Capítulo 44. ¿Me ayudas?

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Al día siguiente, Daniela se levantó con unos dolores horribles. Había pasado una noche muy mala, entre lo que pasó la noche anterior con su madre y los dolores que tenía por todo el cuerpo, no tenía ganas de hacer nada. Seguro que se iba a pegar todo el día sola en casa. No quería molestar a nadie. El día iba a ser largo. Ana ya se había ido hacía un rato. 

Se iba a preparar algo para desayunar cuando el timbre sonó. Y cuando abrió, su cuerpo se quedó estático. 

-Hola… Doctora. Buenos días- Daniela se puso nerviosa al momento de ver a Patricia.

-Buenos días Daniela…¿Qué tal estás? ¿Me permites pasar?-Patricia se había armado de valor porque en realidad estaba de los nervios de tener a Daniela tan cerca y encima tener que ayudarla. 

-Si, claro. Pero…¿No tenía planes?

-Sí,los tenía, pero los he anulado. 

-Ah, no tenía por qué- En realidad Daniela estaba encantada de que los hubiera anulado priorizándola a ella. Pero la descolocaba que en el hospital no hubiera querido ni abrazarla y ahora se mostrara cercana y amigable. 

-¿Vas a seguir tratándome de usted?¿Ahora te parezco vieja?

-No es eso, Patricia. Sabes que no me pareces para nada vieja. Es más, sigues igual de…

-¿Igual de…?¿Qué ibas a decir, Daniela?

-¿Acaso importa, doctora?

-No. Tienes razón. A estas alturas ya no importa- Patricia quería mostrarse distante con la joven pero le estaba costando mucho llevarlo a cabo. 

-Bueno, en realidad quería decir que sigues igual de guapa y atractiva que antes, o incluso me aventuraría a decir que más. Estos tres años te han sentado de maravilla -soltó Daniela de carrerilla. Si no lo decía iba a explotar. 

A Patricia esas palabras, en vez de alegrarla, le dolieron en todo el alma. ¿Ahora le venía a decir Daniela que estaba más guapa que antes?¿Después de abandonarla y aparecer a los tres años como si nada?.

-Bueno Daniela, vamos a centrarnos en tu recuperación. A ver qué puedo hacer por ti. 

Daniela estaba muy contenta porque Patricia había anulado sus planes para estar con ella, aunque se le notó a la legua que le dolió cuando le dijo que estaba más guapa que antes. Patricia le había dejado claro que no quería coquetear con ella. Así que tendría que respetarla aunque le costara un mundo hacerlo. 

-Hablé ayer con tu hermana y me dijo que te echara un ojo mientras ella estaba fuera.

-Ah, o sea, que estás aquí porque ella te lo ha pedido- eso la decepcionó. 

-Sí, y bueno, porque sé que necesitas ayuda.¿Has desayunado?-En realidad se moría por volver a verla y pasar tiempo con la joven, pero eso no se lo podía decir a Daniela. 

-No, me acabo de levantar. Ahora iba a prepararme algo. 

-Bueno, quédate tranquila que lo haré yo. 

Daniela no sabía si sentarse en el sofá o irse con Patricia a la cocina. Finalmente fue donde estaba la doctora. 

-Gracias por ayudarme. No tienes por qué hacerlo. 

-¿Tú crees que no?¿Tú crees que has significado para mí tan poco que no debería estar ahora aquí ayudándote?

-Patricia… No es eso. Sólo que hice las cosas muy mal contigo y entiendo que estés enfadada conmigo y no tengas ganas ni de verme.

-Pues ya ves que no estoy enfadada contigo- En realidad sí lo estaba, y decepcionada, pero también necesitaba tenerla cerca y en ese momento tenía la excusa de tener que ayudarla.

La joven stripper y la doctora. (2°Historia)Where stories live. Discover now