Trilogía 404: Libro 1
La vida en Ankara no era mala para aquellos que nacieron rodeados de fortuna. Alaia no conocía de carencias o de miedos; había nacido perteneciendo a los amarillos, la casta con más poder en la ciudad, por otro lado había quie...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Capítulo XIII Acromática
Observaron todo lo que estaba a su alrededor, la noche estaba tan oscura que apenas si podían ver un poco más allá de sus narices, no sabía si era un beneficio que Ankara los cubriera con su manto de sombras o una desventaja, pero decidieron usarlo como una ventaja.
Detallaron todo rápidamente, porque tenían solo segundos para analizar la situación. Habían viajado desde muy lejos, para completar aquella misión y se sentían agotados porque fueron días agotadores, no tenían un presupuesto amplio por lo que tuvieron que caminar gran parte del tiempo.
Pero ya se encontraba en el sitio que iban a atacar, la misión era bastante sencilla: colarse en la casa de Baltz Viteri, y dejar rayar cada pared que fuese posible con el nombre de su revolución.
Puede que pareciera poca cosa solo rayar paredes insignificantes, pero no era cualquier pared era la casa del líder del consejo de Ankara, y este solo sería el comienzo para una serie de ataque que cada vez se convertirían en algo más grande.
Todo estaba muy oscuro, pero eso no lograba ocultar la magnitud de aquella casa era enorme, algo a lo que ellos no estaban acostumbrados parecía un jodido castillo, cosa que dejaba en evidencia la gran brecha que existía entre las castas.
—Reúnanse —habló el líder de la misión en tono bajo pero fuerte en tonalidad. —Según nuestros contactos no hay nadie en casa más que la servidumbre, recuerden no puede haber víctimas, nuestra misión es simple hacer que conozcan quienes somos.
Los cinco subordinados solo asintieron, mientras de reojo miraban la gran mansión que estaba mostrándoles de forma arrogante lo que nunca se podrían permitir, era tan grande que podría caber la colmena completa en aquel lugar y sobrarían habitaciones.
—Los malditos viven como reyes —susurró uno de los hombres con tono de rabia.
—Lo sé, pero centrémonos en lo importante —volvió a hablar el líder mientras los organizaba en parejas, las cuales ya se habían asignado hace mucho. —Trabajaran en conjunto, según nuestro informante esta es la división de la casa. —Sacó un papel arrugado de sus pantalones.
En el papel había un dibujo que ya todos conocían, era un plano improvisado de todo el lugar. Él líder le indicó a cada uno donde debían dirigirse rápidamente y todos asintieron; llevaban días repasando el plan, todo ya había sido ensayado más de una vez, pero aun así una refrescada de memoria no caía mal.
—Como hemos ensayado. —El líder miró a la única mujer del grupo. —Protege al idiota de tu compañero y también tu culo si te pasa algo, me van a matar en la colmena —Le sonrio con ternura y despeino su cabello haciendo que ella bufara.
Como era la única mujer y todos la sobreprotegen un montón cuando la realidad era que podía incluso ser la más fuerte del grupo, en cuanto a estrategia y táctica.
