Capítulo XVI

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Capítulo XVI
El día

Cuando llega el momento, veras al pasado y te daras cuenta, que el presente no estaba tan lejos como pensaste en un principio.

(...)

La luz del sol tocó su rostro dándole calor automáticamente. Alaia, se removió algo incómoda en la cama hasta que la claridad de la habitación le hizo despertar, miró a su alrededor sintiéndose un poco perdida, unos minutos después se ubicó en tiempo y espacio; era temprano o debía serlo ya que Suni, aún no aparecía por su habitación a despertarla.

Observó por unos minutos hacia el techo de su habitación, no había nada especial ahí, pero aún la bruma de los sueños estaba en su cuerpo. Sé desperezo en la cama estirándose hasta más no poder, y justo ahí en ese momento las imágenes de la noche anterior llegaron a su mente, causando que sus mejillas se sonrojaran fuertemente.

En automático su mente vio por toda la habitación buscándolo, pero descubrió la ventana abierta, se había marchado mientras dormía, un gran suspiro abandonó su cuerpo.

Sentía como si su pecho estuviera siendo presionado con fuerza, le dolía saber que las cosas habían terminado. Odió que las cosas terminarán, no quería que sucediera, pero era su cumpleaños número dieciocho, lo que indicaba que ese día conocería a su destinado, el hombre que según amaría.

Nunca se le había permitido desconfiar de las decisiones de Kaia, pero estaba asustada de que se hubiese equivocado. En ese momento le parecía imposible enamorarse de alguien más, o simplemente que en algún momento desaparecieran los recuerdos de Aekil, y mucho menos después de todo lo que había pasado la noche anterior.

Con cuidado se levantó de su cama, automáticamente hizo una mueca de dolor, ya que sintió una molestia entre su piernas que intento ignorar, aunque le era algo difícil; lentamente camino hacia el sanitario necesitaba refrescar su cuerpo, ella nunca había preparado su baño, pero ese día lo necesitaba, le urgía quitar su olor.

El baño fue lento, quería que en aquellas agua se deslizaran sus penas, pero no era tan ilusa como para creer que eso pasaría.

Al salir en vuelta en toallas, Suni se encontraba ya en la habitación y la miraba algo sorprendida, y la entendía esto era algo nuevo incluso para ella.

—Buenos días Señorita, feliz cumpleaños. —Alaia, le devolvió una sonrisa forzada mientras se dirigía al armario a buscar algo para ponerse, pero el automático su doncella le siguió. —Ha despertado temprano —dijo lo obvio.

—Hoy es un día importante, no podía dormir —respondio la joven mientras miraba la ropa frente a ella, buscando algo adecuado para sobrevivir la mañana.

—Tiene razón, debe estar nerviosa. —Alaia, asíntio porque no era una mentira, estaba muriendo de miedo más que de nervios. —Tiene que arreglarse rápidamente, que le parece este vestido. —Le mostró y Alaia solo lo observó para posteriormente asentir, solo deseaba irse a la cama y no despertar nunca más, pero eso sería imposible, menos ese día.

AlaiaWhere stories live. Discover now