cayó bien. Por lo que no tardaron en hacerse buenas amigas.

Daniela seguía manteniendo el contacto con sus amigos, sobre todo con Ana. Ésta prometió que iría a verla a Milán nada más pudiera.

A los seis meses Daniela ya hablaba italiano y podía mantener una conversación fluida sin ningún problema. Al poco tiempo de estar en Italia consiguió un trabajo en una librería céntrica. No ganaba ni mucho menos lo que ganaba en el club de striptease, pero le daba para vivir. Además esta vez se dejó ayudar por sus padres y accedió a que éstos le pasaran algo de dinero.

Daniela iba colgando en el Facebook fotos de los viajes que iba haciendo por Italia con Chiara y con más amigos, o de las fiestas a las que acudía.

Una vez Patricia estaba aburrida en el hospital y como era de noche y tenía poco trabajo, quiso cotillear en el Facebook cómo le iba a Daniela por Milán. A pesar de que Daniela ya se había ido hacía tiempo, la doctora no conseguía sacársela de la cabeza.Era un pensamiento recurrente el que le invadía día tras día. Cada día que pasaba la echaba más de menos. En la vida le había pasado nada igual, así que se encontraba totalmente descolocada y no sabía cómo gestionarlo. Y las fotos que vio con la tal Chiara, y con más amigos, le dejaron el corazón peor de lo que ya lo tenía. Se notaba que Daniela ya la había olvidado haciendo su vida con unos y con otros, de fiesta en fiesta y viajando. Lo que no sabía si la tal Chiara sería su nueva novia o simplemente era una buena amiga. Patricia sólo quería llorar. Así que se dedicó a trabajar y a dormir. No hizo otra cosa durante casi un año.

Un día, Chiara invitó a su casa a Daniela. Pero no le avisó de que estaría su hermana Adrienna. Ésta era ya arquitecta y tenía veinticinco años. Daniela, nada más la vio se quedó prendada de ella. Era una mujer guapísima, que no tenía nada que ver con su hermana Chiara. Chiara las presentó:

-Adrienna, mira, mi amiga española Daniela. Ha llegado este año a la universidad y ya es la mejor. Y domina perfectamente el italiano.

Adrienna estaba impresionada por lo que había dicho Chiara de su amiga. Además a Adrienna, Daniela le pareció un bellezon.

La arquitecta solo pudo sonreírle a Daniela. Y ésta, cómo no, hizo con ella lo mismo. Estaba ensimismada mirándola. Le recordaba muchísimo a Patricia porque también era rubia con unos preciosos ojos azules que llamaban la atención. ¡Joder! De pronto se acordó de Patricia y de lo que la echaba de menos, y estuvo a punto de echarse a llorar.

-Daniela,¿Estás bien? Te noto...¿Triste?- Le preguntó Adrienna.

-No, tranquila, solo que me recuerdas a una persona muy especial...Bueno, en realidad a la persona más especial de mi vida.

-¿Ah, sí?¿A una novia?o ex?

-Se puede decir que sí.

-Vaya. Pues esa mujer tiene mucha suerte de haber salido contigo. Porque ahora ya no estáis juntas,¿No?

-No,ella está en España. De hecho, me vine a Milán para alejarme de ella. Nos hicimos mucho daño y si seguía allí, íbamos a acabar mal.

-Pues lo siento Daniela. Pero vamos, que si esa mujer es para ti...Te esperará lo que haga falta.

-Ese es el problema Adrienna, que con todo el daño que le he hecho por mi inmadurez, ella no creo que me esté esperando y seguro que ya ha rehecho su vida - ¡Qué equivocada estaba Daniela!. Si ella supiera...

-¿Inmadurez?¿Acaso ella es más mayor que tú?

-Sí, cuando yo la conocí, ella tenía treinta y cuatro años y yo diecinueve.

-¡Carajos! Si te gustan maduras. Pero vamos...Jaja, más podrás aprender de ellas.

-Pues aunque no lo creas, cuando la conocí a mi me gustaban los chicos. Pero cuando me atendió en el hospital, me quedé prendada de ella. Yo creo que tuve un flechazo. Me miró con esos ojos únicos que tiene...Y me fue imposible dejar de mirarla a los ojos. Pero claro, ella era doctora y yo paciente.

-Vaya, qué historia más bonita. Sólo digo que para que sientas aún algo por esa mujer, estoy segura que ella tiene que ser alguien muy especial.

-Y lo es. Nadie antes me había tratado como lo hizo ella. Y eso hizo que me enamorara de ella, a parte de atraerme un montón, claro.

-Bueno Daniela, no estés triste. Tú disfruta tu estancia aquí, y cuando tengas que volver a tu ciudad, ya irás viendo qué hacer con ella. Nunca se sabe, pero si tenéis que acabar juntas, acabaréis. Y si no, también te puedes quedar sola, que también se está muy bien.

Daniela sabía que tenía razón Adrienna. Pero ella le hizo daño, luego decidió irse lejos sin ni siquiera despedirse de ella...Daniela tenía claro que Patricia no la querría ver ni en pintura.

Pero lo que ella no se podía imaginar, que Patricia no se la podía quitar de la cabeza aunque pasaran mil años separadas. Lo que le había dado esa muchacha en tan poco tiempo, la había dejado marcada de por vida.

Chiara le dijo a Daniela que se quedara a cenar con ellas. Adrienna no podía estar más contenta de tener a esa española en su casa. Se le veía aún enamorada de la mujer que dejó en España, pero ella intentaría que Daniela estuviera a gusto en Milán. Y por qué no, si conseguía que fuera feliz allí, tal vez se olvidaría de lo que había dejado en España y tal vez luego ni querría regresar a su país. Eso estaría por ver.

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now