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Capítulo 100

Jiang Suizhou respiró hondo y rápidamente se acercó para empujarlo: "¡No provoques problemas!"

Huo Wujiu no lo escuchó y solo lo presionó con fuerza sobre la mesa.

"¿Quién es tu concubina?" Huo Wujiu sonrió abiertamente.

Este conejito no sabía dónde aprender el oficio de qué olla en la mano, no abrir y levantar qué olla, y cuando lo movieron, le echó agua fría.

Cuando estaba enojado, Jiang Suizhou se divertía en cambio.

"Originalmente eras una concubina", dijo con seriedad. "El que entró por la esquina del palacio, no dejó entrar por la puerta principal, solo han pasado unos meses, ¿por qué lo olvidaste?"

Huo Wujiao presionó y trató de morderlo.

Jiang Suizhou se escondió apresuradamente. Durante un tiempo, la respiración de ambos se alteró a la vez.

Gradualmente, la respiración de los dos se hizo más pesada, e incluso porque Huo Wujiu lo estaba presionando en este momento, los dos estaban cerca el uno del otro.

Cuando este es el caso, es más fácil reaccionar de manera indescriptible.

Jiang Suizhou lo notó de inmediato. Miró hacia arriba y vio los ojos oscuros de Huo Wujiu entrecerrados, mirándolo profundamente, el fuego que sintió Jiang Suizhou también ardía en los ojos de Huo Wujii.

Detrás de él, la Sala de Estudio Imperial era solemne y solemne.

Jiang Suizhou se sorprendió y rápidamente levantó la mano para empujar a Huo Wugui.

No es fácil alejar a Huo Wujiu, a menos que Huo Wujiu esté dispuesto.

Cuanto más empujaba Jiang Suizhou, Huo Wujiao apretó más fuerte, Jiang Suizhou no pudo resistir, y su espalda cayó gradualmente sobre las pilas de papeles sobre el caso imperial.

Después de un rato, Huo Wujiu jadeó y lo soltó.Cuando lo miró de nuevo, sus ojos oscuros ya estaban sorprendentemente calientes.

Huo Wujiu también se dio cuenta de que no era Jiang Suizhou quien lo estaba torturando, sino a sí mismo.

Todavía recordaba que las heridas de Jiang Suizhou no estaban completas, y no pudo evitar hablar indiscriminadamente.

El fuego lo arqueó con fuerza, tuvo que soportarlo y sofocarlo por la fuerza.

Huo Wujiu estaba molesto, pero no mostró ninguna piedad con su boca. Apretó los dientes en la oreja de Jiang Suizhou, abrió la boca y mordió.

Sin embargo, aunque la postura era aterradora, mordió la oreja de Jiang Suizhou, pero se frotó ligeramente con calor, pero Jiang Suizhou se encogió, la mitad de su carne y sangre estaba un poco entumecida.

"¿No quise decir que soy una concubina?" Huo Wujiu apretó los dientes. "¿Por qué no dejo que mi concubina se encargue del príncipe ahora?"

... Es realmente un rencor.

Jiang Suizhou le empujó el hombro y Huo Wujiu se mostró reacio a dejarlo ir.

"No lo eres", dijo Jiang Suizhou impotente, persuadiéndolo de manera bastante superficial. "Eres la casa principal, la princesa, ¿de acuerdo?"

Huo Wujiu se reclinó en la silla del dragón y tomó a Jiang Suizhou de nuevo en sus brazos. Aunque todavía estaba insatisfecho, lo soltó generosamente.

"Es más o menos lo mismo", resopló con frialdad. Si no sabes lo que dijo, otros podrían pensar que está sentado en un campamento y organizando tropas en una tienda de campaña.