Capítulo XVIII

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Capítulo XVIIICompromiso

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Capítulo XVIII
Compromiso

Cuando somos niños tenemos el poder para solo ver lo bueno de la vida, o quizás sea la inocencia que no nos deja percibir la maldad que hay en el mundo.

(...)

Alaia recordaba muy bien su niñez, siempre había sido una persona con muy buena memoria, y durante esta época de su vida sonreía tan a menudo y de manera tan genuina, que recordar aquello le hacía pensar que quizás ese recuerdo era de alguien más.

Durante muchos años fue feliz, incluso esa felicidad llegó a edades más adultas, pero de forma gradual su mente fue siendo consciente de que la vida quizás no era lo que ella creía.

Sinceramente no despertó de aquella fantasía de un solo golpe, y no sabía que era peor si poco a poco o de manera rápida.

Alaia, no podía mentir y decir que no había tenido suerte en su vida, porque la verdad era otra, y era que  si la había tenido. Kaia, le había complacido muchas veces sin darse cuenta, también haber nacido en una familia con poder fue de gran ayuda, además se convirtió en una artista muy reconocida en Ankara, ella sabía que era buena, pero también sabía que su dinero había ayudado mucho en su fama y ahora en su racha de buena suerte se había sumado el hecho de que su destinado era un buen hombre.

Ella no tenía el corazón para decir lo contrario, si bien no tenían un gran tiempo conociéndose; solo un mes, habían tenido citas casi a diario, lo que le había permitido conocerlo, sabía que había muchas cosas que aún ambos desconocían del otro, pero aun asi tenia certeza que también había tenido suerte en ello.

Si un espectador veía desde afuera su vida seguramente pensaría que no tiene de qué quejarse, pero solo existía un problema, su corazón ya le pertenecía a alguien más, sabía muy bien que si no sintiera lo que sentía por Aekil, se habría enamorado perdidamente de Zev rapidamente, pero ya no habia nada que hacer, su corazón ya tenía dueño.

Se encontraba en su habitación estaba terminando de arreglarse, esa noche la familia Lackner y Holzen harían un anuncio importante: su compromiso.

Había pasado una semana desde que Zev y ella habían hablado y decidido que estaba bien casarse el mes próximo, así que cuando su padre se enteró decidió que era digno de celebración y su madre —que le encanta presumir sus riquezas— estuvo de acuerdo, por eso habían organizado una gran fiesta para esa noche.

Esa era la razón por la que se encontraba más arreglada de lo normal, se sentía nerviosa, sabía que nuevamente habría mucha gente  y ella sería el centro de atención, solo rogaba a Kaia que Aekil no asistiera, está vez su madre si le había invitado, cuando no quería que lo hiciera.

—Listo —dijo Suni mientras le terminaba de colocar el último broche en el cabello.

Alaia, suspiro y se levantó del cojín de su tocador camino frente al espejo para mirarse. Estaba hermosa, esa noche llevaba algo que nunca se  había atrevido a usar, un vestido rojo oscuro, casi que vinotinto pegado al cuerpo,  con transparencias en la espalda y brazos, estaba magnífica, pero no termina de sentirse bien y le asustaba que las cosas no cambiarán, que no logrará ser realmente feliz.

AlaiaWhere stories live. Discover now