Capítulo XII

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Capítulo XII Fortaleza

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Capítulo XII
Fortaleza


¿Quién es peor, el que oprime o el que se deja oprimir?

(...)

Fuerza; muchos la asocian con el aspecto físico, pero existe una mucho más grande: La fuerza interior, el poder de levantarse cuando has caído en más de una ocasión, era digno de admiración.

Puedes verla, cuando posas tu mirada en los ojos de alguien que ha sufrido más de lo que aparenta, y al ver aquel brillo de poder sabes que esa persona tiene una fortaleza interior tan grande como el universo.

Las personas con esta cualidad, deseaban hacer que los demás pensaran que no era nada extraordinario, que cualquier persona podría levantarse como lo había hecho ellos, y puede que tengan razón, todos son capaces de tropezar y levantarse, pero no todos lo hacen de la misma manera.

Para Alaia, Ailish era la persona más fuerte que alguna vez hubiese conocido, escucharla narrar su infierno con tanta naturalidad le hizo entender que con los años tuvo que crear una capa protectora en su corazón para normalizar dicha historia a tal punto que no le doliera escucharse a sí misma. 

Las cicatrices en su espalda no eran hermosas; claro que no, serían una marca constante de dónde nació y que lo que tuvo que padecer para llegar allí, pero a pesar de que no eran algo bonito a la vista, poseían una belleza abstracta por el significado que tenían: había sobrevivido.

—Agua —probó la palabra en sus labios, no podía creer que algo que debían tener todos a su alcance, algunos tenían que robarla.

Miró nuevamente sus azotes e imagino por un segundo el dolor que pudo sentir la chica frente a ella y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, como alguien salía completo de aquello.

—Si, para algunos como yo, nunca hemos visto aguas tan claras —decidió responder aunque sabía muy bien que Alaia no había preguntado, pero mientras lo decía observaba el agua dentro de la bañera que estaba frente a ella.  

—Yo... —no sabía cómo continuar, qué se decía después de palabras así, como tendría derecho a decir algo si nunca estuvo remotamente cerca a una realidad así.

—No hay necesidad de que digas nada —Ailish, le sonrío suavemente mientras entraba a la bañera con cuidado y ayuda de Blaski —A veces el silencio dice más que las palabras.

Alaia, la miró aún sin palabras coherentes en su mente, sentía tantas cosas: dolor, rabia, rencor...  solo por el hecho de que la joven destinada de Izan tuvo que vivir aquello, solo para seguir con vida.

La joven amarilla decidió caminar hacia su cama, ahí vió los vestidos que su doncella había dejado sobre ella, lo mejor era que usara uno donde no se viera su espalda, aunque representaba una historia de fuerza y valentía, la sociedad se la podía comer viva por ello.

AlaiaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora