Determinación

1.4K 172 138
                                    

Nuevo día, nuevo intento, estaba determinada a conseguir mi objetivo a pesar de lo complicado que podría ser, tendría su corazón así fuese lo último que hiciera.

Apenas comenzaba el día y el suelo ya retumbaba debido a las explosiones, —“aún no desayunamos siquiera y ya esta furioso”—. Esto era un inconveniente pues no podía acercarme a el hasta que se calmara o de lo contrario regresaría a mi mundo sin haber logrado nada.

Pasaron las horas hasta que el retumbar se detuvo, está era mi oportunidad, rápidamente salí en su búsqueda más no lograba encontrarlo por lo que pregunte pos su paradero.

—¿saben dónde está Popee? —le pregunté a las chicas.

—muerto —respondieron al unísono .

—¡carajo!.

Me enfurecí, otra oportunidad desperdiciada.

Mientras que esperaba a que el rubio reviviera, el reloj continúo avanzando, los minutos y las horas eran eternas, quería adelantar el tiempo pero no lograba encontrar aquel temporizador que había visto en la serie.

—lo esperas con muchas ansias, ¿no es verdad? —comento Kedamono.

—si, así es —afirme.

—¿por qué insistes tanto en estar con el? —me preguntó con suma curiosidad y su máscara cambio mostrando signos de interrogación en lugar de ojos.

—¡porque quiero que se enamore de mi! —respondí con determinación.

—eso será bastante difícil de lograr —rasco su nuca.

—estoy al tanto.

El aprendiz de payaso no despertó si no hasta muy tarde, por lo que simplemente se fue a la cama sin siquiera haber probado bocado. —“¡maldita sea, perdí un día entero!”—, lamenté debido a que no pude hacer nada al respecto.

A la mañana siguiente me asegure de levantarme más temprano que el resto para así poder cruzarme con el sin inconvenientes ni contratiempos. —“¡bingo!”—, Le encontré desayunando solo, no perdí tiempo y me acerque.

—¿preparaste el desayuno? —le pregunté.

—no para ti —respondió de inmediato.

—que lastima, con lo tanto que me gustó el desayuno del otro día —le incite, mientras que tomaba asiento a su lado.

—no caeré tan fácil extraterrestre.

—solamente digo que si me enseñarás a cocinar yo podría hacerlo sola y no tendría porque molestarte.

¿Estaba coqueteandole?, Porque de ser así no lo estaba haciendo muy bien ya que ese conejo simplemente me ignoro, termino su desayuno, llevo los platos al lavabo y se retiró sin más.

Choqué mi cabeza contra la mesa, ¿qué debía hacer para llamar su atención?.

—eres un chico complicado Popee…

No me di por vencida y volví a intentarlo más tarde.
Trate de acercarme a el con diferentes excusas pero simplemente no lograba llegar a nada, al contrario logre hacer que se enfureciera y por consecuencia casi termine muriendo, tan solo con una herida en el brazo, no mortal pero lo sería si no paraba el sangrado.

— ¡no puedes lastimar a nuestra invitada! —se quejo la azabache

—¡ella se lo ganó!, no ah parado de molestarme en todo el día —respondió el aprendiz de payaso

—¡eso no es excusa!

Y así fue que inicio una guerrera de la que no quería ser participe.

—¿estás bien T/N?, puedo curarte si quieres —ofreció el peli-morado

— gracias, pero puedo hacerlo sola

Me retiré sin más, sigilosamente para evitar ser morada por el respeto. Mis ánimos estaban por los suelos, la sangre no dejaba de correr por mi brazo, la herida me punzaba y tan solo presionaba con fuerza tratando inútilmente de detener la hemorragia.

Llegué hasta el cuarto de lavado en búsqueda del botiquín con poco interés, sentía ganas de llorar ocasionadas por el estrés que provocaba toda aquella situación; —“tal vez deba regresar a mi mundo”—, pensé instintivamente y deje que la sangre chorrea cuánto quisiera, ya no me importaba, no en ese momento. Me deje caer al suelo de rodillas con desilución.

—hey extraterrestre

Llamo aquella voz tan distintiva, el único que me llamaba por ese apodo tan inusual. De pie detrás mío el payaso rubio me miraba con el ceño ligeramente fruncido.

—estas derramando sangre a propósito, ¿no es cierto? —comento

—si, algo como eso —admití

—que idiota eres

Se encamino hasta el cajón donde de encontraba guardado el botiquín y una vez en sus manos se sentó a mi lado, levantó la manga del traje y procedió a atenderme. Estaba confundida, pero sabía  que no lo hacía por voluntad propia, seguramente le habrían obligado o sobornado para estar conmigo.

—no es necesario que-

—cállate y deje hacerlo —me interrumpió.

Guarde silencio y le dejé actuar. De pronto, aquellas ganas de sollozar se esfumaron sin más.

Una vez limpio mi sangre pudo notar el dibujo que aún se encontraba en mi brazo y pareció llamarle bastante la atención.

—¿es un tatuaje? —preguntó.

—no exactamente, solo es un dibujo de un conejo hecho con marcador permanente.

—¿tu lo dibujaste?.

—si —menti.

—¡hazme uno a mi también!.

Vi sus pupilas brillar con entusiasmo, era obvio que tan solo lo quería para resaltar y así obtener toda la atención en el, alimentaria su orgullo…

No hubo manera en que pudiera negarme y terminé pintandole su famoso logo a un costado del cuello ya que así resaltaría y podría presumirlo tanto como quisiera.

—¿cuánto dura esto?.

—es un marcador así que se quitará en unos días —respondí.

Se miraba en un espejo de mano que había sacado de su bolso, ¿siempre carga con eso?.

—sabes me di cuenta de que en ocasiones me evitas y tan solo te apareces cuando sabes que no hay riesgo de muerte —“eso era verdad”—, tienes buenos reflejos y es raro que no hayas muerto ni una sola vez desde que llegaste aquí —“y eso no tan cierto”—, actúas extraño, ¿es acaso porque eres de otro planeta?.

Me sorprendió escuchar aquello, ¿había estado atento a mi manera de actuar?, el notó algo tan tonto como eso .

—si, acertaste —tartamude.

Mi corazón incremento el ritmo de sus pulsaciones estrepitosamente.

—supongo que tiene sentido —dijo para si mismo— iré a presumir mi nuevo tatuaje.

Así como llego, se fue.
No era lo que tenía en mente pero tampoco podía quejarme. Sus palabras más el hecho de que el sangrado había cesado me recordó la razón por la que me encontraba en ese sitio. —“que absurdo”—.

Su bipolaridad era también una de las razones por las que me había enamorado de el.

—ya no quiero irme —pense en voz alta.

Al parecer teníamos eso en común.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Where stories live. Discover now