Bombas

1.7K 186 139
                                    

— déjanos peinarte —hablo Aoi con cepillo en mano

— no —le respondí

— ¿por qué no te dejas hacer nada? —hizo pucheros

— porque no soy su juguete

La de chongos no hizo más que ponerse a sollozar  obligándome a aceptar pues de no hacerlo lloraría incansablemente, comenzaba a desesperarme.

— ¡está bien, acepto!, solo deja de llorar

— ¡hurrah! —exclamó con entusiasmo

— ella siempre hace lo mismo —expresaron sus amigas

Muy a mi pesar termine dejando que hicieran con mi cabello lo que quisieran; —“no soy más que su entretenimiento”—. Solté un enorme suspiro, era novedad para ellas y por eso es que andaban detrás de mí día y noche sin descansar, agotándome.

De pronto escuché un ligero ruido que no logré distinguir al cual no le hubiese tomado importancia alguna de no ser porque aquel mismo sonido se repitió varias veces más. Me concentré en distinguirlo pues había captado por completo mi atención, poco a poco discerní ese ruido hasta lograr asimilarlo con una explosión un tanto lejana, el sonido de una bomba estallando;  —“¿bombas?, bombas, bombas…”—. Fue entonces que mi cerebro junto las piezas, analizando el contexto de lo que percibían mis oídos, mis ojos se abrieron como platos y a mi mente vino:

— ¡Kedamono! —grite asustando a las chicas en el proceso

Salgo corriendo de aquella carpa en la que me encontraba en busca de ese lobo morado.
Miraba para todas direcciones con la esperanza de encontrarle guiandome por el estruendo de las explosiones hasta que pude visualizarlo parado en un sitio, pero al llegar me encuentro a ese chico mirando al frente sin más.

— estás bien, que bueno —me detuve a tomar aire

— T/N, ¿qué pasa? —pregunto confundido

— es que escuche explosiones y me preocupe

— ah, eso —rasco su nuca— Papi y Popee están compitiendo por ver quién lanza mas lejos una bomba —apunto hacía los mencionados

Popee podía verse bastante molesto y frustrado, mientras que su padre simplemente se veía muy confiado en si mismo, un tanto altanero.

El aprendiz de payaso estaba por perder los estribos, lo sabía, aria sus tan famosas rabietas. No pude evitar sonreír.

— voy a unirme a ellos —dije mientras me encaminaba a su dirección

— no creo que esa sea una buena idea —expreso el peli-morado

Al acercarme una duda surgía en mi: —“¿de dónde obtienen tantos explosivos?, ¿cómo es que nunca se les terminan?”—. Al mirarme ambos se distrayeron de su objetivo inicial poniendo su atención en mi persona.

— ¡largo de aquí! —hablo o más bien grito el rubio

— ¿puedo intentarlo? —les pregunté

Aquel hombre con bigote asintió entregandome sus bombas.

— quédate en mi lugar

Dijo para marcharse sin más, a pesar de la clara desaprobación de su hijo.

— ¡¿a dónde mierda crees que vas?! —le grito el adolescente— ¡no hemos terminado!

— ¿por qué no compites contra mi? —le reté

— tsk —chasqueo la lengua enfadado— yo podría vencerte sin problemas, así no tiene gracias

— a sí, que tal si lo comprobamos, te parece

— bien —acepto

El encendió y arrojo la primer bomba que calló a unos treinta metros de distancia.

— veamos si tú puedes superar eso —dijo desafiandome

Sabía que no tendría su fuerza ni habilidades debido a que yo no pertenecía a ese mundo por lo que no tendría ciertas habilidades, fuerza ni resistencia, aún a pesar de ello me decidí por poner mi empeño para no defraudarlo.

Me preparé, encendí la mecha y le arroje tan fuerte como pude, más apenas logré llegar a los quince metros. Fue entonces que escuche unas carcajadas,mire a mi costado, era Popee quien reía, descifrar si se estaba burlando o es que a caso le había provocado una risa genuina me fue un poco complicado de adivinar.

— que débil eres —dijo entre risas

Aún si se burlaba de mí, no me importo en absoluto y tan solo me enfoque en escuchar su risa debido a que era la primera vez que le escuchaba, sentí como mi corazón se aceleraba.

— en definitiva no eres competencia para mí

— ¿y si me enseñas a lanzar como tú? —solté sin pensar

— ¿ah?, ¿por qué debería?

— porque tú lo haces muy bien y yo fatal

— ¡ni hablar!, no quiero que termines siendo mejor que yo

— ¿temes que pueda opacarte?

En definitiva no debí mencionar aquello…

Ahora me encontraba corriendo de las bombas que ese rubio temperamental me arrojaba, ahora era como Kedamono.
Si bien no temía morir, me inquietaba hacerlo, pues de ser así regresaría sin más a mi mundo, cosa que no quería en lo absoluto.

— ¡si me golpeas con tus bombas terminaré arruinando tu ropa idiota! —le grite tratando de convencerle que se detuviera, más no funcionó en lo absoluto..

Sin duda alguna no era nada fácil escapar de aquellas explosiones, estaba conciente de que terminaría muriendo tarde o temprano. No hacía más que correr hacia todas direcciones y sin un rumbo fijo, solamente tenía en mente el escapar.

Más temprano que tarde una bomba termino por caer a mis pies, me cubrí por instinto para protegerme a pesar de lo inevitable que sería mi destino.

Un estallido resonó y entonces desperté tomando una bocanada de aire, abriendo los ojos como platos.

— ah, volviste

Escuché la voz de mi mejor amiga a quien inmediatamente miré tan calmada como siempre.

Observé mis alrededores, la habitación, la cama en la que me encontraba sentada, mi atuendo el cual ya no era tan colorido y extravagante si no más bien aburrido y apagado, estaba de vuelta en mi mundo.

— ¡carajo! —grite enfadada— ese conejo me asesino de nuevo

Me enfurecí pues no tenía planeado regresar aún, tenía un objetivo que cumplir.

— cállate no grites que mis padres están en casa —se quejó

— rompe mi cuello de nuevo —le pedí

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Where stories live. Discover now