Capítulo 33. La entrega de premios

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La fiesta de la universidad estaba al caer. Daniela llevaba unos días muy malos, no se quitaba a la doctora de la cabeza. Era imposible hacerlo. Tampoco tenía ganas de ir a la fiesta, pero sus amigos la convencieron para ir. Tuvo que pedir fiesta ese viernes en el trabajo porque quería acudir a la fiesta de la universidad con sus amigos. Ella no era mucho de fiestas pero sabía que podía pasarlo bien a pesar de lo desanimada que estaba. Y pensó que sólo tenía veinte años y tenía que salir a divertirse. No sólo era estudiar y trabajar.

A Daniela ya le habían dado las notas de todos los exámenes y en todos sacó matrícula de honor así que le iban a dar el premio extraordinario por tener el mejor expediente de su promoción. Ya le llegó a Daniela la notificación por escrito de que le iban a dar a ella el premio. Y Daniela, a pesar de lo triste que estaba por no saber nada de Patricia, no cabía de gozo por la felicidad que le daba ser la mejor de su promoción. 

La entrega de los premios extraordinarios se haría un día antes de la fiesta de la facultad. Por lo que también pidió fiesta en el trabajo para ese jueves. Iba a haber un acto académico donde iban a dar los premios a los mejores alumnos de cada carrera. 

Daniela seguía triste y Ana sabía por qué. Así que decidió intentar arreglar las cosas entre su amiga y la doctora, y no se le ocurrió otra cosa que pasarse por el hospital para hablar con Patricia. 

Al final Ana convenció a Patricia para que se presentara en la entrega de premios de Daniela. No le pidió nada más, sólo que asistiera. Le dijo que Daniela lo estaba pasando muy mal y que a su amiga le vendría muy bien verla en la entrega de premios. Así que Patricia accedió solo para que Daniela se animara. Aunque a decir verdad, Patricia estaba igual que Daniela de mal. O incluso peor. Pero ya había decidido que por animar a la joven, se pasaría.  Y bueno, tenía que reconocer que se moría de ganas por volverla a ver. 

Llegó el día de la entrega de premios.  Los padres de Daniela y Laura iban a acudir a la entrega. Los padres estaban muy orgullosos de su hija y de lo que estaba consiguiendo con su esfuerzo y su tesón. Estaban seguros de que su hija iba a triunfar en la arquitectura y estaban muy contentos de que se pudiera hacer cargo de su despacho cuando ellos se jubilaran. 

Daniela se puso para la ocasión una camisa blanca que le resaltaba su tez morena, con un pantalón negro de traje muy ajustado que le quedaba perfecto a su trabajado cuerpo y unas sandalias con tacón. Decidió dejarse la melena suelta. Estaba preciosa. Sabía que todos los ojos se posarían en ella. Y eso la tenía muy nerviosa. 

Pero enseguida pensó en Patricia, en lo que le hubiera gustado que estuviera en la entrega. Seguro que se sentiría muy orgullosa de ella. Entonces se puso triste sin poder evitarlo. 

Ana estaba con ella y se dio cuenta que le pasaba algo a su amiga. 

-Ey Dani, ¿Qué te pasa?deberías estar loca de contenta y muy orgullosa de tí misma.

-Si, lo estoy Ana. Pero sabes que me faltará alguien en la entrega…

-Si, lo sé Dani, bueno, pero piensa que van a estar las personas que más quieres apoyándote. Ahí nos vas a tener a todos. 

-Gracias Ana. Eres la mejor amiga que puedo tener..

-Lo sé…-Ana no quería decirle que en realidad sí iba a estar Patricia en la entrega. Iba a ser una sorpresa que seguro que la volvería loca cuando la viera. 

La entrega iba a empezar a las 5pm en el salón de actos.  Poco a poco se fue llenando de estudiantes, profesores y familiares. Daniela estaba de los nervios. Tanta gente mirándola a ella cuando dijeran su nombre ¡Joder, qué vergüenza!

Ya estaba toda la familia en el salón de actos. Ana llamó a Patricia cuando ésta ya estaba en la universidad. Quedó con Ana en que entrarían juntas. Así pues, Patricia se quedó de piedra cuando vio a los padres de Daniela. Daniela era clavada a su madre. Era una mujer guapísima, igual de morena que su hija y con los mismos ojos. Además tenía mucho gusto a la hora de vestir. Y el padre de la joven, también era un hombre muy atractivo con unos bonitos ojos verdes. Laura había sacado los ojos de su padre. Deberían rondar los dos los cuarenta y tantos años. 

Cuando Laura vio a Patricia, se llevó una sorpresa. No esperaba verla ahí, pero sabía que su hermana se pondría muy contenta cuando la viera. Laura saludó a la doctora y vio oportuno presentarle a sus padres. A éstos les pareció una mujer muy interesante. Pero Patricia se murió de vergüenza mientras se los presentó Laura. 

La entrega de premios iba a comenzar. Todos se sentaron y guardaron silencio. Daniela fue la última en recibir su premio. Cuando Patricia la vio, su cuerpo se quedó estático. Estaba preciosa con esa camisa y ese pantalón tan ceñido. Y como su melena negra caía en cascada sobre esa camisa blanca…¡Joder cuánto la echaba de menos! Y lo que deseaba tenerla sólo para ella en ese mismo instante.

Cuando nombraron a Daniela, de repente hubo silbidos de parte de muchos alumnos. Daniela no pasaba desapercibida y eso se notaba. Pero a la joven de repente le entraron nervios y quería desaparecer de ahí mismo. 

A Patricia no le extrañó que silbaran a la joven. Y no le extrañaba que llamara la atención. De repente vio de lejos a la profesora de Daniela. ¡Joder!No contaba con verla ahí. Se había olvidado de ella por completo. Y los celos de nuevo se apoderaron de ella. Se notaba que esa mujer babeaba por la joven. No le quitó los ojos de encima y se le veía muy orgullosa de Daniela. Aunque a decir verdad, ella misma estaba muy orgullosa de la joven.

Cuando le entregaron su premio, todo el público y profesores aplaudieron a la joven y ella sólo pudo sonreír tímidamente y dar las gracias a todos por el apoyo recibido. 

Cuando acabó la entrega, Patricia vio a lo lejos a la profesora acercarse a Daniela y darle un par de besos en las mejillas, mientras la agarraba de la cintura de forma posesiva. Patricia debía irse antes de que hiciera una locura. 

Daniela, mientras le dio la enhorabuena la profesora, vio a lo lejos a sus padres, a Laura y a sus amigos, hasta que siguió mirando y sus ojos se cruzaron con los de Patricia. A Daniela casi le da algo. No esperaba encontrarla ahí. ¿Qué hacía ella ahí?¿Cómo se había enterado de la entrega de premios? No podía moverse pero cuando vio que la doctora se iba a ir, por fin sus pies se pusieron en marcha, no sin antes despedirse apresuradamente de la profesora. 

Daniela fue corriendo detrás de Patricia. Les gritó a sus padres y amigos que ahora estaría con ellos. 

Cuando estaba a la altura de Patricia, la agarró suavemente del brazo.

-Patricia...Espera, por favor…-Cuando la miró a esos preciosos ojos azules casi se pierde en ese divino azul. Cuánto echaba de menos ver ese color de ojos tan claro y brillante. 

-Hola Daniela, vaya, ¿Qué tal estás? Vine a darte la enhorabuena por tu premio, pero ya me iba- Patricia tampoco podía quitar sus ojos de los ojos de Daniela- Por cierto, estás guapísima. 

-¿Ya te ibas?, ¿No quieres quedarte a celebrar conmigo el premio?. Gracias por el cumplido, Patricia. 

Justo Patricia le iba a contestar, cuando se fijó que la profesora se acercó a hablar con los padres de Daniela y que ésta no le quitaba los ojos de encima a Daniela. Se le notaba que estaba enfadada. Seguro que estaba celosa por ver a Daniela hablar con ella.

-Daniela...Te están esperando- Patricia señaló con los ojos hacia donde estaban los padres de Daniela, y ésta se dio cuenta que sus padres estaban con Lucía. ¡Mierda!Con razón Patricia se le veía triste y apagada. 

-Patricia, me gustaría que vinieras conmigo a celebrarlo. 

-No pinto nada con tu profesora. Lo siento. Además tengo que irme a trabajar- Le mintió. En realidad esa tarde la tenía libre, pero no se iría con Daniela, su familia y la profesora esa que de seguro no pararía de tirarle los tejos a la joven. Su corazón dejó de latir en ese mismo instante. 

Daniela la cogió de la mano y entrelazó sus dedos con los de la doctora. Estuvieron así unos segundos hasta que Patricia se soltó del agarre de Daniela y se dio media vuelta para irse. 

Entonces Daniela se armó de valor y le dijo:

-Patricia…- Ésta se dio la vuelta- te amo. 

Y Patricia se fue con la mirada más triste que había visto Daniela en su vida. Daniela quería irse con ella pero no podía dejar a todos tirados.  Habían ido a celebrar con ella su premio y debía cumplir con ellos. La joven estuvo a punto de echarse a llorar, pero justo se acercó Ana para ver cómo estaba, ya que vio a la doctora irse muy triste, y la abrazó por la cintura para que no se sintiera sola y supiera que podía contar con ella. 


La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang