Capítulo 47. Con ganas de más...

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A la mañana siguiente, sonó la alarma de Patricia y ésta se levantó rápido y corriendo porque sabía que tenía que pasar por casa de Daniela para ver si ésta estaba bien, antes de irse a trabajar.  Se dio una ducha rápida, se tomó un café y le preparó algo a Daniela para desayunar.

Pasó a casa de Daniela como habían quedado la noche anterior, intentando no hacer ruido. Era aún muy temprano. En la calle aún no había amanecido. 

Patricia fue directa a la cocina a dejar lo que había preparado para que desayunara Daniela. Luego Patricia fue a la habitación de Daniela para asegurarse de que estuviera bien. Y cuando la vio dormida en la cama, con la penumbra mostrando ese cuerpo de diosa, le dio un escalofrío por todo el cuerpo que la estremeció. Llevaba sólo unas bragas y estaba de costado durmiendo. A Patricia le fue imposible no mirarla. De hecho, como si estuviera hipnotizada, se acercó a la cama, se sentó en el borde, y aprovechando que la joven dormía profundamente, se acercó para mirarla de arriba a abajo y olerle el cabello, mientras con su mano le rozó el muslo, y fue subiendo lentamente los dedos hasta la cadera, la cintura, el abdomen...Y estuvo a punto de acariciarle un pecho, pero se lo pensó mejor y le acarició el brazo. Estaba excitadísima. Ese cuerpo casi desnudo le provocaba mil sensaciones a la vez. Luego pasó sus dedos por la espalda de Daniela. Su piel se puso de gallina.  Y como ésta seguía dormida, acercó sus labios a los de Daniela y se atrevió a acariciarlos. Las bragas de Daniela comenzaron a humedecerse. Patricia se encontraba como en shock acariciando todo el cuerpo de la morena. 

La doctora estaba perdiendo la cordura. Su mano se acercó a la ingle de Daniela y a su monte de venus, y sin pensarlo, acarició las bragas de ésta. Daniela, de forma inconsciente, abrió un poco las piernas, dándole vía libre a Patricia para que le tocara su entrepierna. A Patricia le iba a dar algo ahí mismo. Para ella, el tiempo se había parado. Y sólo existían Daniela y ella. Sus dedos, al principio, seguían rozando las bragas de Daniela, pero luego acabaron presionando la parte íntima de la joven, quería conseguir la mayor fricción posible. Daniela soltó un gemido gutural. Y con ese gemido, Patricia despertó del shock en el que se encontraba. Apartó la mano bruscamente pero Daniela fue más rápida cogiéndole la mano a la doctora y llevándola de nuevo a su entrepierna. Quería y necesitaba que Patricia metiera los dedos debajo de las bragas y éstos se dieran vida.

-Por favor...Mete tus dedos debajo de mis bragas…- le dijo Daniela muy necesitada y aturdida.

-No puedo...Daniela...Llego tarde al trabajo...Me tengo que ir…- Le contestó Patricia tan excitada que parecía que iba a explotar.

Daniela consiguió meter la punta de los dedos de Patricia debajo de sus bragas, y con ese tacto gimió como pocas veces, dejándole los dedos de Patricia mojadísimos por su propia humedad. 

-Patricia, no me puedes dejar así...

-Joder... Daniela…¡qué mojada estás!

Patricia intentó sacar los dedos, por lo que Daniela llevó de repente la mano de la doctora a sus pechos. Y ésta los acarició poniendo los pezones de la joven duros y tiesos. Patricia no podía ni pensar. Sólo podía dejarse llevar por lo que estaba pasando en esa habitación. Tarde o temprano iba a ocurrir. Daniela subió la mano de Patricia a su boca. Introdujo dos dedos de ésta entre sus labios y comenzó a lamerlos. Se iban a correr las dos sin poder evitarlo.

-Daniela...Lo siento. Llego tarde- Se levantó rápidamente y aún sin saber cómo, salió de forma apresurada de la habitación de Daniela.

-¡Joder!- gritó Daniela sin poder evitarlo. Le salió del alma. ¿Qué había hecho Patricia con ella? Le había tocado todo el cuerpo, y casi termina por masturbarla. Encima notó lo húmeda que estaba, ¡Como para no notarlo!. Después de tres años lejos de ella,¿Cómo pretendía Patricia que estuviera, después de tener los dedos de la doctora en sus partes íntimas?. Pero antes de poder tener un orgasmo, la dejó con las ganas, y se fue. No podría seguir durmiendo si no bajaba el calentón que llevaba encima, así que acabó por masturbarse ella misma pensando en Patricia y en sus tortuosos dedos acariciándole todo el cuerpo. 

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora