Capítulo 55 (extra)

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Después de lo que había pasado en casa de Patricia, Daniela estaba tan dolida y tan nerviosa que necesitaba hablar con su hermana, por lo que fue directamente a su  casa.

-Hola Daniela, ¿Ya has salido de casa de Patricia?Uf, ese ojo lo tienes ya amoratado. Pero vaya cara llevas…¿Te ha ido mal con ella?- De repente Laura se preocupó de que Patricia hubiera mandado a la mierda a su hermana. 

-Decir mal es poco… Laura...Me ha tratado como si fuera una cualquiera. Nunca antes me  había tratado tan mal…

-Pero ¿por qué ha hecho eso?.

-Me estaba curando y al tenerla tan cerca mío me ha sido imposible resistirme…

-Joder Daniela, tú piensas mucho con lo de abajo. Te dije que ella necesitaba tiempo. ¿Para qué fuerzas las cosas?

-Laura, ¿cómo quieres que la tenga entre mis piernas y yo no tocarla?, joder, me pides un imposible. Cuando tú tengas a la persona que quieres y de la que estás locamente enamorada, entre tus piernas, me cuentas. Bueno, total que hicimos algo...Y luego me dijo que ya me podía ir cuando yo quise abrazarla. 

-Joder con Patricia...Pero Daniela…¿Qué quieres? Ella está muy jodida. Lo único que sé es que entre vosotras hay algo único. Tenéis que acabar juntas joder, no os veo a cada una haciendo vuestra vida con otra persona... Sólo os puedo ver juntas. Y ya habéis perdido mucho el tiempo.

-Laura, yo no tengo tiempo para esperar. Sé que la he cagado, pero la necesito. Quiero estar con ella, pero ya, no dentro de un año. Estoy contigo, ya he perdido mucho tiempo de estar a su lado. Y ya no aguanto más tiempo así, me estoy muriendo por dentro.

-Te entiendo perfectamente, habéis perdido las dos mucho tiempo, Daniela. No sé...Se me ocurre montar mañana por la noche una quedada para tomar algo, o para bailar, o tomar una copa...y quedar también con éstas, así Patricia vendrá también. 

-Haz lo que veas. Pero después de cómo me ha tratado antes...Creo que me va a mandar a la mierda o igual cuando sepa que yo voy, ella declina venir. 

-Bueno, Daniela, ya veremos. Luego le escribo a ver si se anima. Tenemos que hacer encontronazos entre vosotras, lo que está claro que a pesar de haberte visto con Adrienna en el jacuzzi, ella aún siente y mucho por ti, sino hoy no hubiera hecho lo que ha hecho contigo. Y si te ha tratado así, es porque está muy dolida contigo, lo cual es normal. 

-Si, sé que es normal. Bueno Laura, muchas gracias. Ya me dices si se anima o no. Te quiero. 

-Luego te escribo. Vete a casa y relájate, que vaya cara llevas…

Daniela fue a su casa muy baja de ánimos. Sabía que Patricia no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente pero ella albergaba alguna posibilidad. Pensaba como Laura, ella solo se veía emparejada con Patricia, con nadie más. 

Cuando llegó a casa, Adrienna ya había hecho la cena. La italiana vio desaminada a su amiga y le preguntó qué le pasaba, pero Daniela prefirió no contarle nada de lo que había pasado en casa de Patricia. 

Mientras Daniela estaba cenando, le llegó un WhatsApp donde su hermana le decía que Patricia había dicho que sí a la quedada. Iban a quedar en el ático de Laura para una cena algo improvisada. Y pensaba invitar a Lola, María y Elisa. La que Laura no tenía pensado invitar era a Adrienna, porque ya lo que le faltaba a Patricia, verla con Daniela.

Daniela tuvo que hablar con Adrienna para comentarle lo de la cena del día siguiente y a la italiana no le pareció mala idea. Sólo quería ver bien y feliz a su amiga y entendía perfectamente que si ella iba, a Patricia le iba a sentar mal verlas juntas.

Al día siguiente Daniela estaba de los nervios. No sabía cómo iba a acabar la cena que había preparado su hermana. Pero Patricia andaba parecida.  Por un lado se moría de ganas de ver a Daniela y por otro quería tenerla lo más lejos posible. Y como no sabía si Laura había invitado a Adrienna, ella intentaría juntarse a Elisa si iba la italiana. No quería sentirse desplazada ni que sobraba si veía a Daniela con Adrienna. 

El día fue pasando lento para el gusto de Daniela. Estaba muy impaciente y no paraba de mirar la hora en su reloj de muñeca.

Cuando llegó a su casa después de trabajar, se dio una ducha rápida y le pidió a Adrienna que la ayudara a elegir un vestido. Las dos se decantaron por uno blanco muy fino y muy escotado, tanto por delante como por detrás. Tenía pensado no ponerse sujetador. Quería llamar la atención de la doctora y desde luego que lo iba a conseguir, Patricia acabaría comiéndosela con la mirada. 

Patricia, cuando acabó su turno, también se dirigió a su casa nerviosa. Después de cómo había tratado a Daniela la tarde anterior en su casa, ahora tenía remordimientos. Y para colmo estuvo a punto de abofetearla. Menos mal que la joven la detuvo, sino ahora estaría arrepintiéndose de haberlo hecho. Decidió, al igual que Daniela, arreglarse y ponerse muy guapa. Se puso un vestido negro que le quedaba perfecto, el cual también era bastante escotado. Con unas finas sandalias de tacón de aguja. Sabía cómo tener a la joven embobada y aunque no quería saber nada de ella en ese momento, sí quería torturarla un poco. Después de lo que había pasado el día anterior en su casa sabía perfectamente que Daniela la miraría con deseo. Y vaya si la joven lo iba a hacer. 

Llegó la hora de la cena y Daniela ya estaba en casa de su hermana. Quería ayudarla preparando la cena. 

-Daniela, cariño, estás preciosa...Con ese vestido tan escotado...jaja hasta las ideas se te ven.

-Ja ja ja. Pero…¿estoy guapa o no? Tengo que llamar la atención de Patricia. Adrienna me ayudó a elegir el vestido.

-¿Ella te ayudó a elegirlo? Joder vaya suplicio entonces para la pobre, se nota a distancia que la llevas loca. Me lo dijo Patricia y tiene razón. Esa chica está enamorada de ti. Y sinceramente, si no estuviera Patricia, esa chica sí me gusta para ti. 

-Claro, le hubiera dado una oportunidad si no estuviera colada por Patricia. Adrienna, aparte de ser preciosa, es una buena chica. Me lo ha demostrado con creces. 

Mientras hablaban las hermanas, el timbre sonó y con el ruido, Daniela se tensó como nunca. 

-Hola guapa, ¿Qué tal? Por cierto, ¿A qué se debe esta cenita todas las amigas juntas,Daniela?¿Tú hermana nos quiere dar una noticia o qué?-Preguntó María cuando llegó con Lola. 

-Pasad, chicas. No, no se debe a nada en realidad. Simplemente Laura tenía ganas de invitaros y a mí me pareció muy buena idea. Me encanta veros a todas juntas.

-Y a nosotras. Tenemos que quedar más seguido- Contestó Lola. 

A los cinco minutos llegó Elisa. Y sólo faltaba Patricia. Daniela estaba histérica. Ya le había entrado el miedo de que la doctora se hubiera arrepentido y se hubiera echado para atrás. Pero ella era capaz de ir a buscarla a su casa si era necesario. Se moría por verla. 

Al rato, por fin volvieron a tocar el timbre. Y ahora sí tenía que ser Patricia. Daniela estaba tan tensa que pensó que sería incapaz de ir a abrir la puerta. Pero finalmente se armó de valor y fue a abrir. 

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora