Capítulo 17. Cuando Patricia metió la pata

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Daniela llegó a su casa después de haber quedado con Ana para tomar algo y estudiar un poco en casa de su amiga. La semana siguiente iban a empezar ya los exámenes finales e iba a tener que recluirse por mucho tiempo en su casa para poder seguir siendo la mejor de su promoción. A decir verdad para Daniela no era tanto el esfuerzo que debía de hacer encerrándose para estudiar, ya que a ella le gustaba mucho empaparse y adquirir conocimientos sobre lo que estaba estudiando. La arquitectura la tenía fascinada. Ya de pequeña, siempre que podía, acompañaba a sus padres al despacho, por lo que creció siempre rodeada de planos.

Cuando llegó, miró el móvil y vio que tenía unos mensajes de su hermana. Así que decidió pasarse a casa de Laura a ver qué narices quería. Cuando quería era muy pesada con ella. Lo típico siendo su hermana mayor.

-Hola hermanita, pasa. ¿Cómo llevas los exámenes?

-Bien. Ya empecé a estudiar. Ya me conoces.

-Si, sé que eres la mejor. Yo con aprobar todo y acabar la carrera ya tengo bastante la verdad. Además gracias a los papás voy a tener trabajo ahora cuando acabe.

-Si, lo sé. Esa suerte tenemos. El año ha pasado rápido y ya estamos en los finales. ¿Tú cómo los llevas?

-Pues según tú, los llevaría fatal. Pero vamos, yo con sacar notables y algún sobresaliente, me basta. Por cierto Dani, hoy vino a mi casa Patricia. Y me preguntó por ti. Se ve que quería hablar contigo.

-¿Ah, sí?¿Y no sabes qué quería?-Le preguntó Daniela algo nerviosa. ¿Qué querría la doctora?.

-No, no sé qué quería. Se ve que ha ido a tu casa pero no te ha encontrado. Pero sabes qué, me jode mucho que estés como estás por culpa de ella. Así que le dije que estabas con tu profesora.

-¿Qué?¿Con Lucía?¿Por qué le has mentido?-Daniela no se podía creer lo que le acababa de decir Laura. ¿Pero en qué estaba pensando su hermana para haberle soltado tal mentira a Patricia?.

-Ya te lo he dicho. Porque me fastidia que estés sufriendo por su culpa. Tiene que probar de su propia medicina,¿no crees?. A ver si aquí la única que va a sufrir vas a ser tú. Pues se fue con otra cara diferente a la que vino.

-¿Y tú qué sabes de Lucía si nunca te hablé de ella?

-En realidad no sé nada. Sólo le dije que habías quedado con alguien y ella me preguntó si estabas con tu profesora. Así que le dije que sí.

-Joder, me has metido en un lío. No quiero que piense que estoy con alguien.

-Bueno, ella está con alguien. No sé qué problema hay que piense que tú también estás con alguien. No quiero que juegue contigo, Dani. Y por cierto, ¿Qué pinta la tal Lucía esa en tu vida?

-Es mi profesora, y parece que le gusto porque no para de irme detrás. Vino un día a que le hiciera un baile y justo estaba en el club la doctora. Y ésta la vio.

-Ah joder. Pues ya está. Le puedes dar celos con la profesora y así ves si esa mujer está interesada en ti, o no.

-Laura, yo no sirvo para hacer esas cosas. No quiero hacerle daño a Patricia y que piense mal de mí. Yo no soy así, y lo sabes.-Daniela estaba de los nervios.

-Pues a ella le ha dado igual hacerte daño, Dani. Así que ya puedes espabilar si no quieres sufrir. Esa mujer tiene mucha más experiencia que tú y te la ha metido doblada, qué quieres que te diga.

-Si, lo sé. Pero no me ha gustado nada lo que has hecho.

-Sabes que lo he hecho por ti. Esa mujer no se merece que sientas nada por ella. No me gusta que vayas detrás de alguien que no te corresponde.

-Si te entiendo, Laura. ¿Y por qué has dicho que llevaba una cara cuando llegó y otra cuando se fue?

-Porque le ha debido de sentar mal que le dijera que estabas con tu profesora. Se fue como enfadada.

-¡Joder, qué bien!-Sin ella quererlo sabía que su hermana la había metido en un gran lío.

-Daniela... Cariño, júrame que tienes que cuidarte con esta mujer. Por favor. Si ves que no te corresponde, te alejarás de ella.

-Laura, gracias por preocuparte, de verdad, pero tú tranquila. Eso lo tengo muy claro. Si ella no quiere tener nada conmigo, yo no voy a ir detrás de ella por mucho que me guste.

-Muy bien Dani, confío en ti. Sabes que siempre lo he hecho.

-Si, lo sé. Y para mí es muy importante que confíes en mí. Gracias Laura.

Daniela sabía que su hermana tenía razón. Patricia le había hecho mucho daño. Estaba claro que prefería tener algo con una mujer madura que con una cría como ella. Cuando antes lo asumiera mejor. Le iba a costar muchísimo olvidarse de ella, porque estaba enamorada hasta las trancas de la doctora. Y lo que había pasado en el reservado con ella, le iba a estar acompañando noche tras noche. De hecho, se tocaría pensando en tener sus dedos húmedos dentro de la vagina de la doctora. Era pensar en eso y ya se tenía que ir a su habitación o al baño a tocarse. Tenía las hormonas muy alborotadas. Lo que daría por poder repetir ese momento aunque fuera sólo una vez más.

Patricia estaba de los nervios y su cabeza le iba a explotar de tanto pensar en la joven. Ahora entendía como lo debió de pasar cuando Daniela la vio con Elisa. No se podía imaginar a la mujer esa intimando con Daniela. Cuando la joven quería tener algo con ella y había sido ella la que la había rechazado. Lo que nunca se pudo imaginar que le doliera tanto pensar en Daniela con su profesora.

Patricia llamó a Elisa. Necesitaba tener a una mujer en su cama para quitarse a Daniela de la cabeza. Nunca antes había hecho algo parecido, pero le causó tanto dolor el saber que Daniela estaba con esa mujer, que necesitaba tener otro cuerpo para ella para no pensar en la joven.

Elisa se pasó por su casa esa misma noche, aunque ya era tarde. Y nada más entró por la puerta, las dos se besaron con pasión y lujuria, desnudándose una a la otra y tirando la ropa al suelo. Acabaron teniendo sexo en el salón, en la cocina y por último en la habitación de Patricia. Ésta pensó que le ayudaría a no pensar en la joven, pero consiguió todo lo contrario. Al intimar con Elisa, Patricia se imaginó que Elisa era Daniela, y cuando tuvo el último orgasmo de la noche, a Elisa la llamó Daniela mientras gemía.

-Patricia...¿quién es Daniela?

-Perdona... Yo...Lo siento. No sé qué decir.

-Joder, me has llamado Daniela mientras tenías el orgasmo. ¿Quién es ella?

-No es nadie. Además, no tengo porqué darte explicaciones. Tú y yo sólo nos acostamos. Nada más. No lo olvides.

-Sí, lo sé. Pero qué menos que saber quién es Daniela cuando me has llamado por su nombre cuando estabas teniendo un orgasmo.

-Bueno, ya te he dicho que lo siento. No quiero hablar de esa chica ahora.

-Ya, pero está claro que sientes y mucho por esa chica. Sino no me hubieras llamado Daniela. En fin, creo que lo mejor es irme. Ya hablaremos, ¿Vale?.-Elisa cogió su ropa del suelo y se la fue poniendo con rabia mientras se dirigía a la puerta.

-Sí, ya hablaremos... Nos vemos en el hospital.

Elisa salió del ático de Patricia muy enfadada y decepcionada. Era verdad que sólo tenía sexo con Patricia, pero joder, que la llamara Daniela y encima se quedara más ancha que larga...Le habían dado igual sus sentimientos y eso le dolió. Ya veríamos si seguía con ella acostándose, porque sí tenía que reconocer que con Patricia tenía muy buen sexo y le iba a costar mucho renunciar a él, y eso sin tener en cuenta que sin quererlo, estaba empezando a sentir algo más por Patricia.

Patricia, después de irse Elisa de su casa, sólo pudo echarse a llorar. Se sentía sucia por lo que acababa de hacer. Sabía que lo que había hecho, no tenía que haber sucedido. Pero tenía tanta rabia e ira dentro de su cuerpo que no lo pensó bien y se dejó llevar por esos sentimientos que sentía en ese mismo momento. ¡Joder! Había utilizado a Elisa sólo para desahogarse, y si Daniela se enteraba que se había acostado con Elisa, la joven nunca se lo perdonaría. Porque a decir verdad, no sabía si Daniela se había acostado con su profesora. La próxima vez intentaría pensar primero con la cabeza y no se dejaría llevar por sus malditos impulsos.

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now