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Capítulo 14

(Editado)

Al aumentar el calor, toda la olla de sopa se derramó sobre las piernas de Huo Wujiao, goteando por la tela de su túnica.

Las sirvientas que rodeaban la mesa lanzaron un grito de alarma, y Sun Yuan, al fondo de la sala, dio un salto de sorpresa y se apresuró a sacar un paño para limpiarlo.

Sólo Huo Wujiao, que estaba sentado allí, no movió ni un músculo.

La sopa caliente se derramó sobre su cuerpo, e incluso a través de su túnica, seguía doliendo.

Pero el dolor en la carne no era nada para él. Solo bajó los ojos y se miró las piernas.

La vio verter sopa deliberadamente sobre él. Era el más torpe de los movimientos lentos a los ojos de un artista marcial, pero no pudo evitarlo.

No podía mover las piernas.

Ese tipo de humillación fue mucho más difícil de soportar que el dolor físico.

Por un momento, Huo Wujiao levantó los ojos y miró débilmente a Tao Zhi.

Si no fuera una mujer, le habría devuelto el favor vertiendo la sopa caliente en su garganta.

Pero él nunca había hecho nada a una mujer.

Pero solo esta mirada fría y sombría hizo que Tao Zhi temblara de miedo, e involuntariamente dio un paso atrás.

Luego volvió a sus sentidos.

¿Qué estaba haciendo? Este lisiado la estaba mirando con ojos de lince, ¿y hasta tuvo miedo?

¿Qué había que temer de él? ¡El Rey no estaba hoy en la casa! No creía que otros sirvientes se atrevieran a hablar con el Rey, ¡ni que este tullido tuviera la cara de ir a quejarse al Rey!

Tao Zhi inmediatamente lo miró y se burló: "La culpa es de este sirviente por no tener cuidado y tropezar. Es que el maestro no supo esquivar un poco, si no, no se hubiera quemado".

Luego, levantó los ojos y miró a Sun Yuan al fondo de la sala.

"¿Por qué eres tan estúpido, siervo? Estás aquí para servir, para empujar la silla de ruedas para el maestro, ¿por qué estás ahí de pie? Si eres tan estúpido, deberías salir a barrer el patio mañana".

Durante el día, el rey no pasaba mucho tiempo en la Sala An Yin, y Meng Qianshan le seguía a todas partes, por lo que ella estaba acostumbrada a estar al mando en ese patio.

Los sirvientes alrededor, naturalmente la regañaban si querían, pero después de la reprimenda, habría algunos más audaces que vendrían a consolarla y suavizarle las cosas.

Pero cuando terminó de regañar, la habitación estaba tan silenciosa que podrías escuchar la caída de un alfiler.

Respiró unas cuantas veces y miró a su alrededor con el ceño fruncido.

Vi a las doncellas por toda la habitación, cada una con la cabeza gacha, como una bandada de codornices.

Tao Zhi los miró con disgusto.

¿Por qué, hoy hay una nueva concubina en la mansión, así que se asustan así? Es solo una persona discapacitada que no puede caminar, qué es lo que da miedo.

Ella resopló con frialdad, se dio la vuelta y quiso salir.

Pero al girar, vi a dos personas de pie frente a la puerta.

Las piernas de Tao Zhi se debilitaron y cayó de rodillas.

"¡Su... Su Majestad!"

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