⚔Capítulo 7⚔

59 17 10
                                    

Detrás de una roca enorme, Lyandreu y Nira esperaban a Hurson para luego marchar hacia la mansión de Melizza. La mujer tenía el arco en la mano con una flecha preparada en caso de que los hombres se hubieran decidido por cruzar el río. Se había cambiado de nuevo a su ropa de cuero negro. "No sé cómo soportas estar vestida con esto todo el tiempo", le dijo a Nira antes de alejarse un poco a cambiarse. Y ahora observaba el bosque con calma depredadora.

La yegua estaba detrás de ellas intentando encontrar qué comer. Nira se sentó en la tierra y miró hacia arriba. Hacía mucho tiempo que no veía muchas hojas verdes en los árboles. En realidad, sólo habían unas cuantas centenas por árbol, pero era más de lo que tenían los árboles de su reino.

—¿No hay señal de nadie? —preguntó rompiendo el silencio desesperante que había entre las dos.

—No estaría parada aquí si la respuesta fuera sí.

—¿Por qué me quieren esos hombres? ¿Quiénes son?

—Son la pandilla de Lord Vil y quieren lo mismo que yo: encontrar al dragón blanco. Con nosotros estarás segura, pero con esa pandilla... te aseguro que nada es color de rosa. Yo te cuidaré de ellos.

—No necesito que me cuiden —dijo Nira en voz muy baja para que Lyandreu no la escuchara.

—Fingiré que no escuché eso —la sorprendió la mujer.

Nira se abrazó las rodillas y clavó su cara entre ellas para que Lyandreu no notara que se puso roja. Escuchó que la cuerda del arco se tensaba y levantó la cabeza. Lyandreu había visto a alguien y ahora le estaba apuntando. Nira se situó rápidamente al lado de la mujer y miró por encima de la roca.

Un caballo pinto trotaba entre los árboles con un hombre de cabello castaño como su jinete. Nira no supo el porqué Lyandreu no bajó el arco enseguida. La mujer se quedó mirando a Hurson por unos largos segundos y luego detrás de él. Después apuntó hacia un árbol que estaba frente al caballo y disparó. La flecha se clavó con fuerza en el tronco del árbol. El caballo de Hurson relinchó y retrocedió nervioso. Al hombre le costó un poco de trabajo calmarlo y, cuando lo hizo, miró a Lyandreu con el ceño un poco fruncido. La mujer le mostró una media sonrisa.

***

Bajo el cielo nocturno y frente a la fogata, Lyandreu observaba las estrellas recostada en el suelo, utilizando su pequeño saco para apoyar la cabeza. Nira también lo hizo. Por más que intentó buscar la supuesta estrella azul no tuvo éxito. Observó el cielo por unos minutos hasta que se rindió.

—¿Dónde está la estrella azul de la que me hablaste? —le preguntó a Lyandreu moviendo sus ojos hacia ella.

La mujer tenía ya los ojos cerrados y parecía respirar profundamente. Nira no sabía si se había quedado dormida o solo lo hacía para ignorarla.

Un minuto después llegó Hurson con leña en sus manos, la cual no era muy difícil de encontrar en esta área.

—¿No logras dormir? —le preguntó él sentándose a un lado de la cabeza de Lyandreu. Dejó a un lado la leña y lanzó un trozo al fuego.

La princesa se frotó los brazos por el frío y miró a su alrededor.

—Estoy en un territorio desconocido con dos personas desconocidas, ¿cómo sé que puedo dormir?

—Si quisiéramos hacerte daño ya lo hubiéramos hecho —respondió él con una sonrisa que le inspiraba confianza a Nira.

Ella se encogió de hombros y volvió a mirar el cielo.

—Es hermosa, ¿no? —dijo Hurson. Nira supo que se refería a la estrella azul.

—Ni siquiera logro verla.

Más allá del Mar Oscuro (Disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora