Confesiones

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Aquel chico que tanto amaba no se despegó de mi lado hasta que el malestar que sentía se desvaneció por completo, no iba a mentir, eso me hizo muy feliz…

No tenía su capacidad de regeneración por lo que las heridas en mi tardaban más que solo horas en sanar.

Al día siguiente, como era costumbre, tanto padre e hijo discutían y competían por saber quién era el mejor intérprete.

—no entiendo porque pelean tanto por algo así —comente.

—Papi es un inmaduro que no puede evitar competir contra su propio hijo —expreso la azabache.

—Popee es muy terco y competitivo, además de narcisista, por eso no pueden dejar de pelear, sus personalidades chocan —explico la de flequillo.

Algo me decía que se trataba de asuntos más profundos que simplemente ver "a quien le sale mejor el truco". Estaba segura de que había más detrás de esa cortina que le tapaba la vista a los demás pero que era tan obvio que podía notarlo fácilmente.

Al cabo de un rato mi amado termino yaciendo inconsciente sobre la arena mientras que su padre celebraba su victoria. El chico cayó, se desplomó pero no murió ya que instantes después alzó la mirada, exponiendo su rostro cubierto de sangre, hizo rabietas cuál infante y se marchó encerrandosé en su carpa.

Por mi bien, espere a que pasará un tiempo para atreverme a visitarlo.

—¿te encuentras bien? —le pregunté por fuera de la carpa.

—¡lárgate! —fue lo que recibí.

—de acuerdo, necesitas más tiempo.

Entendí claramente el mensaje y me marché.

Horas más tarde le mire salir de su carpa, el lo noto enseguida e hizo unas señas con sus manos para indicarme que le siguiera. —“¿debería seguirle?”— me pregunté inquieta. No pude resistir y camine hasta donde el chico, apenas me acerque una cuchilla callo a centímetros de mi, —“creo que fue una mala idea”— me arrepentí.

—¿vas a desquitarte conmigo? —tembló mi voz.

—si —declaro.

En definitiva, no debí seguirle. Cerré ambos ojos esperando lo peor más lo único que recibí fue un pelotazo en la cara.

—reacciona ya extraterrestre.

Sobe mi nariz, era una pelota de plástico y el impacto no fue tan fuerte, aún así lastimó mi nariz más nada grave.

—¿no vas a matarme? —le pregunté.

—claro que no tonta.

—¿vas a torturarme?.

—¡no idiota! —exclamo molesto— solo ven y siéntate.

Esto sin duda era extraño, ambos sentados juntos sobre el arena bajo la luz de la luna pero sin mucha explicación ni contexto.

—odio a mi padre —rompió el silencio.

—puedo darme cuenta —respondí.

—lo peor de todo es que ni siquiera puedo matarlo porque revivirá al poco rato y eso me enfada —se quejo cerrando sus puños con fuerza.

—comprendo…

—¡no, claro que no! —enfureció— tu no entiendes nada, no tienes la más mínima idea de lo frustrante que es, ¡lo odió! —expresó su enfado a gritos, estaba realmente furioso, estresado— parece que no le importo en lo absoluto —de sus ojos emanaban lágrimas, su voz se quebraba en tono desesperado—, solo quiero superarlo y hacer que se tragué sus palabras, ¡seré el mejor intérprete que haya existido! —declaro con determinación.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Where stories live. Discover now