⚔Capítulo 31⚔

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Pasaron minutos en silencio. La princesa miraba a su alrededor repetidas veces con la esperanza de ver a Hurson, a alguna elfa o a Lyandreu. Nunca hubo ninguna señal de ninguno. Ellos no la dejarían sola con Everard, ¿verdad?

Quería pensar que la estaban buscando. Aunque también estaba la posibilidad de que Everard les hubiera hecho algo malo. Nira no se había atrevido a preguntarle, pues temía que no le gustara la respuesta.

No obstante, dentro de un periodo de tiempo no pudo aguantar más la ansiedad.

—¿Qué les hiciste? —preguntó en voz baja.

Everard suspiró lentamente.

—Nada —respondió entre dientes.

Nira lo miró con una ceja arqueada.

—¿Nada?

—Es lo que dije.

Nira no le creyó. Era imposible que no los hubiera lastimado (o algo peor) teniendo la oportunidad perfecta.

—Puedo escuchar tus pensamientos, amor —dijo de pronto Everard.

La princesa frunció el ceño.

—Es inimaginable que no les hayas hecho nada.

—Haberlo hecho hubiera sido lo más inteligente —comenzó a explicar él—, pero también lo más cobarde.

Everard la miró por un segundo y devolvió su mirada al frente. Rio suavemente.

—No estaré allí para verlo, pero será divertido que cuando despierten no te encuentren. ¿No has pensado en cómo reaccionarán?

Sí que lo había hecho. Esperaba que Hurson e Issej pudieran mantener bajo control a Lyandreu y a Melizza. Por Vil no se preocupaba. Él estaba allí por obligación, no le importaba la misión, mucho menos ella.

***

Lyandreu sintió un ligero peso en su regazo, lo cual la hizo abrir los ojos. Lo que vio allí no le gustó nada. Una enorme rana negra la observaba con seriedad.

—¡Puaj! —soltó con asco y movió bruscamente las piernas para apartarla.

La rana se perdió saltando entre los árboles. Lyandreu se puso de pie y miró hacia arriba. Ya era casi mediodía.

¿Pero qué...? No terminó de formularse la pregunta. Deberían haberse marchado con los primeros rayos del sol. ¿Por qué nadie la despertó?

Los miró a todos. Estaban profundamente dormidos. Tardó un momento para percatarse de que la princesa no estaba.

Ay, no.

Escuchó tras ella un gruñido adormilado.

—¿Ya es de día? —preguntó Hurson frotándose los ojos.

Melizza también comenzó a despertar. Al notar la claridad del día dio un salto.

—¿Dónde está la princesa? —le interrogó Lyandreu con voz depredadora.

La elfa miró a su alrededor.

—Yo... No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes? —gruñó la asesina acercándose a ella.

Melizza se puso de pie para hacerle frente.

—Eras tú quien debía hacer guardia con ella —continuó Lyandreu, señalándola con un dedo—. ¡¿Por qué rayos te quedaste dormida?!

—No recuerdo lo que sucedió —se defendió Melizza con voz fría y calmada.

Lyandreu la agarró por el cuello de su camisa y la acercó a su cara.

Más allá del Mar Oscuro (Disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora