Conquistando a la Batifamilia - SuperBat

Responsabilidades vs Deseos

Las vacaciones ya estaban llegando a su fin y después de una montaña rusa de emociones, por fin se respiraba un ambiente mucho más tranquila, hasta los chicos que a pesar de seguir haciendo travesuras y comentarios mordaces en contra de Clark, se encontraban mucho más serenos, aunque posiblemente se debía a que el propio Bruce había hablado con ellos y les había dejado claro que aunque siempre estaría abierto a sus opiniones y criticas necesitaban respetar su vida íntima o de lo contrario tendrían demasiado problemas en el futuro.

"Absténganse a las consecuencias" Solo necesitaron esa pequeña amenaza, para saber que no había nada que hacer y que por lo pronto se tendrían que conformar con romper la taza favorita de Clark y esperar a que cometiera un error para sacarlos de su vida.

Ellos no iban a entrometerse en su relación privada, pero podían hacerle la vida difícil a Clark.

Finalmente, a unas cuantas horas para llegar el fin de sus vacaciones, Bruce había decidido ir a la colina cerca de la casa a refrescarse, si algo había sufrido durante toda su estadía era de calor, por lo general en Gotham todo era tan frio que la única forma de sudar era con ejercicio y/o  estar en una misión, pero en Kansas con solo estar de pie parecía que te podías derretir.

-Clark ¿pasa algo? – preguntó curioso al percatarse de su presencia, pero en vez de recibir una respuesta fue repentinamente abrazo por detrás – Hace demasiado calor para que estes tan pegajoso, aléjate – le pidió empujándolo, pero lo único que consiguió fue que el superhombre lo apretara más contra su cuerpo, como si quisiera encerrarlo entre sus brazos – no soy un peluche – criticó irritado, aunque quizás era el calor y la vergüenza de ser atrapados en esa posición lo que lo hacía tomar esa actitud.

Martha cada vez que los veía, estaba como una niña emocionada, Jonathan y Alfred sonreían satisfechos, mientras que los chicos parecían lanzar dagas envenenadas, tantas reacciones eran agotadoras, por eso prefería que las muestras de afecto fueran en la tranquilidad de su cuarto y no en medio del campo.

-Lo siento, pero no quiero soltarte, anhelé tanto esto, que me parece un sueño– respondió para darle varios besos en el cuello y hacer un pequeño recorrido hacía la mandíbula para finalmente llegar a sus mejillas – Te amo – susurró a su oído juguetonamente.

-Ya lo sé, deja de decirlo – respondió secamente, para sentir como el calor se subía a su rostro y llegaba a sus orejas, no es que le molestara escucharlo, solo que se sentía extraño y nervioso por recibir tantas muestra de cariño y de amor. 

No le gustaba comparar a Kent con sus anteriores relaciones, pero no podía evitarlo, por lo general sus anteriores parejas siempre habían sido apasionadas, juguetonas y coquetas, pero Clark llevaba todo a un nuevo nivel, siempre desbordando de pasión, y de cariño, demostrando su deseo lujurioso que lo asustaba y emocionaba al mismo tiempo, porque Bruce nunca había conocido ese lado de él, siempre creyó que era una persona dulce, gentil, amorosa, y algo posesiva, pero ahora podía ver que había algo más y lo hacía sentir timido.

Tantos años conociéndolo y pensó que no había nada que pudiera sorprenderlo, pero ahora, no sabía quién era ese hombre y de lo que era capaz.

-No, lo repetiré hasta que te acostumbre – respondió con una sonrisa brillante, para darle un último beso en los labios y verle con unos ojos tristes – Además, debo aprovechar, se que cuando vuelvas a Gotham te perderé – su voz sonó más apagada de lo usual, pero era una realidad que debían vivir.

Su relación tenía un obstáculo mayor que los propios hijos de Bruce y era los peligros que conllevaba el ser Batman, por mucho que Clark fuera sobreprotector ese antifaz de murciélago era el límite, y no había forma de atravesarlo.