Capítulo XXIV

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Capítulo XXIV Acromática II

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Capítulo XXIV
Acromática II

"Cuando las ganas de surgir son más grandes que el miedo, surgen la revoluciones y los gobiernos tiemblan"

Un suspiro de cansancio se filtró entre sus labios, se encontraba sentado en la parte superior de la colonia, observando cómo poco a poco la actividad del día iba muriendo.

Con mucho esfuerzo en este último años habían llegado adaptarse y tener una excelente convivencia a pesar del número de integrantes: trescientas almas. Se oye fácil y poco, pero fue un número difícil de conseguir.

Sus ojos siguen cada movimiento delante de él, a pesar del cansancio que siente, esas personas eran su todo en aquel momento, estaba luchando para que todos tuvieran una buena vida.

Las cosas parecían ir bien, a pesar de todo, pero por muy paranoico que sonara eso, era lo que más le preocupaba al hombre, a veces el silencio era mucho peor que la tormenta.

Le daba miedo ese silencio absoluto que el gobierno de Ankara les había dedicado, habían hecho ya dos ataques significativos para dar a conocer a la revolución y ambos fueron dirigidos a personas influyentes en Ankara, pero no habían tenido ningún tipo de respuesta de su parte, de hecho parece como si no les hubiera importado.

El segundo ataque le había traído beneficios monetarios, de hecho, esa era la idea principal. En los últimos meses habían crecido bastante en número, pero la mayoría de sus filas eran verdes, por lo tanto sus ingresos eran nulos o casi nulos, los pocos miembros de las otras dos castas hacían todo lo posible por ayudar económicamente, pero no era fácil.

Gracias al  informante que tenían entre los amarillos más influyentes lograron recaudar toda la infomación necesaria para entrar a la mansion Lackner, en realidad fue más sencillo de lo que esperaron, su seguridad era muy baja, el mismo lo comprobó porque había liderando la misión.

Esa noche habían conseguido el dinero suficiente para unos cuantos meses, pero seguían aumentando en números y el dinero se iba siempre como agua, necesitaban conseguir apoyo financiero lo más pronto posible o la revolución moriría por hambre.

Decirlo era mucho más fácil que hacerlo, no era fácil. Aunque deseaba ir de puerta en puerta contando sus planes y buscando aliados, era imposible, esto era quizás el secreto mejor guardado; arriesgarse a ser descubierto era sinónimo de muerte.

Desde hace semanas se encontraba sumido en sus pensamientos tratando de conseguir una solución o alguna idea que les ayudara. Sin apoyo económico la revolución no iba a llegar a ningún lado. La lista de todo lo que necesitaban crecían día con día, y el dinero solo disminuía.

Las armas encabezaban la lista de necesidades, eran super necesarias para enfrentar al gobierno, pero también eran muy caras y difíciles de localizar, sin embargo, había logrado conseguir un distribuidor, pero sin dinero no se podía hacer nada.

AlaiaWhere stories live. Discover now