Capítulo VIII

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Capítulo VIIIDecisiones

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Capítulo VIII
Decisiones

¿Qué es el pecado?

La definición de la palabra nos dice: que es un pensamiento, palabra o acción, que dentro de una religión, va en contra de la voluntad de su Dios, pero para Aekil eran una serie de acciones que le hacían feliz.

Pero, ¿ser feliz compensaba el peligro que podía implicar? sinceramente no tenía respuesta para ello, lo único que  sabía era que su corazón galopaba desbocado dentro de su pecho.

Conocer el sabor de sus labios fue algo que nunca creyó posible, pero que había experimentado unos segundos atrás y que aunque debía sentirse mal por el incumplimiento de la voluntad de Kaia, no podía, le era imposible arrepentirse de algo que llevaba anhelando toda la vida.

No estaba bien, ambos lo sabían pero aun así habían pecado de una de las peores manera posible, no era el pecado mayor, pero besarse podía llevar a ello. 

Quizás delante de los ojos se Kaia, eran unos traidores a su palabras, pero en aquel momento en la mente de ambos, estaban cumpliendo el deseo de una vida de restricciones.

Ninguno de los dos podía despegar la mirada de los ojos ajenos, sentían una atracción grande y difícil de entender, eran como un metal pegándose al imán, magnetismo.

Pero en los ojos de ella se podía ver el miedo que sentía por lo que significaban sus acciones, comprendía perfectamente las repercusiones que podría sufrir, pero a su vez se podía percibir la curiosidad por lo que había sentido. Alaia, toda la vida había actuado según la ley y las enseñanzas de su madre, y por los segundos que duró aquel toque de labios se sintió tan viva, que su pecho se sentía alegre a pesar del pánico.

En cambio en los ojos de Aekil se podía apreciar un bosque calmo, y la razón era sencilla, aunque por dentro su mente era una tormenta no podía volverse loco ni demostrar al cien por ciento su emociones, suficiente tenían con la mirada alocada de Alaia, en ese momento.

—Yo no... —La chica intentó hablar pero su voz se quebró sin saber muy bien como quería completar esa frase, su mente era una maraña de palabras confusas, todo era una locura.

Él seguía abrazándola, por lo que sus cuerpos se encontraban muy cerca; Aekil, no entendía cómo las cosas se habían complicado tanto, en tan poco tiempo.

Esa tarde había estado en su casa cuando el anuncio había empezado, al ver Akira, supo de inmediato que aunque Alaia, se empeñara en decir que no eran amigas le iba a afectar, si a él le había afectado, no quiere ni imaginar cómo se sintió ella al observar aquellas muertes.

Por ello apenas acabó la transmisión se había trasladado a la casa de sus amigos, sabía muy bien cómo eran las rondas de los guardias de seguridad, así que, fue muy fácil colarse y llamar a su ventana; lo que nunca imaginó fue que esa visita terminará en coqueteos y un beso no planeado.

AlaiaWhere stories live. Discover now