Ojos como zafiros

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Desperté tratando de tomar aire, como si me estuviera ahogando.

—¡T/N!, ¡¿estas bien?!, por favor dime que si —decía mi chico rubio con preocupación.

Me sostenía en sus brazos, él se encontraba a contra luz, los rayos de sol se asomaban a sus alrededores, haciendo resaltar su silueta, tenía una expresión aún horrorizada. Sin embargo, había extrañado esos hermosos ojos azules, una semana sin verle había sido toda una eternidad. Sonreí de inmediato.

—estoy bien, tranquilo —exprese con serenidad.

Aún así terminé por cerrar los ojos un momento, cayendo inconsciente...

Suavemente fui despertando, recobrando la vista de poco en poco, observe a mi alrededor percatandome me encontraba en la enfermería y a mi lado, sentado en una silla, un rubio que cabeceaba gradualmente, tratando de mantener sus ojos abiertos. Hasta que cruzó su mirada con la mía tomándose unos segundos para caer en cuenta que había recobrado la conciencia, fue entonces que abrió ambos ojos como platos, levantándose tan estrepitosamente de la silla que incluso llegó a tirarla en el intento por acercarse a mí con preocupación.

—¡T/N! —exclamo inquieto—, despertaste.

—sigo viva aun —mencione mientras sonreía— no te desharás de mi tan fácil.

No iba a mentir, me parecía sumamente adorable aquellos gestos al igual que tanta preocupación de su parte. Lo había extrañado tanto.

—¡idiota!, ¡me diste un susto horrible! —regaño.

—discúlpame por haber recibido un ataque mortal y desmayarme después de desangrarme —exagere haciéndome la victima, a pesar de que realmente lo era.

—esta bien, lo siento, ya se que no fue tu culpa —acepto con calma, algo poco usual de su parte—, pero aun asi me asuste y me preocupe.

—aww, ¿es porque me amas? —dije con ternura.

Mientras tanto, el rubio malhumorado se sonrojo cual tomate desviando la mirada avergonzado.

—no digas tonterias —expreso—, es porque tu no eres de este mundo y por lo tanto no eres inmortal como nosotros.

Oh, es cierto.

—realmente no pertenezco a este mundo, ¿no es verdad? —pense en voz alta sin percatarme.

No podía negar la verdad, la cruel realidad. Por mas que quisiera aferrarme a este lugar, no debo olvidar de donde es que vengo.

—lo siento —escuche al rubio disculparse— no quise decirlo de esa manera.

Fue cuando cai en cuenta de lo mis propias palabras.

—disculpa, pense en voz alta, lo lamento.

Antes de que pudiera decir nada, el aprendiz de payaso se me vino encima terminando en un abrazo realmente agradable y cálido.

—al menos estas bien —hablo en tono suave.

Le devolví el abrazo. Verdaderamente le había extrañado de sobremanera, me sentía genuinamente feliz estando a su lado.

Se habia determinado que mi caso no fue grave, tan solo fui atravesada por una bala perdida y el desmayo se debió al desangrado, no obstante, la bala habia sido removida con éxito y la herida bien tratada. Simplemente quedo en un susto y nada mas.

Juntos salimos de la enfermería tomados de la mano, la herida no me dolía en lo absoluto, como si no estuviese ahi, cosa que agradecía ya que podia moverme con total libertad.

Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||Where stories live. Discover now