Capítulo 37. La vida sigue

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Al día siguiente era viernes. Chiara quería salir de marcha con Daniela, quería tomar alguna copa y bailar con su amiga. Así que llamó a Daniela y le comentó el plan que tenía para la noche. A Daniela le pareció perfecto.

Cuando Adrienna se enteró que su hermana iba a salir por ahí con Daniela, quiso apuntarse con ellas. No quería dejar pasar la oportunidad de seguir conociendo a esa española tan guapa y tan enigmática.

Habían quedado en un restaurante céntrico.  Pero a última hora se les sumaron dos amigas de Adrienna. 

Daniela iba muy sencilla pero a la vez muy guapa, con unos jeans ajustados y una camiseta algo ancha y escotada que le quedaba de cine. Y su preciosa melena suelta. 

Cuando se encontraron las tres en la puerta del restaurante, esperaron a que llegaran las dos amigas de Adrienna. 

Francesca y Giuliana llegaron a los cinco minutos. Adrienna les presentó a Daniela y éstas quedaron embobadas con la española. Además pudieron comprobar que hablaba fluidamente italiano.

Las cinco disfrutaron mucho de la cena. Hubo muchas miradas entre Adrienna y Daniela. Se notaba que estaban muy a gusto la una con la otra. Y también se palpaba la química que había entre ellas. Hasta Francesca y Giuliana se dieron cuenta, y las dos estaban encantadas de ver feliz a su amiga. 

Chiara le pidió a la camarera que les hiciera una foto a todas juntas. Estaban todas muy guapas y parecía que se iban a comer la noche.

Después de cenar decidieron irse a una discoteca a bailar y a tomar alguna copa. Adrienna se soltó algo más con Daniela porque sus amigas la alentaron a ello. Se notaba a kilómetros que a la italiana le gustaba mucho Daniela. Y aunque a Adrienna le daba miedo que Daniela la rechazara, tenía unas ganas inmensas de bailar con ella. Siguieron haciéndose fotos en la discoteca. En un momento dado, como ya tenían bastante alcohol en sus cuerpos, jugaron a pasarse un hielo de boca en boca. Y Chiara hizo una foto de su hermana pasándole el hielo a Daniela. Cómo también hizo más fotos de las dos bailando muy pegadas. Chiara tenía ganas de que su hermana saliera con la española. Le encantaba para Adrienna. 

Ya de madrugada, decidieron dar por finalizada la fiesta y se despidieron en la entrada de la discoteca. 

Adrienna se ofreció a acompañar a Daniela a su apartamento, y ésta accedió gustosamente. 

Como la noche se tornó algo fría, Adrienna se animó a coger de la cintura a Daniela, y ésta no la rechazó. Al contrario, aún se juntó más a la italiana. 

Cuando llegaron al portal del apartamento de Daniela, Adrienna no quería irse y no sabía cómo despedirse de Daniela. 

Finalmente fue Daniela la que se acercó a la italiana, mirándola fijamente a sus preciosos ojos azules. Esos ojos que tanto le recordaban a otra persona…

Daniela le dió un beso furtivo. Adrienna no se lo esperaba. Pero igualmente le encantó lo que hizo Daniela, así que se lo devolvió sin miramiento alguno. La italiana la cogió de la cintura y la acercó a su cuerpo. 

-Daniela...Me encantas... Sé que tienes en la cabeza a otra persona, pero si me lo permites, puedo hacerte muy feliz…

-Adrienna, necesito tiempo. Sé que ha pasado casi un año, pero aún sigo con esa mujer en mi cabeza. Además te miro y la veo a ella, sois muy parecidas. Sólo que tú eres más joven- Tenía razón Daniela. Había pasado casi un año desde la última vez que vio a Patricia y no había habido ni un sólo día que no hubiera pensado en ella.

-Entiendo. No tengo ninguna prisa. Me gustas mucho. Así que si tú quieres, iremos poco a poco. 

Se abrazaron las dos, pues hacía algo de frío y necesitaban entrar en calor. Aprovecharon para besarse. Adrienna introdujo su lengua en la boca de Daniela y a ésta le gustó mucho sentirla de alguna manera dentro de ella. 

Se despidieron no sin antes quedar en verse al día siguiente. Adrienna se moría por volver a verla. 

Daniela subió corriendo a su apartamento.  Estaba como en una nube. Pero no se podía quitar de la cabeza a Patricia, además para su suerte o para su desgracia, se había buscado a una italiana que era muy parecida a ella. Y le recordaba tanto a la doctora…Cuando se habían besado en un momento dado creyó estar besando a Patricia.

Como no podía dormirse, aprovechó para ver sus redes sociales. Y de pronto se acordó de las fotos que Chiara les había hecho a todas y que posteriormente le pasó por WhatsApp. Decidió colgarlas en su Facebook. Eran algo subidas de tono, pero le dio exactamente igual, se notaba que simplemente se lo estaban pasando muy bien. Además, solo las verían sus amigos. No pensaba que Patricia, a estas alturas, perdiera el tiempo mirando las fotos que colgaba Daniela. Pero qué equivocada estaba Daniela. 

Cuando Patricia vio las fotos de la cena, en la que salía una rubia muy guapa pasándole un hielo con la boca a la boca de Daniela, con los labios bien pegados a los de la joven, y luego esa misma rubia bailando tan pegada a su Daniela...Se desmoralizó más de lo que ya estaba. Esa chica debía ser su novia. Se notaba la química que había entre ellas. 

Estaba claro que ya la había sustituido por una versión de ella misma pero más joven. Patricia no conseguía pasar página, mientras Daniela no paraba de salir, pasarlo bien y salir con chicas muy guapas. Así pues, esa rubia le recordaba a ella misma, pero con unos cuantos años menos. ¡Joder! Ahora sí que había perdido a Daniela. Como era de esperar, tenía casi veintiún años y tenía unas ganas de salir y de disfrutar de la vida típicas de su edad. Mientras que ella ya tenía una edad para centrarse y tener claro lo que quería. Pero sabía que lo que quería, lo tenía a muchos kilómetros de distancia. Decidió beberse una copa tras otra de vino para intentar olvidar que había perdido al amor de su vida. Ahora sí ya no habría vuelta atrás. Ahora sí, daba por perdida a Daniela. 

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La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora